Dura sesión de control

Los miércoles son el día en que se lleva a cabo en el Congreso de los Diputados la sesión de control al gobierno y también los días en que se llenan de ásperos enfrentamientos entre nuestros políticos los informativos de todas las radios y televisiones. Lejos de ser diferente, ayer los choques entre gobierno y oposición se multiplicaron y no hubo un solo asunto de confrontación entre PP y PSOE que no saliera a relucir ayer en el Congreso. De este modo, se habló del cambio de criterio del gobierno en el asunto de las centrales nucleares, del Caso Faisán, de los ERE irregulares en Andalucía y hasta de una supuesta compra de votos por parte del PSOE en Melilla. Por si le faltara aliciente a la sesión de ayer, el presidente de la Cámara y el presidente del gobierno se reunieron por espacio de una hora y media para hablar "de lo que ustedes imaginan" según dijo después Bono a los periodistas. Además ayer conocimos los infomres policiales que hablan de Sortu, el nuevo partido de Batasuna, en los que se dice que están al servicio de ETA. En definitiva, ayer fue un día de muchas noticias de actualidad política que vale la pena resaltar y analizar. Parece una obviedad que nuestra clase política es incapaz de llegar acuerdos y solo se encuentra cómoda con la bronca permanente.
Ayer todos los trapos sucios del PP y del PSOE se ventilaron en el Congreso. Mariano Rajoy criticó a Zapatero que el gobierno haya cambiado en varias ocasiones su política en relación a la energía nuclear. Antes de ayer la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Saénz de Santamaría, había dicho que en esta materia el gobierno había sido antinuclear, un poco nuclear y nuclear según como iba avanzando el tiempo. Todo se debe a que ahora el gobierno ha decidido prolongar la vida de las centrales nucleares, en contra del criterio que el propio ejecutivo siguió para el cierre de Garoña. El presidente del gobierno respondió a Rajoy con una de las frases más comentadas hoy en las tertulias políticas que viene a decir que es mejor cambiar de criterio que carecer de él. Zapatero le dijo al líder del PP que en política se puede cambiar de criterio según las circunstancias, pero que lo insólito es que nunca se tenga criterio. De este modo, desde la filas del PSOE se volvía a asegurar que Rajoy no toma posición en ningún asunto y volvían a señalar la falta de actividad que según ellos tiene el líder popular. Esto le debió de sentar mal a Rajoy, porque tras la respuesta del presidente el líder del PP le respondió que Zapatero no tenía solución posible y que había llevado a España a una situación lamentable en lo económico. Ahí quedó el duelo entre los dos primeros espada, pero la confrontación no hacía más que empezar en el Congreso.

El PP tenía unos cuantos asuntos más que airear en el día de ayer y fue sacándolos uno a uno con sucesivas preguntas a distints ministros. Por un lado, Saénz de Santamaría denunció el asunto de los ERE de Andalucía, un escándalo que afecta a la Junta en la época en la que el ahora ministro Chaves estaba al frente de esta comunidad. En Andalucía, si eres socialista, tienes la pensión garantizada aunque no hayas trabajado, vino a decirle la portavoz del PP al ministro del Interior. la respuesta de Rubalcaba sobre este asunto sacó a la palestra otro tema que también huele muy mal: la trama Gürtel. El ministro del Interior le pidió a Santamaría que calculara a cuántos parados se le podría haber pagado con el dinero que sus compañeros de partido habían robado en esta trama de corrupción. Por cierto, hoy el diario Público hace ese cálculo que pedía Rubalcaba a la portavoz del PP. En todo caso, la bronca seguía siendo evidente e iba subiendo de grados en el Congreso de los Diputados, aunque lo peor estaba por llegar. Al fin y al cabo los bandazos del gobierno en materia energética o las tramas de corrupción que afectan al PP y al PSOE en distintos lugares de España no dejan de ser temas de confrontación política, asuntos que es lógico que entren a formar parte del debate partidista. Lo más grave es que la lucha contra el terrorismo vuela a entrar en la disputa entre los dos principales partidos.

Parecía que ya había quedado claro que este tema no debería volver a ser asunto de confrontación entre PP y PSOE, pero los dos lo han olvidado con cierta facilidad. Se lleva notando algún tiempo que el respeto que antes había a esta máxima de que el terrorismo debe quedar fuera del debate entre partidos se está olvidando. Ayer Gil Lázaro, diputado del PP, volvió a sacar el tema del Caso Faisán en el Congreso de los Diputados, y van ya unas cuentas sesiones de control seguidas en las que Rubalcaba es interrogado por ello. El Caso Faisán, por si algún lector no está al tanto, se refiere a un chivatazo a ETA durante el pasado proceso de negociación con la banda que evitó la detención de un miembro del grupo terrorista. Los jueces están haciendo su trabajo para tratar de esclarecer de dónde salió ese chivatazo a la banda, pero los políticos también hacen el suyo que parece ser emplear todas las armas que estén en su mano para enfrentarse a su adversario político aunque tengan que volver a meter el asunto de la lucha contra ETA en el debate político. El caso es que si es discutible que el PP saque a relucir este asunyo, también lo es que el ministro del Interior esté afirmando estos días que el PP no se alegra de que ETA esté en el peor momento de toda su historia.

