La actualidad política dejará de estar centrada, al menos por un par de días, en Bildu y su estrepitosa irrupción en las instituciones vascas. Esto se debe a que hoy comienza el Debate sobre el estado de la Nación. Se trata de la sesión más importante del año junto a la de presupuestos generales. Es una cita muy destacada que tendrá un sabor especial al ser el último duelo dialéctico en un Debate sobre el estado de la Nación entre Zapatero y Rajoy. Hoy el presidente seguirá despidiéndose del primer plano de la política. Lo lleva haciendo desde que anunció que no sería el candidato a la Presidencia del gobierno por el PSOE en las próximas generales. Desde que supimos que él no iba a volver a ser candidato, el presidente está en retirada. Muchos señalan que hoy el debate que todos querrían ver es el cara a cara entre Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, los rivales en las próximas generales. No será así porque Zapatero sigue siendo el presidente y será él quien, a la hora en que escribo estas líneas, abra el debate.
La economía volverá a ser el tema central del debate entre el presidente del gobierno y los portavoces parlamentarios. O no sabemos mirar bien, o los brotes verdes prometidos hace ya tiempo no aparecen por ningún lado. La situación económica de nuestro país sigue siendo la máxima preocupación de los ciudadanos. Más que datos macroeconómicos que muchas veces se nos escapan, es el paro y el empeoramiento del nivel de vida de los ciudadanos lo que de verdad alarma a la población. Es cierto que en los últimos datos del paro éste, aunque seguía siendo muy elevado, daba un ligero respiro con cifras mejores que en años anteriores, pero se teme que esta leve mejoría se deba a una cuestión meramente estaciones, es decir, que cuando pase el verano, época de contratación por excelencia, todo cambie y se regrese a las cifras pésimas de subidas en el número de desempleados. A esto se suma el hecho de que los mercados parecen no confiar del todo en la economía española y la primera de riesgo está alcanzado cotas históricas.
Con este panorama económico, que según parece será más debatido y hablado que el panorama político, afronta el presidente del gobierno el Debate sobre el estado de la Nación. Es una de esas citas de verdadera trascendecia en la que, al menos para ver el cara a cara entre Zapatero y Rajoy, se suele llenar, para variar, el Congreso de los Diputados y sus señorías se dignan a asistir a sus puestos de trabajo. Cuando se dé el cara a cara entre presidente y líder de la oposición, todos correrán a decir que ha sido su líder el que ha ganado el debate. Zapatero solía hacer grandes anuncios en el Debate sobre el estado de la Nación, por lo que habrá que ver si mantiene esa costumbre o deja las ideas geniales para que las plantee en su día Rubalcaba.
Aunque el Debate centrará gran parte de la información política del día, ayer también fue noticia, un día más, la izquierda abertzale. Uno no sabe muy bien si lo que estamos haciendo es darles publicidad gratuita. Muchos piensan que, durante la campaña del 22-M, se hizo una campaña a Bildu desde los medios de comunicación. Puede ser. También puede ser que ahora se esté dando mucha importancia a lo declarado por Otegi ayer en el juicio que comenzó ayer contra él y otros dirigentes abertzales por querer reconstruir Batasuna. Otegi dijo que él apuesta por las vías pacíficas y democráticas. Sigue avanzando hacia esa aspiración eterna que tiene este hombre de ser visto como un gran hombre que busca la paz y que desafía a la banda. A la hora de la verdad, sigue sin condenar el terrorismo de ETA.
El líder de Batasuna dice que decidió desmarcarse de la violencia tras el atentado de la T-4 en Madrid. Eran tiempos en los que había quien llamaba a Otegi "hombre de paz" por su implicación en el proceso de negociación con ETA. Ahora, se enfrenta a un juicio por querer volver a formar la ilegalizada Batasuna. Habrá quien se pregunte si no se ha reconstruido con Bildu. La apuesta por la paz, por la democracia, por las vías políticas, debería ser sincera. No lo parece.
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