Importante discurso de Obama

Hoy despertamos con las informaciones sobre el Discurso sobre el Estado de la Unión del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. En él Obama se ha centrado en la economía y ha advertido de los riesgos de perder la hegemonía económica en manos de países emergentes como China, así como de la pujanza de otros como India. Otro aspecto más ha marcado el discurso de Obama y es el tono conciliador y en busca del consenso entre los dos partidos políticos de aquel país: los demócratas y los republicanos. De este modo, ha llamado en más de una ocasión a encontrar puntos de unión entre las dos formaciones para poder sacar adelante importantes reformas económicas. Además, Obama propuso congelar el gasto durante cinco años para atacar así el amplio déficit que tiene Estados Unidos. El discurso comenzó con una alusión al tiroteo de Tucson en el que fue atacada una congrsesista demócrata y en el que murieron seis personas, entre ellas una niña de corta edad. Obama dejó una frase que marcó todo el discurso, de carácter económico, y fue la siguiente: "las reglas del juego de la economía internacional han cambiado". Este cambio, siguió Obama, ha sido doloroso para algunos. En una alusión a un momento de la Guerra Fría, el presidente estadounidense dijo que la época actual era "nuestro momento Sputnik", en alusión al satélite que mandó al espacio la Unión Soviética.
El discurso sobre el Estado de la Unión ante las dos cámaras del Congreso es uno de los más importantes, si no el más importante, de todos cuanto el presidente pronuncia a lo largo del año. Esta vez el discurso llegó en un buen momento de popularidad para Obama, que está en cifras superiores a las que venía teniendo en relación al apoyo ciudadano. Para muchos analistas el discurso que realizó Obama sobre el tiroteo de Tucson es el causante de este incremento de su popularidad. En cualquier caso, volviendo a lo sucedido ayer en el Congreso estadounidense, el presidente se centró en la economía y afirmó que la mayor preocupación de todas que afectan a Estados Unidos en este momento es el desempleo. Para combatir el paro también pidió Obama ayuda al Partido Republicano, y en este punto pidió también la colaboración entre los dos partidos. Crear empleo y crecer económicamente: esos son dos de los puntos principales del discurso de ayer del presidente. Una cosa va ligada con la otra, ya que es razonable pensar que si el país crece a unas cifras muy considerables, habrá también creación de puestos de trabajo. A Obama, eso sí, también le preocupa que otras potencias emergentes como China le arrebaten a EE.UU el primer puesto en la economía mundial.
En esta línea, el presidente declaró que hay economías pujantes como la de China o India y también trabajadores muy preparados en otros países del mundo que pueden suponer una pérdida de competitividad por parte de Estados Unidos. Así, Obama afirmó que "el éxito en este mundo cambiante hay que buscarlo mediante las reformas, la responsabilidad y la innovación". Eso sí, el presidente quiso dejar claro que la alusión a la Guerra Fría no respondía a que ahora haya una potencia enfrentada a Estados Unidos o que haya una separación radical entre Este y Oeste. Al fin y al cabo, hace pocos días, el presidente estadounidense recibió con los brazos abiertos a Hu Jintao para reforzar así las buenas relaciones entre los dos países y darle un leve tirón de orejas por el asunto de los Derechos Humanos. Muy leve, pero al menos el Nobel de la Paz no dejó sin mencionar este punto vital en su reunión y posterior rueda de prensa con el dirigente chino. En clave interna de nuevo, Obama aseguró que la economía está creciendo otra vez en cifras macroeconómicas, pero también dijo que "nunca hemos medido el progreso por las cifras económicas. Lo medimos por el éxito de nuestros ciudadanos, por los empleos que tienen a su disposición y la calidad de estos empleos".
