Dudas sobre los rebeldes libios



Al tiempo que algunas dudas se van despejando, surgen otras en relación a la intervención aliada en Libia. Aunque en algunas ocasiones hayan dicho lo contrario, los aliados se han posicionada de forma bastante clara al lado de los rebeldes. De este modo, ante este apoyo claro a su causa y a sus acciones militares contra las tropas leales a Gadafi, es natural que los países que están interviniendo en Libia se preocupen por saber algo más sobre este grupo de oposición al dictador. Existen muchas preguntas que nos podemos hacer sobre estas personas, todas ellas se resumen en una: ¿quienes son los rebeldes libios? Porque en Occidente nos estamos haciendo la imagen de que se trata de un grupo de personas que pretenden llevar a cabo cambios democráticos en su país, pero quizás eso sea ir deducir demasiado. Según vamos conociendo medidas y decisiones por parte de los aliados, más claro queda que no se estudió lo suficiente la situación en Libia antes de intervenir. He insistido en este blog mucho sobre el hecho de que cuando se va a una guerra hay que plantearse el escenario posterir a la contienda, algo que están haciendo con la guerra empezada los países aliados. Si te sitúas al lado de los rebeldes, y eso es lo que parece, qué menos que informarte sobre qué grupos componen la oposición a Gadafi.

Estas últimas horas hemos conocido importantes noticias sobre la guerra de Libia. De la guerra en sí, la noticia es que siguen adelante los combates y que los avances de los rebeldes no son tan significativos como querían hacernos ver hace dos días. Los países que intervienen en Libia se reunieron ayer en Londres y allí debatieron sobre el futuro del país. Algunos países están por la labor de facilitar a Gadafi una salida honrosa, librándose de tener que dar la cara ante los tribunales de justicia. Es el caso de Italia. Berlusconi parece invadido por la nostalgia de aquellos tiempor, no tan lejanos, en los que el dictador libio era amigo de Occidente. Como ya comenté en otra entrada anterior, Turquía se ofrece para una salida negociada al conflicto. El resto de países también debaten qué hacer, aunque da la sensación de que ya no se dice con tanta contundencia que Gadafi no es el objetivo de esta intervención. Que el dictador debe irse se da por hecho, y derrocarle es lo más lógico en estas circunstancias. La única duda es la que plantean posturas como la italiana en relación a si el dictador podría buscar un refugio alejado de las garras del Tribunal de la Haya. Lo que los rebeldes no aceptarían bajo ningún concepto es una transición liderada por el hijo de Gadafi o algún dirigente del régimen libio.

Por otro lado, es la OTAN la que tiene ya el mando de las operaciones en Libia. El traspaso de poderes se ha llevado a cabo y ya es este organismo el que está al frente de la intervención aliada en este país. Según distintas informaciones, los bombardeos de los aliados a intereses de Gadafi están siendo claves para el avance o retroceso de los rebeldes. De este modo, según informan diferentes medios, el retroceso en torno a Sirte de los opositores a Gadafi podría haber estado propiciado porque los aliados no han bombardeado a las tropas del dictador en este punto. Parece lógico que así sea, pues la ventaja de contar con el espacio aéreo, que estaba en manos de Gadafi en un primer momento antes de la intervención aliada, inclinaría ahora la balanza hacia el lado de los rebeldes. Por otro lado, la campaña de (des)información por parte del régimen libio continúa, y no paran de dejar a la prensa acceder a lugares donde, siempre según las autoridades, los bombardeos aliados han provocado heridos y muertos entre la población civil. Este punto se niega desde los países que están actuando en Libia. Algo no lo podrá negar nadie: la población libia está siendo la gran perdedora de esta guerra, pues están metidos en una contienda que sólo puede dejar más sufrimiento y dolor.

