Las palabras de Aznar

La polémica nacional de este fin de semana pasado fue, sin lugar a dudas, todo lo relativo al partido entre Real Madrid y Barcelona. Si nos referimos a lo político, que es a lo que voy, pero el fútbol sale estos días por las orejas, lo más polémico ha sido la declaración del ex presidente del gobierno, José María Aznar, sobre Gadafi. Hoy Aznar ha querido salir al paso de esas palabras y ha dicho que se ha hecho una manipulación de sus palabras para situarle como amigo de dictadores. Eso le debe molestar especialmente a la persona que metió a España en una guerra ilegal para acabar con unas supuestas armas de destrucciónm masiva en poder de un dictador, Sadam Husseim. Con todo lo triste y lamentable que fue lo que dijo Aznar sobre Gadafi, además de inexplicable, creo que lo peor de sus palabras fueron las que dedicó a hablar de la solvencia de la economía española. Mejor dicho, de la falta de solvencia. La irresponsabilidad del ex presidente del gobierno es tal que no resulta extraño que desde el PSOE se le pida al actual líder del PP que se desmarque de estas declaraciones. Lo que es más raro es que, con su silencio, Rajoy dé por buena la lectura de la situación económica en España que hace su predecesor al frente de su partido político.

De este modo, algo queda claro: cada vez que Aznar habla, sube el pan. El ex presidente del gobierno ha ocupado la máxima responsabilidad política del país, y es por ello que se le presupone, o mejor dicho, se le presuponía, cierto sentido de Estado, cierta altura de miras, cierto patriotismo. Nada de eso. Aznar está demostrando con sus palabras, además generalmente fuera de España con su inglés de primaria, que no es más que un polemista profesional, un tipo que pone por delante sus intereses políticos a los intereses de su país, alguien que quiere seguir estando en los focos, dando que hablar. Lo peor de todo es que con cierta frencuencia a las personas que han ocupado altos cargos se les pone esa cara de expertos en todo, se ven con superioridad sobre el resto y generalmente creen que son capaces de dar consejo sobre qué hacer, de sentar cátedra. Es lógico que una persona que ha sido presidente del gobierno de España tenga conocimientos sobrados sobre la mayoría de los temas de la política, pero no eso ni nada le da el derecho a creerse siempre en la posesión de la verdad. Lo que Aznar está haciendo es muy poco responsable y muy poco patriótico. ¿Qué bien le puede hacer a España que un ex presidente hable así de la deuda española, de su economía?

Lo que dijo de Libia sólo le retrata y le deja en ridículo a él, pero lo que comentó de la economía española es algo que siembra dudas sobre nuestro país y su solvencia. Eso a él no parece importale. Tengo la sensación de que Aznar es de los que se alegraría muy sinceramente si la economía española va a peor. Es de los que no se preocuparía en exceso porque todo fuera mal en nuestro país. Así su partido, el PP, regresaría al poder y ya de paso él podría mangonear al presidente del gobierno, la misma persona que él colocó a dedo en el puesto de candidato de los populares en las generales de 2004. Puede que Aznar tenga cierta nostalgia del poder, echa de menos estar al frente. Lo más triste es que también hay cierta nostalgia de Aznar en algunas personas. Y eso es más preocupante, porque si algo está demostrando Aznar es la poca responsabilidad que tiene una persona que en su día fue presidente de nuestro país durante ocho años. No es esta clase de políticos los que necesita España. Que se quede el ex presidente dando sus conferencias en inglés para quien entienda el inglés de Aznar. Lo que tenemos ahora no es muhco mejor, sólo espero que algún día la clase política española esté a la altura de las circunstancias y sepa comportarse con responsabilidad.

Debido a mi juventud, la época en la que estuvo Aznar en el poder, sobre todo su primera legislatura, pasó mientras yo no tenía aún gran interés por la política. Luego sí comencé a seguir más este tema. El caso es que del ex presidente se dice que el tiempo que estuvo en el poder puede dividirse antes y después de que le afectara el síndroma de La Moncloa. De este modo, la economía de nuestro país experimentó con él, y eso nadie se lo puede negar, una importante mejoría. Los mejores años de los últimos tiempos en lo que se refiere a la economía española corresponden a los años del gobierno de Aznar. Es cierto que todo depende mucho de las circunstancias mundiales y demás, y así como ahora la crisis no es culpa totalmente del presidente del gobierno, tampoco antes el que todo fuera mejor era mérito exclusivo de Aznar y su gobierno. Pero en fin, reconozcamos que la economía iba bien, como decía el propio Aznar en esa célebre frase de "España va bien". Luego al señor presidente le dio por meternos en una guerra de la mano del gobernante más inepto y más torpe de los últimos tiempos: el señor George W.Bush, y también de Tony Blair. Los tres visionarios decidieron entrar en Irak en busca de unas armas de destrucción masiva que nunca aparecieron.

