Nuevo gobierno en Túnez

Desde que hace unos días comenzó al revuleta popular en Túnez, todo el mundo mira con atención hacia ese país por varias razones. Una de ellas es por el simple hecho de que ha habido una reacción popular muy fuerte y eso siempre debe ser noticia. Pero es que esta vez la revuelta ha ido más lejos y ha logrado echar abajo un gobierno que llevaba 23 años en el poder. Ben Ali es historia, o al menos eso parece al ver cómo se retiran de las calles todos los carteles con sus fotos y al constatar cómo muchas personas de ese país quieren que todo lo que huela a pasado sea desterrado en Túnez. La noticia más importante es, después de las revueltas y los enfrentamientos que se siguen produciendo, la formación de un nuevo gobierno de concrentración nacional. Este nuevo ejecutivo mantiene a miembros del gobierno anterior, es decir, a leales a Ben Ali. Sobre el papel la gran novedad es que entra la oposición en este gobierno al haber recibido al promesa de que las elecciones que se anuncian para dentro de seis meses serán transparentes.
Lo que ha sucedido en Túnez está siendo recogido en los medios de comunciación de todo el mundo y es que no es habitual, no sucede todos los días, que una revuelta popular termine con el poder de una persona que llevaba más de veinte años al frente del país. Es una situación de la que debemos ser informados, pero también que debe ser centro de profundos análisis y estudios. Cuando comenzaron estas protestas pocos podían imaginar que acabarían por provocar un presumible cambio de régimen en Túnez y la segura marcha de su presidente durante las dos últimas décadas. La corrupción y la falta de esperanza de los jóvenes parece haber provocado estas revueltas populares. Toda revolución necesita de símbolos y el de ésta es un joven de 26 años, Mohamed Bouazizi, que se inmoló tras el cierre de su puesto de verduras y la confiscación de todos sus bienes por parte de la policía. A raíz de este hecho, se sucedieron las protestas en todo el país y la policía reprimió a los manifestantes con gran dureza. La muerte de dos de estos manifestantes incendió aún más la llama que terminó por arder en tod Túnez y port provocar la marcha del país de Ben Ali, el presidente. Sería absurdo y simplista reducirlo todo a este relato de los hechos, pues ante revoluciones y protestas tan significativas como ésta, no se puede hablar de razones como la muerte de un joven. Pero quizás sea la gota que colmó el vaso de la paciencia de los tunecinos.
Lo cierto es que en apenas 28 días se ha acabado con un régimen que duró dos décadas. El poder del pueblo al echarse a la calle ha sido determinante para que este cambio se produzca. Todos los países, entre ellos España, piden ahora diálogo y democracia en Túnez en el proceso de transición que ahora comienza en ese país. La formación de un nuevo gobierno en el que tenga voz la oposición parece un primer paso hacia ese futuro cambio político en Túnez. Si algún líder habló claro sobre esta cuestión, ése fue Barack Obama quien no dudó en alabar la valentía de los tunecinos por reclamar un sistema democrático y limpio en lugar de la dictudura y la corrupción imperante en este país africano hasta ahora. Se abre un tiempo nuevo en Túnez, un tiempo en el que sólo la democracia y la participación de todos los ciudadanos a través de una elecciones libres y transparentes pueden lograr que a este país llegue de verdad el ansiado cambio. Sobre el nuevo gobierno, destaca que las principales carteras siguen estando en manos de personas del régimen anterior de Ali, y también que la entrada de la oposición es reducida, pues sólo se cuenta para este primr gobierno de la nueva era post Ali con miembros de partidos de oposición reconocidos legalmente. Los partidos que no están reconocidos legalmente, los partidos comunistas, los socialistas y los islamistas moderados.
