Gadafi pierde el control del este de Libia


Ayer fue un día especial para España, porque hacía treinta años que la democracia de nuestro país salió fortalecida de un intento de golpe de Estado y hubo actos emotivos como el que se celebró en el Congreso de los Diputados reuniendo a los parlamentarios de entonces con los de ahora en el mismo lugar donde el 23 de febrero de 1981 Tejero hizo su burda y patética intentona, o también la comida con el Rey Don Juan Carlos, pieza clave para que el golpe no saliera adelante, en el Congreso con líderes de entonces. Fue un día en el que se rememoró uno de los obstáculos que la joven democracia española superó con éxito en esos años de la Transición. Antes de hablar de Libia, centro de todas las preocupaciones del mundo entero porque Gadafi sigue aferrándose al poder y atacando a su pueblo, quiero mostrar aquí mi agrado con los actos que ayer se llevaron a cabo. Hubo varios, uno de ellos el homenaje que se hizo al general Gutiérrez Mellado. La ministra de Defensa, Carme Chacón, anunció que Madrid dedicará una calle a este militar valiente que tanto hizo por la Transición española al lado del presidente Suárez. Es el primer militar de la democracia que logra tener una calle en Madrid, y no podía ser otro más que él.
En el Congreso de los Diputados, la actividad normal de un miércoles siguió adelante y hubo sesión de control al gobierno, pero hasta en ella estuvo presente el 23-F y su treinta aniversario ya que el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se negó a responder a Rajoy sobre economía para evitar así discutir con él en un día tan señalado en el que se recordaba la intentona golpista. Al líder del PP no le sentó nada bien, por cierto, esta maniobra del presidente para evitar responderle. En todo caso, lo más importante que pasó ayer en el Congreso llegó después con la comida que reunió en la misma mesa al actual presidente, al presidente del Congreso, a su Majestad el Rey Don Juan Carlos y a líderes de esa época como Felipe González, Santiago Carrilo o Manuel Fraga. Una reunión cargada de emociones y recuerdos. A la entrada al Congreso para asistir a esa comida, el Rey se acercó a los periodistas para decir que está satisfecho con el desarrollo de España estos últimos treinta años y para bromear con ellos al decirles que esta noche ha dormido mejor que la de aquel 23-F. Por último, al ser preguntado sobre si cree que se sabe toda la verdad sobre esta intentona golpista, el Rey dijo que creía que sí, y que si no alguien se la inventa por ahí.
Más tarde se celebró una sesión extraordinario en el Congreso de los Diputados a la que asistieron diputados de entonces y de ahora, así como representantes de la sociedad española y también del ejército. José Bono y el entonces presidente del Congreso, Landelino Lavilla, tomaron la palabra para recordar a todas las personas que mostraron una enorme dignidad aquel día que pudo cambiar la Historia de España. Bono elogió de forma muy especial al presidente Adolfo Suárez, de quien dijo que era la figura fundamental de la época. El aplauso de los asistentes a esa sesión especial fue un merecido reconocimiento a quien fue presidente del gobierno durante la Transición. Una persona que fue muy mal tratada en su momento por dirigentes de otros partidos y del suyo propio. Lástima que hoy, debido a su enfermedad, no pueda recibir el cariño y la admiración que se mostró hacia él ayer en el Congreso de los Diputados. Lástima que no pueda recordar lo decisivo que fue para poder hacer que España avanzara hacia la democracia. El respeto de todo el país para Adolfo Suárez y ese aplauso de ayer deben hacer que su familia se sienta aún más orgullosa del presidente. Lavilla habló tambén ayer y destacó la actitud de los diputados que estaban ese día en el Congreso.
En resumen, y ya entro en el tema de Libia porque es el asunto que de verdad más preocupa a todos en la actualidad, ayer se hicieron las cosas bien. Los actos que se llevaron a cabo en el Congreso fueron my emotivos y acertados. El presidente del Congreso, José Bono, ha estado muy correcto al decidir celebrar estos actos en el treinta aniversario del intento de golpe de Estado. Nada se celebraba ayer, pero sí se recordaba y se homenajeaba la actitud de muchas personas. El modo en que algunos diputados se portaron ese día ha pasado ya a la Historia. Las imágenes de Gutiérrez Mellado plantando cara a Tejero o la de Adolfo Suárez en pie cuando el guardia civil diparó al techo del Congreso son dos de las más recordadas y admiradas escenas de aquel día. El 23-F quedó en algo que incluso reforzó la democracia española, la hizo más sólida y ayudó a que de una vez por todas en nuestro país se cerrara la puerta a los salvadores de la patria que en tantas ocasiones a lo largo de nuestra historia han intervenido en en devenir de los acontecimientos en España. Ayer se recordó esta fecha, porque como dijo el presidente del Congreso hay que echar un pulso al olvido. Mirando hacia atrás podemos valorar lo mucho que ente todos hemos avanzado, y los muchos obstáculos que se han superado.
