Reunión sobre la reforma de las pensiones

El gobierno y los sindicatos vuelven a reunirse para hablar de la reforma de las pensiones. Encima de la mesa están las propuestas más polémicas del ejecutivo, esas que los sindicatos no parecen dispuestos a aceptar y por las que podrían llegar incluso a una huelga general si el gobierno las saca adelante. Será esta tarde cuando representantes de ambas partes se reunan y los encuentros se mantendrán durante todo el fin de semana. Ya el lunes, las centrales sindicales decidirán qué hacer en relación a posibles nuevas movilizaciones. El año pasado acabó con protestas de los sindicatos por los planes del gobierno y con declaraciones de los líderes sindicales hablando de las líneas rojas que el ejecutivo no debería traspasar si quiere encontrar el acuerdo con ellos. Además, el presidente del gobierno se muestra decidido a elevar la edad de jubilación por lo que, con este panorama, el consenso que tanto decía buscar el gobierno se antoja muy complicado.
El punto central de desacuerdo es la ampliación de la edad de jubilación a los 67 años. El gobierno ha querido darle mucha importancia a este primer encuentro ya que será el propio ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, quien acuda a la cita en representación del ejecutivo. Será una reunión decisiva para saber si hay posibilidad de acuerdo o margen de entendimiento entre sindicatos y gobierno. La única discrepancia seria no es la reforma de las pensiones en sí, sino que UGT y CC.OO también desean que el gobierno eche atrás la reforma laboral por la que ya protestó en la huelga general del pasado año. Las diferencias parecen insalvables ya que el gobirno en ningún caso se plantea modificar la recientemente aprobada reforma laboral y tampoco quiere ceder en alargar la edad de jubilación hasta dos años más de la edad legal que existe actualmente. Que exista acuerdo entre el gobierno y los agentes socialies siempre es recomedable ya que si las refomas que lleve a cabo el gobierno cuentan con la aprobación de los sindicatos, es de suponer que esas reformas son fruto de un consenso con los representantes de los trabajadores. Pero en este caso todo parece indicar que el acuerdo no existirá. Quizás es pronto para decirlo, pero desde luego sería inocente pensar que una de las dos partes vaya a ceder mucho respecto a sus posturas de inicio ante esta reunión, posturas muy separadas una de la otra.
El gobierno está convencido de la necesidad de esta reforma. Cada vez que un miembro del ejecutivo habla sobre ella lo hace para tratar de explicar que hay que modificar esta cuestión y que hay que hacerlo sin prisa pero sin pausa. En la primera entrevista del presidente del gobierno en un medio de comunicación este año (en Onda Cero), Zapatero volvió a defender la necesidad de estar reforma por cuestiones demográficas y también porque, debido a estos factores, el sistema se volvería ciertamente mucho más caro de mantener. La viabilidad del sistema de pensiones a largo plazo es otra de las claves de esta reforma. El gobierno defiende que se podría seguir sin hacer nada y posponer así el problema. En unas declaraciones del año pasado, el presidente afirmaba que se podría actuar así ya que esta reforma se está haciendo en base a las necesidades de dentro de 25 años. Es decir, es una reforma que pone la vista en el largo plazo. Pero por responsabilidad, decía Zapatero, el gobierno va a hacer lo que tenga que hacer. Una de las frases más célebres del presidente el 2010 fue aquella de "cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste" en la que reflejaba la firme determinación del gobierno a llevar a cabo las reformas necesarias.