El terrorismo no debería ser un asunto del que discutieran, al menos en público, los partidos políticos. Si con la salida de Sortu ya era previsible que iban a darse enfrentamientos si finalmente este partido era declarado legal, ha sido el Caso Faisán el que ha llevado a PP y PSOE a volver a enfrentarse con el asunto de ETA en el fondo. A nadie se le escapa que el chivatazo a ETA es un asunto muy turbio que debe ser esclarecido y por el que deben responder los responsables del mismo, pero quizás se esté yendo demasiado lejos. El PP es libre de sospechar que Rubalcaba sabe más de lo que dice saber sobre este asunto, y el gobierno también de pensar que al PP no le hace mucha gracia que el PSOE se pueda apuntar el tanto de haber debilitado tanto a ETA. Pero debería reflexionar sobre estas posturas, y más aún sobre el hecho de hacerlas públicas. Y es que no parece muy correcto dudar de este modo del ministro del Interior bajo cuyo mandato más débil está la banda criminal, y tampoco es honesto no digno que el PSOE crea que el PP no se alegra de que ETA esté en una situación tan frágil. Ninguno de los dos principales partidos debería olvidarse de que ETA es su enemigo real, su enemigo común y que el triunfo de la democracia sobre el terrorismo será de todos. Deberían dejar de enfrentarse sobre este asunto en el Congreso, porque la unión de los demócratas es la mejor estrategia para combatir a los asesinos.

Aún hubo tiempo para sacar más temas a relucir. En esta ocasión la posible compra de votos del PSOE en Melilla. Según el PP, José Blanco estaba al tanto de esta turbia operación. El ministro de Fomento aplicó esa máxima de "la mejor defensa es un buen ataque" y decidió rebotar hacia el PP este caso. Así, afirmó que es el PP de Melilla el que tiene que explicar muchas cosas porque, según él, es este partido el qe ha inventado toda la supuesta trama. Es un caso poco conocido por la opinión pública pero que ayer también sirvió para que PSOE y PP se enfrentaran en el Congreso en una de las sesiones de control más ásperas de hace mucho tiempo. Insisto, lo de Melilla o los ERE o la política en energía nuclear del gobierno son temas de política que es lógico que se empleen como arma arrojadiza entre los dos principales partidos. Otra cosa bien distinta es la lucha contra el terrorismo. Parecía hace algún tiempo que PP y PSOE habían aprendido la lección y habían dejado a un lado este tema en sus debates en el Congreso. La decisión de ambos de hacer públicas sus disconformidades en este tema no es de ayuda y tampoco es algo positivo. En todo caso, el PP ha visto en el Caso Faisán un filón del que sacar provecho y debilitar a Rubalcaba y no lo van a dejar escapar. Y el PSOE sigue poniendo en duda que el PP esté feliz de que ETA esté tan débil. Peligrosas actitudes las de ambos.

Sobre la reunión entre Bono y Zapatero, no ha trascendido lo que hablaron los dos presidentes. El de la Cámara dijo a los periodistas que él no podía hacer de portavoz de esa reunión, pero que habían hablado "de lo que ustedes imaginan". Esto hace pensar que la sucesión de Zapatero estuvo entre los temas que tocaron Bono y el presidente del gobierno. Es posible que solo hablaran de asuntos del Congreso o del calendario de leyes y demás, pero las especulaciones se desataron ayer con esta larga reunión de ambos en el Congreso. ¿Se apuntará Bono a la carrera por la sucesión de Zapatero? ¿Será el suyo otro nombre a tener en cuenta cuando el presidente del gobierno anuncie que no se presentará a la reelección? Lo que está claro es que si se reunieron en el Congreso el día de la sesión de control al gobierno es porque querían que la prensa se enterara de esa reunión. En todo caso, todo lo que se diga de este encuentro es mera especulación, porque ni Zapatero ni Bono han explicado de que hablaron esa hora y media que estuvieron reunidos. Como Bono lo dejó a la imaginación de los periodistas, cada cual tendrá su opinión de este encuentro. En resumen, fue un día áspero ayer en el Congreso.

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