Convención socialista

Si hace unos días era el PP quien se reunía para dar el pistoletazo de salida de cara a las elecciones autonómicas y municipales de mayo, este fin de semana fue el PSOE el partido que protagonizó una convención en la que se habló de varios asuntos, pero en la que todos ellos quedaron eclispados por el debate sucesorio que parece ya imparable. El propio Zapatero se refirió al asunto en su discurso, el que cerró la cumbre socialista en Zaragoza, al animar a los suyos a preocuparse de España y no del PSOE, del futuro de España y no del futuro del PSOE. Con estas palabras el presidente del gobierno pedía a los socialistas que se centraran en el interés general y no en debatir quién le va a suceder si, como todo parece indicar, él no repite como candidato a la presidencia del gobierno en 2012. En la convención se metió también el debate sobre las autonomías que sacó el PP y más concretamente el expresidente del gobierno, José María Aznar. En todo caso, la atención de los medios y también de los que hemos seguido las informaciones de esta reunión del PSOE en Zaragoza estaba centrada en ver si Zapatero decía algo sobre su futuro.
Sucede que, como todo el mundo da por hecho que el presidente no será el candidato del PSOE en las próximas generales, cada intervención de Zapatero se convierte en una oportunidad de conocer por boca del presidente su futuro. A nadie se le escapa tampoco que en el seno del PSOE se está dando ya una lucha en la carrera por la sucesión. La ventaja, la pole, la tiene Rubalcaba, y muchos dan por sentado que será él el candidato socialista a las próximas elecciones generales. En algunos medios se habló la semana pasada sobre la posibilidad de que Rubalcaba sea el candidato y la la oposición de algunos miembros importantes del PSOE a que el actual vicepresidente ocupara el puesto de secretario general del partido. Estas fuentes afirmaban que los miembros del PSOE que no quieren a Rubalcaba al frente del partido desearían que el Congreso federal se celebrara después de las elecciones y que Zapatero pilotara la transición, dando por hecho que las elecciones están muy difíciles. Hay, y habrá más todavía, muchas especulaciones sobre el futuro del PSOE y Zapatero quiso aparcarlas ayer (veremos hasta cuándo) con esas palabras en las que pedía que su partido pusiera el acento en España y no en el PSOE.
Hace unas semanas, nadie estaba convencido ni de que Zapatero fuera a continuar, ni de que no sería el candidato del PSOE a las generales, pero después de varias declaraciones de líderes socialistas como Chaves o Blanco, todo hace indicar que el presidente no volverá a ser candidato. De este modo, el vicepresidente tercero del gobierno, Manuel Chaves, habló de Zapatero en pasado en una entrevista en RNE en la que dijo que le hubiera gustado que el presidente volviera a ser candidato, dando por hecho que no volverá a serlo. Por su parte, José Blanco declaró que Rubalcaba era un buen candidato y que para algunos de sus compañeros de partido es la mejor opción si Zapatero no se presenta. Parece lógico que si dos ministros hablan en estos términos y de forma tan abierta sobre la sucesión de Zapatero, es porque ellos son los primeros que no creen que el presidente vaya a continuar. El secretario general del PSOE y presidente del gobierno pidió ayer, quizás recordando estas declaraciones de Chaves y Blanco, que no se volviera a hablar de su futuro y que se preocuparan todos sus compañeros en el país y no en el partido. Será él quien tenga la última palabra y veremos cuándo decide pronunciarse sobre su futuro político.
Zapatero ya dijo en las primeras entrevistas que concedió este año al Grupo Antena 3 (en Onda Cero con Carlos Herrera y en Antena 3 con Gloria Lomana) que su futuro político no iba a depender de las circunstancias, es decir, que las elecciones de mayo no iban a influir en su decisión. Antes de escuchar estas declaraciones, muchos pensábamos (y en parte lo seguimos pensando) que si el PSOE se descalabra en las elecciones autonómicas y muncipales como anuncian todas las encuestas, dentro del partido nacerá una urgencia por que Zapatero se marche y no faltará quien, fuera de micrófono reconozca lo que ya reconoció el presidente de Castilla La Mancha, José María Barreda, es decir, que el presidente español es un lastre para las expectativas electorales en las comunidades autónomas. Barreda no dijo eso, pero llegó a pedir que Zapatero no se pasara por Castilla La Mancha en la campaña y que prefería una campaña de corte regional y autonómico. