El Día de la Despedida que no fue tal

Impresiona ver imágenes como la que ilustra la entrada de hoy en el blog y que se corresponde con el rezo de ayer en la plaza Tharir en El Cairo, escenario de la protesta contra Mubarak. Ayer los manifestantes llamaron al día Día de la Despedida, pero el presidente egipcio sigue aferrándose al cargo y eso que sus apoyos externos se van cayendo uno tras otro y ya ni siquiera le queda el resguardo de Estados Unidos. Ayer habló Obama y pidió una transición inmediata para Egipto. Mientras el resto de países maniobran de forma más o menos clara para lograr que Mubarak, otrora su gran aliado en la zona, se vaya, en Egipto la última cifra oficial habla de 11 muertos y más de 5.000 heridos. Es una situación muy convulsa y eso que ayer se dieron menos enfrentamientos y problemas que en la jornada anterior. No se sabe si el desánimo está empezando a cundir entre los manifestantes que sólo esperan un futuro mejor para su país y que desean la marcha de su presidente durante las últimas décadas. Lo cierto es que Mubarak no está poniendo nada fácil el fin de su régimen como, por otra parte, era de esperar pues alguien que lleva tanto tiempo con un poder absoluto se suele resistir a marcharse por la presión del pueblo al que dice representar.
La presión sobre los periodistas por parte de los partidarios de Mubarak se cobró ayer su primera víctima mortal. El fallecido es Ahmed Mohammed Mahmoud, periodista de Al Ahram y se trata de la primera víctima mortal de una estrategia de tratar de silenciar a la prensa internacional que incluye robo de materiales y ataques violentos contra personas que sólo van allí a contar al mundo lo que está pasando en Egipto. La prensa es siempre necesaria, pero más aún en situaciones como ésta en las que hay un riesgo de que la violencia se desate y en la que un pueblo está a punto de lograr un cambio para su país con protestas en la calle. Creo que los periodistas deben estar en el lugar de la noticia, y sin duda la noticia estos días está en Egipto por encima de en cualquier otro lugar. Todos los informativos de radio y televisión abren con la situación en Egipto y llevan a portada las crónicas de sus enviados especiales. La crisis de Egipto es el lugar donde tienen que estar ahora centradas las miradas de la prensa internacional. El gobierno de este país debe garantizar unas mínimas condiciones de seguridad para la prensa. El problema es que son los matones del gobierno los que están queriendo acallar la voz de la prensa. Una prensa que es más necesaria que nunca en este tipo de situaciones.
Sobre la persecución a la prensa, hay que decir que no se trata de un fenómeno nuevo. Más bien, todo lo contrario. Es algo habitual en todas las situaciones de conflicto: allí donde hay enfrentamientos violentos o choques entre distintos bandos, al menos uno de estos bandos no quiere testigos de sus actos. En Egipto se da la circunstancia de que, mientras los partidarios de Mubarak buscan eliminar a la prensa e imposibilitar su labor, los detractores del todavía presidente quieren que se cuente al mundo lo que está pasando, lo que están haciendo los egipcios para cambiar las cosas en su país. Unos no quieren que se cuente que están persiguiendo a los manifestantes, y otros desean que se cuente todo lo que ocurre en Egipto. Unos y otros saben que lo que no aparece en los medios de comunicación es como si no existiera y, de este modo, los matones de Mubarak pretenden que no existan las protestas contra su presidente, mientras los contrarios al gobernante egicpio intentan que se sepa todo lo que está sucediendo allí y que se cuente al mundo la valentía y el coraje que están teniendo miles de personas para desafiar al régimen que les tenía atenazados en las últimas décadas. La crisis egipcioa requiere de prensa seria y libre que traslade a la opinión pública lo que de verdad está pasando allí. Por eso el gobierno egipcio debe proteger a los enviados especiales a la zona.
