Gadafi: "Saldremos victoriosos"


Antes de entrar en la guerra de Libia, hay que mirar a Japón porque no termina de darse por cerrada la crisis nuclerar, y sobre todo también porque no para de crecer el número de muertos y desaparecidos. La cifra puede superar los 20.000 y es cierto que, con la alarma en la central de Fukushima, estamos dejando un poco de lado los terribles efectos directos del terremoto y posterior tsunami en Japón. No pasó casi tiempo desde que comenzó el terremoto y empezamos a recibir noticias de muchos afectados por el mismo, hasta que la atención se centró casi en exclusiva en la alarma nuclear. De este modo, las informaciones sobre el número de muertos y desaparecidos pasó a un segundo plano en los medios de comunicación. De forma inmediata se consideró que las primeras páginas y las portadas de los informativos deberían estar más centrados en la situación de la central de Fukushima que en las cifras de afectados que no paran de crecer. Quizás se trate sólo de un debate periodístico, pero no deja de tener su importancia porque parece un hecho que si no se hubiera dado la crisis nuclear después del terremoto, todas las informaciones que llegaran desde Japón hablarían de los efectos de este fenómeno natural. Sin embargo, con la alarma nuclear, éstos han quedado relegados a un segundo plano.


No se puede po lo tanto olvidar que, aunque es cierto que la alarma nuclear continúa y que debemos preocuparnos y ocuparnos de ella, lo más trágico que hasta el momento ha dejado el terremoto son las miles de personas que han perdido la vida y los miles de desaparecidos. No hay ya muchas esperanzas de encontrar supervivientes entre los escombros, por lo que la cifra de muertos podría llegar a las 20.000 personas. Una tragedia de enormes dimensiones que ha sacudido el país asiático y que deja a Japón un terrible dolor y sufrimiento. Este drama ha permitido que podamos ver de forma nítida el civismo del pueblo japonés, su especial forma de ser. Las escenas de pánico, que se justifican desde luego en casos como este terremoto, no se han visto en ninguna imagen, porque no ha habido tales escenas. Con mucho orden y sentido común, con una mentalidad muy diferente a la nuestra, los japoneses han dado auténticas lecciones al mundo. Viendo el modo en que se ha recibido esta tragedia, no cabe duda de que Japón se recuperará de los efectos materiales del terremoto y posterior tsunami. La mentalidad japonesa ha enamorado al mundo, porque no han dejado de comportarse de forma ejemplar. Es su forma de ser, está en su cultura, pero algo podíamos copiar o aprender de ellos.


A los pocos días del terremoto, se anunció que en Tokio se iba a tener que producir un gran apagón para ahorrar energía. Pues bien, los japoneses ahorraron energía, en muchos casos a pesar del frío intenso no pusieron la calefacción, y lograron que no se tuviera que hacer ese gran apagón. Hay muchas imágenes que quedarán para siempre en nuestra retina de esta tragedia natural, la mayoría de ellas son las que tienen que ver con la devastación del tsunami o la fuerza del terremoto, pero también hay otras que hablan mucho y bien de los japonenes. Como aquella en la que un equipo de rescate encuentra a un fallecido entre los escombros y todos los miembros del grupo se cuadran en señal de respeto ante el muerto. O esas otras en las que se ve el civismo y el orden con el que los japonses hacen cola en los centros de atención a los damnificados para recibir alguna ayuda. El carácter del pueblo japonés es muy especial y esta tragedia ha hecho que, de forma más clara, el resto del mundo tuviera buena muestra de hasta qué punto esto es así. Ni qué decir tiene que no se han dado saqueos ni nada por estilo, todo lo que han hecho los japoneses es afrontar su destino con serenidad. Ojalá todo les vaya bien porque ciertamente se lo merecen.


