Hay Liga y más


La atención sigue centrada en Japón, donde siguen subiendo tristemente las cifras de muertos y la crisis nuclear no puede darse aún por superada. Hoy hablaré de deportes, y el deporte no ha sido ajeno, una vez más, a lo ocurrido en el país asiático. Todas las competiciones en España ha guardado un minuto de silencio para recordar a las víctimas del terremoto y posterios tsunami y para ofrecer a Japón todo el apoyo desde este lado del mundo. Sabemos que el pueblo japonés es capaz de salir de esta grave situación. Es ejemplar el modo en que están gestionando la crisis tras el desastre absoluto que ha supuesto este seísmo. No hay imágenes de pánico ni de caos, no hay pillajes y no hay, en definitiva, actitudes incívicas. El civismo del puebo japonés, del que ya teníamos alguna idea, está quedando más que claro con estos graves problemas que están teniendo que hacer frente. Ahora la alarma está en tres centrales nucleares, en especial en una, la de Fukushima, donde ha habido una nueva explosión y donde se está luchando sin descanso para evitar males mayores. La Bolsa de Japón ha bajado un seis por ciento, pero hablar de economía en estos casos resulta algo ofensivo hacia las víctimas. Ahora mismo lo único que preocupa es que se pueda resolver la situación crítica en las centrales y que se siga adelante con las complicadas labores de rescate. Ánimo al pueblo japonés.


Como adelanté, hoy hablo de deporte porque es lunes y este día suele traer la resaca de un fin de semana repleto de eventos deportivos de interés. A la París-Niza, de la que he venido hablando todos estos últimos días desde su comienzo, se suma la Liga de fútbol, la ACB y un nuevo éxito para el Inter Movistar, equipo de fútbol sala que logró llevarse la Copa Intercontinental. Además, este fin de semana se han celebrado en Barcelona los últimos entrenamientos de la Fórmula 1 antes de que, dentro de quince días, comience el Mundial. Empezaré por el fútbol, y seguiré por el resto de deportes para acabar, como he hecho todos estos días, con el ciclismo. Por cierto, dentro de poco abriré un blog dedicado exclusivamente al ciclismo. En breve tendré un espacio en el que sólo hablaré de este bello deporte. Pero ahora, toca hablar del empate que ayer conquistó en Sevilla en casa frente al imbatible Barcelona de Guardiola. El partido de ayer en el Sánchez Pizjuán estaba señalado en rojo en el calendario porque es una de las salidas más complicadas que tenía el Barça en lo que queda de Liga. Si el conjunto azulgrana no pinchaba aquí, media Liga sería suya. En la primera parte el equipo catalán dominó el partido de forma insultante, pero en la segunda llegó la reacción del Sevilla que sacó un punto de oro para él, y también restó dos puntos al Barcelona para dar emoción a la Liga.


Ahora la distancia entre Barcelona, líder, y Real Madrid, segundo, es de cinco puntos a falta de diez jornadas. Hoy los periódicos recuerdan que en Madrid de Capello ya logró en su día recortar esta distancia en el mismo número de jornadas. En todo caso, lo de ayer en Sevilla fue un paso atrás para el Barcelona, pero no es una derrota y es él quien continúa como máximo favorito a vencer el campeonato. Una Liga en la que el segundo clasificado saca 16 puntos al tercero es una competición donde hay dos equipos que están muy por encima del resto. No hay alternativas a Madrid y Barcelona en la Liga y esa es una mala noticia. Desde muy pronto se vio que estos dos equipos estaban un peldaño por encima de los demás. Ante este panorama cabe preguntarse, ¿es la española la mejor Liga del mundo como decimos muy a menudo? Pues me da que no. Quizás si tenemos en nuestra competición doméstica a los dos mejores equipos de Europa, o a dos de los mejores equipos del continente al menos, pero una Liga para ser la mejor tiene que tener más equipos metidos en la pomada, más emoción en la parte de arriba de la tabla y menos diferencias en el juego y en los puntos entre los dos primeros y el resto. De todos modos, cinco puntos de distancia entre Barcelona y Madrid darán emoción a lo que queda de Liga.