Sobre Libia, la situación es ciertamente grave. Ayer circuló una cifra escalofriante: 10.000 muertos en lo que va de revuelta. No se ha podido confirmar, pero viene a certificar que lo que está sucediendo en este país es una masacre de Gadafi contra su propio pueblo. Las noticias que llegan desde Libia dicen que el este del país está ya controlado por los opositores a Gadafi. Él se está haciendo fuerte en Trípolo donde, por el momento, el control continúa en manos gubernamentales. Según distintas informaciones, parece que se ha convocado para mañana una manifestación en la capital para tratar de imitar así el modelo egipcio. Pero lo que está pasando en Libia se acerca más a una guerra civil que a unas revueltas. De este modo, la tragedia en relación a la cantidad de personas que están dando su vida para luchar por la libertad de su país es inmensamente superior al de otros países como Egipto. Lo cierto es que ningún otro dirigente se había decidido, como ha hecho este loco, a bombardear a su población y a purgar su país de opositores. La actitud de Gadafi, claramente desequilibrado por lo visto en su interevención en televisión de hace unos días, está haciendo que la situación sea un baño de sangre. La cifra de 10.000 muertos deja muy claro esta cruda realidad.
¿Qué hace la comunidad internacional mientras tanto? Pues parece que, poco a poco, se va reaccionando a este comportamiento criminal de Gadafi. La Unión Europea condena a las autoridades libias y parece lógico que así sea. Ayer el presidente de Estados Unidos, Barack Obama pidió unidad a la comunidad internacional en su respuesta a lo que está haciendo Gadafi. Además, aseguró que "el sufrimiento y la matanza" que está viviendo Libia es "inaceptable". Obama dijo que estaba estudiando "una amplia gama de opciones" para responder a la masacre que está provocando Gadafi. Eso sí, el presidente estadounidense quiere que el mundo hable con una soloa voz y por ello desea consensuar la respuesta a Libia con Europa y con el resto de países árabes. Gadafi está solo ante la comunidad internacional. Como bien dijo la ministra de Exteriores de España, Trinidad Jiménez, una persona que bombardea a su propio pueblo carece de legitimidad para seguir gobernándolo. Resulta, en todo caso, muy lenta la reacción de la comunidad internacional ante esta situación tan alarmante. No sé muy bien qué medidas se deberían tomar frente a la locura de Gadafi, pero sí que algo se tiene que hacer y que cuanto más tiempo pase más libios van a morir en los enfrentamientos.
El régimen de Gadafi está muy débil y el este del país está ya bajo el control de la población. También en el oeste se han producido importantes avances de los opositores. Está por ver cómo se desarrollan los acontecimientos pero no conviene olvidar que cada día están muriendo muchas personas inocentes por los ataques de Gadafi y sus secuaces a su pueblo. Es lógico que en la UE se preocupen de un posible éxodo masivo a tierras europeas de personas procedentes de Libia, pero también deberían hacer algo para intentar frenar esta sinrazón. La UE y Estados Unidos deben actuar de forma más decidida y lo antes posible contra Gadafi. Hay que frenar a este energúmeno y hay que llevarle ante los tribunales para que pague por lo que está haciendo. Libia está viviendo un continuo baño de sangre y Gadafi está dispuesto a seguir con la misma actitud contra los opositores. La comunidad internacional debe valorar esa amplia gama de posibilidades de la que habló ayer Obama y actuar con decisión ante el dictador libio. Con decisión y con la urgencia de saber que cada día que pasa hay más muertos en Libia. Es una emergencia humanitaria. Gadafi está atacando a su población y hay que hacer lo que esté en nuestras manos para intentar evitarlo. Muchas vidas están en juego.

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