"Los desafíos que tenemos por delante son más grandes que los partidos y la política", dijo Obama llamando otra vez a la unión entre demócratas y republicanos en ese tono que se espera de él ahora que el Congreso tiene mayoría republicana y que todo lo que salga adelante en Estados Unidos los dos próximos años tendrá que ser con acuerdos entre los dos partidos. "Lo que está en juego no son las próximas elecciones, sino la posición de Estados Unidos, no como un lugar en el mapa, sino como faro para el resto del mundo". Obama prosiguió diciendo que "ese es el proyecto en el que el pueblo norteamericano quiere que trabajemos. Juntos". Sobre política exterior, Obama habló de algunos de los asuntos más trascendentes como la revuelta en Túnez. Habló "con claridad" Obama cuando dijo: "Estados Unidos apoya al pueblo de Túnez y las legítimas aspiraciones democráticas de todos los pueblos". Es un apoyo claro al proceso de transición que debe abrirse ahora en Túnez donde los ciudadanos, verdaderos protagonistas de este revuelta y del futuro del país, están debatiéndose entre seguir con las protestas o tratar de volver a la normalidad y dejar trabajar al gobierno de unidad nacional hasta las elecciones de dentro de seis meses.
Obama hizo un discurso que será convenientemente analizado por los expertos políticos en Estados Unidos, pero mi impresión es que estuvo a la altura de las circunstancias. Otro en su lugar (y no quiero apuntar a nadie) estaría sacando pecho por el crecimiento económico que vive ya Estados Unidos. Su frase en la que liga el progeso a cómo les vaya a los ciudadanos de este país y no a las cifras económicas es quizás la más destacada de todas y una afirmación muy sensata y responsable. También parece muy pegado a la realidad cuando alerta del riesgo de que otros países como China puedan amenazar la primera plaza de Estados Unidos a nivel mundial. El año pasado China creció por encima del 10% de su PIB. Eso es mucho crecer y está claro que China avanza imparable hacia el liderazgo mundial. Otra cosa es que lo consiga, y también cómo lo consiga. Porque en China se deberían respetar los Derechos Humanos por encima de otras consideraciones. No debería ser lo más importante los resultados, sino el modo en el que se obtienen esos resultados. Un país que crece mucho en economía pero que no progresa socialmente y que no respeta valores democráticos y derechos fundamentales es un país al que no se debería bailar el agua tanto como se hace ahora por su gran potencial económico.
Dedicaré la pate final de esta entrada a hablar de España y, más concretamente, de dos cuestiones que se debaten en el Congreso de los Diputados. Por un lado, las pensiones de los españoles, y por otro, las de los diputados. Empezaré por lo que nos afecta a todos. Ayer el PSOE logró el apoyo de CiU, CC y PNV a su propuesta de la reforma de las pensiones. Gracias a un voto particular de CiU, el gobierno ya tiene lo que quería: un apoyo claro del Congreso a sus planes de alargar la edad de jubilación. Eso sí tendrá que ser progresiva y no ser forzosa. Si el gobierno cumple con este último requisito, el de no ser forzosa, debería modificar su idea inicial de alargar la edad de jubilación hasta los 67 años sí o sí, y hacer ahora un plan de incentivos para que, de forma voluntaria, los ciudadadanos decidan jubilarse más allá de los actuales 65 años como edad legal de retiro. En todo caso, de cara a las reuniones con los sindicatos, el gobierno tiene un argumento de peso más que poner encima de la mesa y es el apoyo del Congreso a sus propuestas. En breve sabremos qué es lo que dedice finalmente el gobierno en la reforma de las pensiones y si cuenta con le apoyo de los sindicatos. De momento ya tiene el del Congreso, por lo que ayer fue un día exitoso para el ejecutivo.
Sobre las pensiones de los diputados, PSOE y PP están haciendo un juego de hipocresía y de poca seriedad bastante considerable. Hace un mes escaso, la diputada de UPyD, Rosa Díez, propusó lo mismo que ahora debaten PP y PSOE y que tanta urgencia tienen por sacar adelante: que se eliminaran los privilegios en materia de pensiones que tienen los diputados. Nadie hizo caso a la parlamentaria, pero ahora es Mariano Rajoy el que habla de ello y todo el mundo se alborota y se pone nervioso. ¿Cómo puede un partido político cambiar de idea sobre un mismo tema en un mes? ¿Qué image da esta formación? Y lo digo tanto por el PP como por el PSOE. Ninguno de los dos hizo caso a Rosa Díez, pero ahora, como es el PP el que lo dice, todos se apresuran no vaya a ser que esta cuestión reste votos. En todo caso, y siendo esto un gesto de cara a la galería, bienvenida sea la rectificación.

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