El equipo de Guardiola, que ayer sólo pudo empatar en Sevilla, sigue dando la misma sensación de conjunto muy sólido y consistente de siempre. En ese sentido, hay que recordar que para que el Madrid remontara esta Liga tendría que ganar al Barcelona en el Bernabéu y que el equipo catalán pierda otro partido, o empate en otras dos ocasiones. No es nada fácil porque todas estás cábalas cuentan con algo que al Madrid le va a costar mucho: que el equipo de Mourinho gane todos los partidos que le quedan en Liga. Lo que sí está claro es que si a falta de diez jornadas la diferencia se hubiera mantenido en los siete puntos, el equipo blaugrana habría podido ir ensañando el alirón. Ahora, tras el buen partido que hizo ayer el Sevilla frente al todopoderosos Barça, podemos hablar de una Liga en la que el Barcelona es líder y gran favorito, pero en la que el Madrid no ha dicho aún su última palabra. Aunque los barcelonistas no estarán de acuerdo conmigo, creo que es bueno para la Liga que haya emoción en esta parte final de la competición. Así no estará nada resuelto, de momento, si el Madrid hace sus deberes en los próximos partidos hasta más adelante. Ayer el conjunto blanco se llevó una alegría, pero debe estar centrado ya en el partido más importante de lo que va de temporada: su duelo ante el Lyon en Champions del miércoles. Allí se juega pasar a cuartos y romper la maldición.


Sobre el baloncesto, ayer pudo ir a la Caja Mágica a ver el partido entre el Real Madrid y el Alicante. Un partido soso en el que el equipo local dominó de comienzo a fin y en el que esta vez no tuvo sus habituales pájaras en mitad del choque. Sirvió para ver a casi todos los jugadores de la plantilla. Entre ellos destacó la actuación estelar de Begic, el pívot del Madrid, que jugó pocos minutos pero hizo un destrozo a la defensa del Alicante. Cada día, por cierto, me gusta más Mirotic. El joven pívot blanco está llamado a hacer grandes cosas de seguir con la excepcional progesión que lleva. En la ACB la gran sorpresa la dio el Fuenlabrada, equipo que ganó al Caja Laboral. Es todo un matagigantes el conjunto fuenlabreño. Por lo demás, todo sigue más o menos igual. El Barcelona sufrió pero ganó su partido y hay mucha emoción en la lucha por entrar en la octava posición, la última que da acceso a los playoffs. Estamos en una temporada en la que se puede hacer historia del baloncesto español si se logra que haya tres equipos en la Final Four de la Euroliga. Ojalá sea así. Uno, como mínimo, estará, pues el Madrid se enfrenta al Power Electronic Valencia en uno de los cuartos de final. Por cierto, en la NBA el nacionalizado español Ibaka está causando sensación. ¿Estará con España en el Europeo?


Antes de hablar de cómo acabó la París-Niza, hay que felicitar al Inter Movistar por lograr la Intercontinental, la máxima competición de clubes de todo el mundo. Enhorabuena. Sore la Fórmula 1, todo está listo ya para que el gran circo eche a andar otra vez. Si se hubiera celebrado el Gran Premio de Bahréin, aplazado por las revueltas en el mundo islámico, este pasado fin de semana hubiéramos tenido ya la primera carrera, pero en lugar de eso hemos tenido una sesión de entrenamientos en las que Red Bull ha vuelto a ser el dominador de los mismos. Vettel y Webber parten, según parece, con el mejor coche, pero Fernando Alonso tratará de dar batalla y buscar un nuevo título mundial. McLaren parece que no está en su mejor momento, y su piloto Hamilton ha dicho que no ve su coche con opciones de luchar frente a Red Bull y Ferrari. Y precisamente a un duelo entre estas dos escuderías apunta el Mundial que comenzará dentro de dos fines de semana. Será entonces cuando podamos hablar de realidades en carrera y no de entrenamientos que, si bien son algo a tener en cuenta, no dejan de ser menos importantes que lo que luego puede pasar en carrera. Alonso intentará lograr su tercer Mundial. Y atención a la guerra que puede dar Schumacher.


París-Niza. Etapa 8

Desde que salió como líder de la crono del viernes estaba claro que sería muy complicado evitar la imagen de arriba, es decir, la de Tony Martin como vencedor final en la París-Niza. Y así ha sido. La carrera se ha decidido en la contrarreloj y no en la montaña. Martin ha hecho una gran carrera y es justo vencedor de la misma. Ayer la etapa se le llevó Voeckler, el campeón francés, un corredor combativo y valiente de los que verdaderamente hacen afición. Excelente su carrera con dos victorias de etapa. Y muy bien también Samuel Sánchez, quien fue el único de los mejor clasificados que atacó para intentar mejorar posiciones en la general. Finalmente ha sido sexto y el protagonismo que ha tenido en toda la París-Niza y sus dos segundos puestos en sendas etapas son un gran balance para el líder del Euskaltel Euskadi. Por último, en relación a la participación española en esta carrera, también hay que destacar el buen papel del Movistar, que ayer buscó la etapa con Davi López. Este equipo va a dar mucho que hablar a lo largo de toda la temporada. En la Tirreno Adriático, Evans se ha puesto de líder. La carrera italiana tiene un montón de grandes corredores y es el autraliano quien lidera por el momento la competición entre los dos mares.

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