De este modo, se puede hablar de un avance pero éste es limitado. Si a la permanencia en los principales ministerios del nuevo gobierno de personas leales, en teoría, a Ben Ali, se une el hecho de que las milicias del anterior presidente son las que están procurando ahora que la violencia siga en el país y los que se están enfrentado a las fuerzas armadas leales al nuevo gobierno, hay motivos para la cautela. No se puede esperar que un régimen que lleva 23 años en un país desaparezca por las buenas. Más bien parece que lo que tiene que darse ahora en Túnez es un proceso de transición hacia la democracia en la que las personas del anterior régimen mantengan ciertos puestos de responsabilidad. Lo que sucede es que entran dudas de que se pueda avanzar mucho con el Ministerio del Interior o el de Defensa en manos de personas del anterior régimen. En todo caso, creo que se va por el buen camino. Eso sí, poco a poco se deberí reconocer a la oposición no legal, a esa que no tiene permitida su existencia legal, ya que creo que sería muy acertado que también ellos estuvieran en las próximas elecciones. Un avance del nuevo gobierno es que se elimina el Ministerio de Información, o sea, de propaganda, y que se va a liberar a los presos políticos.
La liberación de los presos políticos parece uno de los avances más destacados de todos cuantos se están dando en Túnez. No sería aceptable ni creíble que un régimen que quiere avanzar hacia la democraica mantuviera en prisión a personas que han sido encarceladas por sus ideas, por pensar de forma diferente, por tener otra visión de la vida, del país. Es una grata noticia que los presos políticos vayan a salir a la calle. Ahora una de las claves será controlar a las milicias que en el pasado se encargaban de la seguridad de Ben Ali y que ahora van a tratar de llenar de inseguridad y violencia las calles de Túnez. Controlar estos grupos armados debería ser una prioridad porque los enfrenatamientos nunca son buenos compañeros de viaje si lo que se pretende es precisamente todo lo lo contrario, es decir, que haya un consenos nacional y que se unan fuerzas políticas y socialies enfrentadas entre sí, que todos trabajen para el país codo con codo. Se abre una preciosa posibilidad de cambiar las cosas en este país. Será complicado y habrá presiones y resistencias internas que traten de desestabilizar el frágil nuevo gobierno. Pero deben resistir porque vale la pena esforzarse por un cambio real en Túnez, por una modificación de las condiciones de vida de los tunecinos.
Sobre la permanencia de personas afines a Ben Ali en el nuevo gobierno, el primer ministro ha defendido que se trata de una medida de "interés nacional". Y es cierto que quizás algunas personas, o muchas personas, verían que dejaba de estar representadas en el gobierno del país si se marcharan todos los que eran fieles al anterior presidente. Es una transición, no una ruptura revolucionaria con el régimen anterior. Quizás no es eso lo que desean los manifestantes, pues para ellos el ritmo que lleven lo avances y los gestos que se hagan hacia la oposición serán siempre pocos e irán demasiado lento. Pero creo que, al menos en apareciencia, hay intención en el primero ministro, Mohamed Ghanuchi, de cambiar las cosas en Túnez. Ademá de incluir a la oposición legal en el gobierno y de liberar a los presos políticos, ha prometido que se va a capturar a los que protagonizaron al represión contra los manifestantes y que provocaron la muerte de algunos de ellos. Se están dando pasos hacia adelante en Túnez y todo es gracias al pueblo tunecino que se manifestó en las calle para pedir que todo cambiara de verdad y de una vez por todas. Lo están logrando.
Por último, ahora lo más importante debe ser tratar de garantizar la seguridad en el país y que los enfrentamientos desapararezcan. No es un objetivo fácil, pero sí es algo muy necesario. Cuanto menos violencia haya en el país mejor irán las cosas de aquí en adelante. Las protestas pueden continuar, pero lo deseable es que sea sin violencia por ninguno de los dos lados. Que no haya cargas policiales contra los manifestantes, y que éstos tampoco recurran a la violencia para expresar sus ideas y sus reclamaciones. Túnez seguirá siendo noticia muchos días, semanas y meses ya que habrá que seguir con atención lo que suceda en aquel país africano. Por lo pronto habrá que ver cuándo se cumplen las promesas del primer ministro y también cómo actúa en los primeros días el gobierno de unidad nacional. También habrá que seguir lo que suceda en las calles, donde los enfrentamientos han seguido existiendo esta madrugada a pesar del toque de queda. Se abre una nueva etapa en la historia de Túnez.

Comentarios