Avance rebelde en Libia



A esta hora hay mucha confusión sobre hasta dónde están dándose estos avances de los opositores a Gadafi en Libia. Los rebeldes aseguran haber tomado Sirte, ciudad natal del dictador y punto clave en esta guerra. Es algo que todavía no se ha podido confirmar. Todo conflicto de este tipo da lugar a muchos rumores y contra rumores de unos y otros. La guerra por la información es también un arma de la que se sirven los dos bandos en sus enfrentamientos con el rival. Lo que sí es un hecho es que los bombardeos de los aliados están provocando cambios en el escenario de la guerra libia. Tanto es así que en algunos medios se habla incluso de "huida en desbandada" de las fuerzas de Gadafi. Según estas informaciones, los rebeldes están aprovechando el apoyo aéreo de los aliados para avanzar posiciones. La confusión reina en Libia y los rumores corren a mucha velocidad. Es en torno a la toma de Sirte por parte de los rebeldes donde hay en estos momentos más noticias confusas. No se sabe a ciencia cierta si esto es así. El hecho de que no se haya podido confirmar totalmente este avance de los opositores a Gadafi no ha evitado que se celebre en Bengasi como un nuevo triunfo de los rebeldes en su guerra contra el dictador.

Adjabiya, Brega y Ras Lanuf son otros puntos que según diversas informaciones también habrían tomado los rebeldes. Estos avances de las tropas contrarias al dictador pueden ser decisivos en el avance de la guerra. Se estarían empezando a notar los efectos de la intervención aliada en aquel país. Los rebeldes comenzaron esta guerra con importantes avances, hasta el punto de que se daba por hecho que las horas de Gadafi en el poder podían estar contadas, pero el dictador actuó de forma contundente con bombardeos a la población civil y con avances hacia los lugares que estaban bajo control de los rebeldes. Así, el panorama de la guerra cambió por completo y fueron las tropas leales a Gadafi las que más avanzaron y las que tomaron la iniciativa. Bengasi estaba siendo asediada por estas fuerzas, y faltaba muy poco para que la capital de los rebeldes fuera tomada por los fieles al dictador cuando se decidió la intervención aliada internacional. Este hecho ha dado un nuevo giro a la guerra, inclinando la balanza del lado de los rebeldes. Ahora son éstos los que más están avanzando y los que consiguen día sí y día también nuevas victorias que pueden estar haciendo que los mandatarios libios se pongan algo nerviosos y puedan estar pensado en gestos para salvar la cara.

En este sentido, ha llegado una información a algunos medios de comunicación según la cual el hijo de Gadafi, ése que ha salido a la prensa para amenazar a la población libia y para defender las mismas tesis disparatadas de su padre, podría haberse ofrecido para pilotar un proceso de transición. Eso sí, a cambio de eso habría pedido que su familia quedara impune de los crímenes que han cometido. Es decir, quiere ser él el que lleve adelante una transición, y además desea que el régimen salga de forma honrosa de esta guerra. La transición que supuestamente habría propuesto el hijo del dictador duraría tres años. Esta noticia puede parecer poco creíble, y no sería la primera vez que se da a entender que desde el régimen de Gadafi se va a hacer algún movimiento y luego sale el dictador o alguno de sus secuaces a decir más de lo mismo y a insistir en que ellos son poco menos que los elegidos para gobernar Libia. En todo caso, aunque esta información fuera cierta, es lógico pensar que los opositores no aceptarían bajo ningún concepto al delfín de Gadafi como líder de este proceso de transición. Y no les falta razón para desconfiar de este tipo. Por todo lo que ha hecho y dicho, porque no pueden salir impunes de todo esto, y porque a lo que aspiran en estos momentos es a echar a Gadafi y a su gente del poder.

