Cuestiones políticas


Hoy hablaré de diversas cuestiones políticas. De este modo, hoy ETA publica un nuevo comunicado en Gara, aunque tampoco parece a primera vista que diga nada nuevo. Además se sigue debatiendo sobre el futuro de Zapatero y a este debate ha entrado Emilio Botín, el presidente del Banco Santander, quien según parece pidió ayer al presidente del gobierno que no anuncie todavía que se va. A esto se suma la situación económica española, que según los grandes empesarios que se reunieron ayer con Zapatero ha mejorado desde la última vez que se vieron las caras. El "no a la guerra", que está bastante debilitado y en el que no están todos los que eran y las propuestas del PP completan esta entrada de hoy. En definitiva, entrada doméstica, de asuntos de casa. Hace tiempo que no escribo de la política española, y esto se debe a que la actualidad manda y a que en estos momentos lo que sucede fuera de nuestras fronteras resulta más noticiable que lo que sucede dentro. Pero hoy sí echaré un ojo a aquello que es noticia en la sección de nacional de los diarios. Todo pasa ya por las elecciones autonómicas y municipales del 22 de mayo. Pensando en esos comicios están ya todos los partidos políticos y es que queda relativamente poco para esa gran cita.

En el PSOE están algo divididos por la sucesión de Zapatero. Esta semana se ha desmentido desde el partido que Zapatero fuera a anunciar que no se presentaría a la reelección en las generales del año que viene. Marcelino Iglesias dijo en la sede del PSOE que el secretario general del partido (o sea, Zapatero) no había anunciado que la reunión del próximo sábado fuera a ser escenario de un anuncio importante. Zapatero es bastante imprevisible y resulta difícil establecer cuándo anuncia qué va a hacer en relación a su futuro político, ese futuro político que según anunció hace meses ya tiene decidido y que sólo saben él, su mujer y una persona del partido. La duda dentro y fuera de su partido es si el anuncio de su previsible paso atrás debería llegar antes o después de las elecciones del 22 de mayo. Nadie se pone de acuerdo dentro del PSOE. El temor en las filas socialistas, temor poco disimulado en algunos casos, es que Zapatero sea en cierta medida un lastre para las aspiraciones electorales de los candidatos a las municipales y autonómicas de mayo. La suspensión del mitin de Vistalegre hace un par de semanas provocó un buen número de especulaciones sobre esta cuestión. Se discute sobre si es un modo de quitar a Zapatero de en medio.

El desgaste que está sufriendo el gobierno es notabe, y los miembros del PSOE que concurren a las elecciones tienen miedo de que ese descontento pueda pasarles factura. Aunque ahora los socialista digan que lo importante de los comicios de mayo es lo que se elige, es decir, ayuntamientos y gobiernos autonómicos, cuando les interesó bien que dijeron, como dice ahora el PP, que estas elecciones pueden tener cierta lectura nacional. Todo va por barrios, y ahora es en Génova donde interesa hacer una lectura en clave nacional a estas elecciones. El PP quiere que esta cita sea una especie de plebisicito sobre la figura de Zapatero, y no falta quien cree que si el PSOE se descalabra tal y como anuncian algunas encuestas, se podría dar un avance electoral de las generales. El discurso que se mantiene en el PSOE es que lo que se decide no es el gobierno de España, sino el regional de cada comunidad y municipio, y que Zapatero no se presenta a estas elecciones. Ahora no toca, dicen desde las filas socialistas, hablar de las generales ni de el futuro de Zapatero. Será en todo casi inevitable que a quien más le interese no haga una interpretación en clave nacional. De hecho el titular de algunos medios para el 23 de mayo está ya claro si se dan los resultados que auguran las encuestas: aires de cambio.

Esta semana hemos asistido a una cierta lucha interna por el poder, por suceder a Zapatero. Da la sensación de que todos dan por amortizado al presidente. Barreda, el presidente de Castilla La Mancha que no se suele moder la lengua, dijo que Zapatero había cumplido una etapa. Algún líder del PSOE se muestra contrario a esta idea en público, pero creo que en el fondo es lo que tods piensan. Chacón y Rubalcaba están siendo señalados como los dos candidatos a suceder al presidente. La ministra de Defensa vela armas para la batalla con el vicepresidente (lo siento, me ha salido el símil militar facilón). Si Bono elogía a Rubalcaba en público tras reunirse con él en el Congreso de los Diputado (hay que ver cómo le gusta a Bono estar siempre en los focos), Barreda hace lo propio con Chacón en un acto en Castilla La Mancha. Estos elogios se interpretan como apoyos a sus aspiraciones a ser candidatos del PSOE a las próximas elecciones generales. Todos dan por hecho que Zapatero no va a seguir. También se tiene por seguro que el duelo será entre Rubalcaba y Chacón, y muy pocos apuntan a una tercera vía. La posibilidad de algún candidato sorpresa, de alguien menos desgastado por haber estado en el gobierno central estos últimos años, parece desecharse.