A modo de conclusión del asunto de Japón, antes de entrar en Libia, la situación en la central nuclear de Fukushima sigue preocupando mucho. No se ha podido dar por superada la crisis, y además se están comenzando a notar las consecuencias de las fugas que no se pudieron evitar en los días posteriores al terremoto. Así, a la contaminación radioactiva que se encontró en algunos alimentos, se une ahora el agua de algunas zonas de Japón. Por si esto fuera poco, la última hora que llega desde Japón cuenta que se ha evacuado la central por un escape de humo en el reactor 3. Es decir, las fugas que se produjeron anteriormente ya están dejando sus efectos, y tampoco se puede afirmar que la situación actual invite al optimismo. En Fukushima, tal y como hace pensar esta noticia, la situación no está controlada. Se sigue trabajando duro en la central para tratar de frenar el riesgo nuclear, pero de momento habrá que seguir con mucha atención los avances que se vayan dando y las noticias que lleguen desde allí. La evacuación de la central es sin duda una mala noticia, un paso atrás. El punto polémico de este tema está en el debate sobre el uso de la energía nuclear, y también en la controversia sobre si las autoridades japonesas están diciendo toda la verdad.


En relación a la guerra de Libia, Gadafi ha reaparecido ante las cámaras para pavonearse y decir que esta contienda la va a ganar frente a los aliados. Estos últimos días, las informaciones sobre Libia se habían centrado en las acciones de las fuerzas aliadas, pero esta vez toca atender a lo que dice el dictador libio. "Libia está preparada para la batalla, ya sea corta o larga" ha dicho el sátrapa. Gadafi cree que "al final saldremos victoriosos". El líder libio ha insistido que no tiene pensado irse de su casa, de su país, y también ha asegurado que "las masas serán más fuertes que las defensas antiaéreas". Su lectura de la intervención militar de los aliados contra él es la siguiente: "este ataque es de un grupo de fascistas que terminarán en el basurero de la historia". Una vez más el mismo cuento de siempre, un dictador alocado que cree que lo que está haciendo pasará a la historia y que sólo es ella la que lo podrá juzgar. Gadafi afima también que hay manifestaciones "por todos lados" en contra de esta intervención. Son las primeras palabras del líder libio tras el comienzo de la operación contra lo que está haciendo con su pueblo. No hay nada nuevo en lo que dice el dictador, pues no había duda de que mantendría su actitud chulesca de siempre.


Sobre los planes de Gadafi habló ayer la secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, quien afirmó que el dictador libio podría estar buscando un exilio en algún país. Es decir, según estas declaraciones de Clinton, una de las opciones que se barajan para poner punto y final al conflicto es la marcha de Gadafi fuera de Libia. Esto contrasta con lo que afirmó ayer el coronel en su intervención televisiva. Eso sí, la propia Clinton ha apuntado una obviedad tratándose de Gadafi al afirmar que su comprtamiento es "impredecible" y al reconocer que en estos posibles movimientos del dictador y de su entorno para salir de Libia podría haber "algo de teatro". En fin, ahora que parece que los aliados no tienen como objetivo derrocar a Gadafi, la marcha de éste sería una grata noticia. En todo caso, no se entiende mucho que Obama declarara ayer que si Gadafi sigue en el poder el pueblo libio se enfrenta a una gran amenaza, pero que no tengan la intención de echarle con esta operación. Es difícil saber qué se busca entonces si no es la marcha el dictador. Con el tiempo que se han tomado para actuar, ya podrían haber dejado claro quién iba a estar en el mando de la intervención en Libia y cuál era el objetivo y el escenario posterior a su marcha.


Obama dijo ayer que no tiene duda de que pronto se llegará a un acuerdo sobre quién debe tomar el control de la operación aliada. La intención de Estados Unidos es quitarse de en medio o, mejor dicho, dejar de liderar la intervención para que sea la OTAN la que se ponga al frente. Francia es el país más reticiente a ello, pero según algunas informaciones podría dar su brazo a torcer y ceder en este punto. A lo largo del día de hoy podría haber ya un acuerdo para dejar claro quién toma el mando de la operación. Mientras tanto, seguiremos preguntándonos cómo es posible que detalles tan importantes como éste no se hayan decidido con anterioridad. Otra pregunta que nos hacemos todos es si dirán la verdad cuando afirman que Gadafi no es un objetivo de esta operación militar. Como dije ayer, creo que se va a llegar a un punto de no retorno, ¿o es que alguien se imagina un final de esta intervención en la que el líder libio siga en el poder? ¿Acaso tienen puestas todas sus esperanzas en que el dictador se marche por su propia voluntad? Incógnitas que se irán resolviendo con el paso del tiempo mientras la guerra continúa en aquel país.

Comentarios