Volviendo a lo que está pasando en Egipto, más allá de la situación grave de los periodistas, ayer se anunció que la protesta iba a ser la del Día de la Despedida, en alusión a la marcha de Mubarak del poder. El Baradei, líder opositor egipcio, dio a Mubarak el día de ayer como plazo límite para dejar el puesto de presidente. Como es manifiesto, Mubarak no ha aceptado este ultimátum y continúa en el poder. No ha vuelto a dar señales de vida tras la rueda de prensa en la que anunció que no se presentaría a las elecciones. La situación es insostenible en el tiempo y la clave puede ser la entrada en acción de Estados Unidos presionando para que Mubarak lo deje. Una de las claves, porque la verdadera llave de toda esta historia es el valor de los ciudadanos egipcios que están arriesgando sus vidas para lograr que el presidente de su país se marche por fin y deje paso a una transición democrática. Los manifestantes no está dispuestos a dejar sus protestas hasta que no sepan que Mubarak se va, pero el presidente tampoco está dispuesto a irse. Es un pulso entre el líder del despótico régimen y los ciudadanos. Es difícil prever lo que puede pasar en Egipto. Hay quien da por hecho que le tiempo de Mubarak está acabado y que sólo se está alargando artificialmente su vida política, otros creen que no es así. El tiempo dirá.
La última hora que recibo en el mismo momento en el que escribo estas líneas es que en Egipto se ha registrado una explosión en un gasoducto que suministra gas a Israel y Jordania. Las autoridades egipcias acaban de informar de este asunto y explican que se trata de un gasoducto del norte de la Península del Sinaí que suministra gas a estos otros dos países. Esta acción podría ser obra del grupo Hermanos Beduinos del Sinaí, quiens habrían aprovechado la situación que vive el país para actuar cerrando el suministro de gas a Israel. En todo caso, es pronto para hablar de quién ha sido el responsable de este ataque. Es la última hora que llega desde Egipto a la hora que escribo estas líneas (9 de la mañana). Todos los medios están informando de ello y es de suponer que según vayan avanzando las horas sabremos más de lo que parece ser un ataque terrorista que ha obligado a cerrar el suministro de gas a Israel y Jordania. Los primeros indicios apuntan a que este grupo habría aprovechado la situación de Egipto para hacer acto de presencia e intervenir de este modo, pero habrá que esperar para poder saber qué es lo que ha pasado con claridad. Sólo se sabe a esta hora que ha habido una fuerte explosión en el gasoducto y que el fuego no se ha controlado todavía.
Ayer por la noche (hora española) Barack Obama dio una rueda de prensa sobre la situación en Egipto. Sus palabras eran muy esperadas y más aún después de que un periódico estadounidense informara de que el gobierno de aquel país estaba maniobrando para que Mubarak se marche del poder y deje su puesto a Suleiman quien se haría cargo del proceso de transición. Las palabras de Obama sirvieron para dar por buena esa información, ya que el presidente de Estados Unidos afirmó que el proceso de transición en Egipto debe comenzar ya y reclamó unas elecciones "limpias e imparciales". Además, Obama señaló que el futuro de Egipto lo debe decidir el pueblo egipcio. La interenvención de Obama levantó mucha expectación porque el papel que pueda jugar Estados Unidos en este momento en Egipto es realmente importante y puede resultar decisivo. Obama ha retirado su apoyo a Mubarak. Cuando el pueblo egipcio no protestaba por la falta de libertad en su país, Obama era un fiel aliado de Mubarak, pero ahora todo ha cambiado y el presidente estadounidense no puede actuar de un modo distinto al que lo está haciendo. Obama también habló de los ataques a periodistas y defensores de los Derechos Humanos para tildarlos de "inaceptables".
Obama insistió en que el gobierno egipcio debe abrirse a los sectores que no están actualmente representandos. En varias ocasiones de su comparecencia habló de los egipcios que no está representados en el gobierno actual. El presidente de Estados Unidos añadió que hasta que no se dé presencia y representación a estos sectores de la sociedad egipcia, las personas que están manifestándose contra Mubarak no se van a mover de sus lugares de protesta. Obama se posiciona así claramente con una transición inmediata en Egipto. Para él son del todo insuficientes los movimientos de Mubarak hasta el momento, tanto el cambio de gobierno como el anuncio de que no se presentará a las próximas elecciones. Sin ningún apoyo internacional de peso, salvo el de Israel, a Mubarak se le complica aún más su intención de continuar en el poder y de ser él quien pilote una transición. En definitiva, Mubarak quiere seguir mandando pero cada vez hay menos gente dentro y fuera de su país que compartan con él ese deseo.

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