Ayer el presidente del gobierno se reunió con los grandes empresarios del país y, cómo no, el debate sucesorio también estuvo presente en esta cita. Así, algunos importantes empresarios como Emilio Botín, le pidieron al presidente que diera estabilidad política para que se saquen adelante las reformas, es decir, que no anuncie ahora que se va o que no se presentará a las generales como candidato del PSOE. Quizás se mira a Portugal y se piensa que la inestabilidad política es un mal compañero de viaje cuiando se trata de hacer reformas importantes. El sábado próximo es una fecha que muchos señalan como el día en el que Zapatero va a anunciar su decisión. Si Zapatero dice que no se presentará a las elecciones, le da el discurso hecho al PP, pues desde la oposición se dirá que si Zapatero ya no es válido para el PSOE, tampoco debe serlo para España. Si, por el contrario, no anuncia que lo deja, las tensiones dentro del partido y el temor a que el presidente no sirva de ayuda, más bien todo lo contrario, de cara a las elecciones de mayo. Haga lo que haga algo es seguro: será criticado por ello. Hace tiempo ya que muchas personas ven al presidente culpalble de todos los males que aquejan a este país. Si se va, se le pedirá que deje el gobierno y convoque elecciones. Si no lo hace, se dirá que está prolongando la agonía.

A ver qué sucede en el comité federal del sábado. Sobre el PP, el principal partido de la oposición tampoco es ajeno a este debate sucesorio dentro del PSOE. Ayer Rajoy habló en un acto preelectoral en Toledo. Se demostraron varias cosas, entre ellas que el PP concede gran importancia a Castilla La Mancha, uno de los feudos del PSOE que intentarán arrebatarles. Otra de las cosas que quedó claro es que estrategia principal del PP es la del acosos y derribo a Zapatero. Ayer se dijo que las nuevas medidas que presenta el presidente no servirán, al tiempo que se ponía en duda si no habrá más o si éstas no durarán mucho. Desde el partido de Rajoy se defiende la tesis de que el gobierno va a bandazos y que nunca se sabe lo que puede pasar. En ocasiones, todo hay que decirlo, el ejecutivo sí da razones para pensar así. Sólo en ocasiones. El caso es que ayer Rajoy dejó claro lo que piensa del debate sucesorio en el PSOE. Dijo que a los españoles no es esto lo que les preocupa y que es una falta de respeto para los ciudadanos están enzarzados en estas luchas internas y en estos debates de caras. ¿Propuestas? Pues la transparencia y la regeneración democrática. Eso sí, con Camps como candidato de PP en Valencia.

Sobre dos temas que se quedan en el tintero, el último comunicado de ETA y el movimiento social del "no a la guerra", diré brevemente lo que piensa de cada tema. Del primero sólo se puede decir que no hay nada nuevo en el último comunicado de la banda. Sortu recibió un varapalo esta semana al no ser reconocido como partido legal por el Supremo. Ahora se busca la alianza con EA para poder estar en las elecciones de mayo. La última palabra no está dicha, y este grupo tratará de estar en los comicios y de colarse en las instituciones de un modo u otro. En relación al asunto de la guerra de Libia, la oposición que hay en España a la intervención española en este conflicto es muy inferior a la que que había en 2003 con la guerra de Irak. Esto se explica en que la intervención en Libia está amparada por una resolución de la ONU, mientras que la guerra de Bush, Aznar y compañía se hizo a su aire. Y sobre todo que en su día el principal partido de la oposicón decidió atacar al gobierno con el tema de la guerra, y ahora el PP no hace lo mismo porque cree que se está haciendo lo adecuado. IU se queda sola en este movimiento pacifista. Todos preferimos el diálogo a las armas, pero en Libia Gadafi no dio muchas posibilidades a la solución diplomática.

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