Esta guerra en Libia tiene como escenario de la misma este país, y es lo que sucede allí lo que más nos debe ocupar y preocupar, ya que toda guerra deja tras de sí muerte y destrucción, y la pérdida de vidas humanas es lo único irreparable. No obstante, también son noticia los movimientos en Occidente sobre esta confrontación. Así, destaca el intento de Turquía de mediar para buscar una salida dialogada a este conflicto, y la toma del control de la operación militar a manos de la OTAN. Vamos por partes. Sobre el intento de Turquía de mediar en esta guerra, su planteamiento es más que razonable. En unas declaraciones a The Guardian, Erdogan, primer ministro turco, ha dicho que su país quiere interceder para buscar una salida pactada y diplomática a este conflicto. Se argumenta que una guerra larga en Libia podría convertir a este país en un segundo Irak. Es muy oportuna esta reflexión por varios motivos, el principal es que a veces da la impresión de que se ha iniciado esta operación en Libia por parte de los aliados sin tener del todo claro cuál es el escenario posterior a la guerra que se espera encontrar. Cuando s hace una intervención de este tipo, hay que plantearse muchas cuestiones, y una de ellas es el día después al final de la guerra.

Por este motivo es muy adecuado que haya un miembro de la OTAN, en este caso Turquía, que invite a reflexionar sobre esta cuestión. Erdogan dijo también que las negocaciones, o más bien los contactos, con el régimen de Gadafi y con los rebeldes siguen adelante. Sería lo más deseable que se lograra un final pactado a este conflicto. Es tan deseable como improbable, pues las posturas están muy enfrentadas y ninguna de las dos partes parece muy dispuesta a ceder en relación a sus posturas iniciales. Gadafi tendría que asumir que se tiene que ir, eso para empezar. Pero no quedaría ahí la cosa, ya que los rebeldes tampoco aceptarían por las buenas que el dictador se fuera de rositas y no pagara por todo lo que ha hecho. Además estaría una complicación añadida: la transición que tendría que empezar el país. ¿Quién la pilota? ¿Quién se pone al frente? ¿Cómo se organiza? Todo son interrogantes, pero estas últimas preguntas también habrá que planteárselas cuando se acabe la guerra que está sufriendo ahora Libia. En todo caso, es muy acertado que haya quien intente que se ponga un punto y final a esta guerra de forma pactada y negociada. Los intentos porque así sea deben ser recibidos con satifacción. Eso sí, también con cierto escepticismo sobre su éxito.

Cuando los aliados decidieron intervenir en Libia, se supone que se habían agotado todas las fuentes diplomáticas, todas las vías de diálogo que se pudieran haber explorado. Si el mundo decidió intervenir es porque había razones de peso para hacerlo. Según algunos, esas razones se resumen en una sola palabra: petróleo. Creo que esa lectura de los hechos es muy respetable, pero también bastante simplista. Lo cierto es que la población civil estaba siendo víctima de los ataques del dictador Gadafi. No quedó más remedio que actuar, y para gusto de muchos esta actuación llegó tarde. De todos modos, es positivo que Turquía intente lo que se antoja imposible: una salida negociada de este conflicto. Mientras esto se debate y la OTAN asume el control de las operaciones militares en Libia, la guerra no cesa en este país. Los rebeldes están notando a su favor el apoyo de los aliados y por ello están avanzando hacia posiciones de las tropas leales a Gadafi que están huyendo de algunas ciudadades ante el avance de los opositores. ¿Significa esto que el temor a una guerra larga se está diluyendo por estas victorias rebeldes? Resulta muy pronto para afirmar tal cosa. Trípoli sigue en manos de Gadafi. El tiempo dirá hacia dónde avanza esta guerra.

Por último, hoy desde fuera de nuestras fronteras llega otra noticia importante y triste. Se trata de un atentado en el sudeste de Afganistán. Este acto terrorista ha provocado al menos una veitnena de muertos y cincuenta heridos. Al parecer un terrorista suicida ha estadallado su vehículo contra una empresa de construcción. La situación en este país está muy lejos de ser normal. Muy al contrario, este tipo de atentados se están convirtiendo en algi habitual, casi en parte del paisaje de Afganistán. El país es un polvorín y nadie consigue que la situación cambie de ninguna manera. Esto, dicen las autoridades turcas, es lo que hay que evitar en Libia. Viendo lo que pasa en Irak y Afganistán, una prioridad debe ser, en efecto, que no se repita esta inestable situación en ningún otro país del mundo.

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