Eso fue la tumba del ex presidente. La reacción de los ciudadanos contra la guerra de Irak fue masiva, como las inexistentes armas de Sadam. El resto de la historia ya la conocemos. Aznar designó como sucesor a Rajoy y éste perdió las elecciones contra Zapatero. Al señor Aznar le pudo en aquellos momentos el verse poniendo los pies en la mesa del rancho tejano del presidente de Estados Unidos. En definitiva, lo que más le gustaba del mundo era verse hablando de tú a tú con la persona más poderosa del mundo. Creía que España, y sobre todo él, entraban en el grupo cabecero mundial con decir sí a todo a Bush. Debió de pensar que nuestro país iba a recuperar su puesto en el panorama internacional. Este mensaje caló porque todavía hoy hay muchos que dicen que la política española actual (que es un desastre) no se puede comparar con la de Aznar, y que entonces estábamos al lado de los países más poderosos de la Tierra. Sí, sólo que fuimos a una guerra ilegal que no estaba amparada por la ONU. Es muy sencillo ser perrito faldero de alguien poderoso. Puede que ahora no se estén haciendo bien las cosas, tampoco en política exterior, pero no hemos tenido una foto como la de las Azores con Azanr en plan estelar al lado de Bush y compañía.

Volviendo a las palabras del ex presiente este fin de semana, metió la pata al hablar de Libia y de Gadafi, ese "amigo extravagante de Occidente" tal y como dijo el propio Aznar. Es cierto, y eso lo hemos dicho todos, que Gadafi fue recibido en Occidente como un aliado, entre ellos el propio Aznar. Pero la nostalgia con la que se recuerdan esos tiempos pasados es lamentable. Aznar sale ahora con críticas por intervenir contra un tirano, él que se fue a por Sadam con una excusa muy pobre. Las organizaciones internacionales han apoyado la intervención en Libia. Esto es diferente completamente a lo que sucedió en Irak. De este modo, suena algo extraño y chirría bastante que sea precisamente Aznar quien salga ahora a criticar a los líderes mundiales por atacar a Gadafi. Sólo otro líder, Berlusconi, también salió en parte en defensa del dictador libio. A estas alturas, coincidir con Berlusconi en algo es la mejor forma de constatar que no estás en lo cierto, es decir, de hacértelo mirar. El amigo Gadafi está masacrando a su pueblo, así que no parece que esta defensa de Aznar sea muy adecuada. Pero, como digo, esto le retrata sólo a él y sólo le pone en mal lugar a él. Lo que sucede es que el ex presidente no se quedó ahí y también habló de la economía española.

Y es ahí, en sus palabras sobre la solvencia de España, donde llega lo más grave de todo lo que dijo el ex presidente. Aznar dijo que íbamo a pasar por problemas y dio una imagen desoladora de la economía de nuestro país. Parece como si el ex presidente estuviera deseando que España tuviera que ser rescatada. Según todos los expertos, se va a quedar con las ganas. Ir por ahí tirando piedras contra tu tejado, contra el tejado de tu país, es muy irresponsable. No todo vale en la crítica política. En resumen, Aznar se cubrió de gloria el otro día en la conferencia en la que tildó a Gadafi de amigo de Occidente y en la que sembró dudas sobre la economía española. Debería ser algo más responsable. Con Aznar me sucede lo mismo que con Mayor Oreja, que no me puedo creer que una persona que ha sido responsable de altos cargos en el gobierno de España pueda hablar con esa ligereza contra el gobierno actual. Demuestran ser unos hooligans, unos forofos políticos que sólo buscan el beneficio de su partido y no el de España. Quieren que el PP llegue al poder a toda costa, y no les importa decir que el gobierno está negociando con ETA o que nuestra economía está al borde del colapso. Qué triste.

Comentarios