Eso en cuanto a la postura del gobierno. ¿Y la de los sindicatos? Pues cuando en septiembre del pasado año convocaron una huegla general recibieron críticas de muchos sectores de los medios de comunciación y también de la sociedad. Algunas de esas críticas se debían a que con una huelga no se soluciona nada, otras a que los sindicatos habían bailado el agua demasiado al gobierno en los últimos tiempos. Pero una reforma laboral que recorta derechos a los trabajadores y que abarata el despido es razonable que produzca una reacción adversa de los representantes de los trabajadores. Los sindicatos no tuvieron más remedio que hacer esa huelga, y se verán de nuevo casi obligados a protagonizar actos de protesta, veremos si con huegla general o sin ella, si el gobierno finalmente no da marcha atrás en su decisión firme de alargar la edad de jubilación. Los sindicatos siempre han sido un personaje importante en todo país democrático. Se supone que dan voz, o para eso están, a los trabajadores y que defienden sus reinvindicaciones ante el poder. Con sus muchos errores y algunos aciertos, el gobierno hace bien de reunirse con los sindicatos y haría bien en escuchar lo que tengan que decirlo sobre esta refoma.
Cada vez la esperanza de vida es mayor. Esto implica que los jubilados están más tiempo cobrando la pensión. Además, cada vez la sociedad española se envejece más, es decir, hay menos personas en edad de trabajar y más personas en edad de cobrar su pensión. El sistema no se podrá sostener eternamente si todo ha cambiado. Si antes la gente vivía menos, es razonable pensar que su edad de jubilación fuer anterior. La cuestión ahora es ver si es estrictamente necesario alargar la edad de jubilación hasta los 67 años. El gobierno entiende que sí y no es lo que electoralmente más le interesa. Esta medida es claramente impopular, es de esas medidas que no gustan. Mucho menos, por cierto, si los diputados se pueden retirar con la pensión máxima tras ocho años en el Congreso. ¿Por qué los demás tienen que hacer un esfuerzo tras otro y los políticos no dan ejemplo? Pero esa es otra cuestión. El principal punto de desencuentro con los sindicatos es, sin duda, la edad de jubilación. También es el punto en el que los ciudadanos estarán más en desacuerdo y es que trabajar dos años más es un sacrificio importante. Está por ver a qué se refiere la flexibilidad que anuncia el gobierno que puede existir. ¿Según el trabajo? ¿Según los años cotizados?
En Francia sucedió algo similar, es decir, la edad de jubilación se prolongó más allá de la edad legal que existía en el país vecino. Y ciertamente la contestación popular fue muy importante. Se manifestaron los sindicatos representando a los trabajadores, pero a ellos se unieron los estudiantes. Algunos se sorprendieron de que lo jóvenes se movilizaran contra una medida que les iba a afectart muy lejos en el tiempo, pero hay que tener en cuenta que alargando la edad de jubilación también se pueden cerrar puertas a nuevos trabajadores, a esos estudiantes que se incorporan al mercado laboral. Como he escrito en muchas ocasiones en este blog, España no es Francia. Aquí no es fácil ver grandes protestas por nada. A veces da la impresión de que la sociedad está algo adormecida o anestesiada. Nuestra capacidad de protestar, de reivindicar nuestros derechos está bajo mínimos y no nos manifestamos así por así. Con tantos parados en nuestro país podía esperarse una reacción en las calles más fuertes de protesta. Pero cuando los sindicatos convocan una huegla general contra la reforma laboral que afecta a todos y que nos quita derechos a todos, la gente no acude en masa a las protestas.
En resumen, hoy gobierno y sindicatos se reunen. El acuerdo entre ambos es tan deseable como imposible de conseguir. Todo lo que no sea un desencuentro considerable entre ambos, sería una gran sorpresa. Ojalá me equivoque, pero el resultado de esta reunión parece estar escrito y es que ni el gobierno cambiara sus planes por escuchar a los sindicatos, ni éstos modificaran su planteamiento y su oposición a las medidas gubernamentales por mucho que el ministro de Trabajo en persona, aquel ministro que cuando no lo era acudió a la manifestación de la huelga general, les explique por qué se van a tomar estas medidas. El choque entre ambos parece ser el final de un guion (así lo escribo según la nueva ortografía) ya escrito de antemano. Quizás no sea así, pero nadie espera grandes cambios en las posturas de gobierno y sindicatos tras esta reunión de la tarde. Hay caminos que sólo se pueden recorrer solo.

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