Hay países del mundo que están en contra de esta intervención, como es el caso de Venezuela o Argentina. "Cuando observo el mundo que resuelve sus cuestiones a bombazos, me siento orgullosa de ser de América del Sur", dijo Cristina Férnandez, presidenta de Argentina. La oposición de Chávez a esta guerra era por todos conocida antes del encuentro entre estos dos mandatarios en Buenos Aires. Son dos de las voces críticas con esta operación que, en todo caso, cuenta con una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y con apoyo de gran parte de los países occidentales, y también de algunos países de la zona. Las palabras de ayer de la presidenta argentina reflejan una mentalidad pacifista y algo utópica. Todos preferimos las palabras a las bombas, pero aún no he escuchado por parte de los contrarios a esta intervención en Libia una alternativa real para intentar que cesaran los bombardeos de Gadafi contra su pueblo. No sé si es lo más responsable, pero sí es lo más fácil para ganarse el aplauso de muchos decir que se está en contra de esta intervención. Todos estamos en contra de las guerras, al menos la inmensa mayoría, pero en este caso no se ven más salidas que intervenir de este modo en Libia. ¿El diálogo hubiera dado sus frutos? Tratándose de Gadafi, lo dudo.

Los países que apoyan esta intervención, y sobre todo los que están implicados en ella, temen que Libia se convierta en un segundo Irak. Es por ello que han decidido intensificar sus acciones para forzar a Gadafi a tener que dejar el poder. La idea de fondo sería que el dictador, ahogado por el ataque aliado y por los bloqueos, decidiera marcharse. ¿A un cómodo exilio? ¿Sin responder de sus crímenes ante la justicia? Desconozco si los rebeldes aceptarían que Gadafi se marchara sin pagar por sus actos criminales. Lo ideal sería que el dictador se sentara en un banquillo para responder por los crímenes contra la Humanidad que ha cometido en estas últimas fechas y en las décadas que lleva al frente del país. En todo caso, quizás sí se aceptaría como mal menor, o como una cesión invevitable, que Gadafi se marchara a algún país en el que pasar plácidamente el resto de sus días. Sería repugnante que el dictador no respondiera por sus hechos, pero hay países que proponen esta salida al conflicto. Sería un modo de acabar con la guerra quizás, pero habría que hacerlo con la nariz tapada porque apestaría que este tipo no tuviera que pagar por todo lo que ha hecho a su pueblo. Todo son especulaciones por el momento.

Las dudas sobre los rebeldes libios de las que hablo en el título de esta entrada se refieren sobre todo a una cuestión: ¿se debe armar a estos rebeldes? Es algo que Estados Unidos se está planteando. Pero resulta que la inteligencia estadounidense ha descubierto algún supuesto vínculo de los opositores a Gadafi con Al Qaeda y con Hizbulá, grupos terroristas. La conveniencia de armar a los rebeldes queda en entredicho con estas informaciones. Incluso si no hubiera tales conexiones con los grupos terroristas, considero que tendrían que pensarse muy a fondo tomar una decisión así. El pasado nos da ejemplos de casos en los que se ha armado a un grupo y esto ha supuesto un auténtico desastre para el mundo. Libia no puede convertirse en un nuevo Afganistán o en un nuevo Irak. Armar a un grupo rebelde del que sabemos más bien poco es muy arriesgado. No hay duda de que ayudaría a que Gadafi perdiera la guerra, pero hay que plantearse la cuestión más a fondo, sin quedarnos en ver las primeras consecuencias de tus actos. No creo que sea acertado armar a los rebeldes. Se trata de un grupo con el que han visto supuestos enlaces con Al Qaeda. Este argumento debería tener el suficiente peso como para echar atrás esta medida, pero según parece Obama se lo está pensado.

Los rebeldes han recibido ya el apoyo militar (a través de la operación en Libia de los aliados) y el apoyo político del mundo. Pero no dejan por ello de existir dudas sobre su composición, sobre quiénes están al frente de este grupo. Puede que, en efecto, se trate de un conjunto de libios que desean la llegada de la democracia a su país, pero también puede que la realidad no sea tan positiva. Armar a los rebeldes sería dar un paso más hacia este apoyo incondicional a un grupo del que lo desonocemos casi todo. Gadafi debe irse, y la lógica indica que deben ser los rebeldes a los que todo el mundo mire cuando esto suceda, pero como ya expresé en una entrada anterior, convendría conocer mejor a esta oposición a Gadafi. Aunque Libia poco tiene que ver con Túnez y Egipto, allí sí había una oposición más o menos organizada. En este caso no sabemos casi nada de los rebeldes libios. La guerra sigue con las ideas algo más claras por parte de los aliados en lo que tiene que ver con el futuro de Gadafi, pero con más dudas nuevas en relación a si se debe armar o no a los rebeldes. Veremos qué decisión toma Estados Unidos y el resto de países sobre los próximos pasos que pueden dar en la guerra.

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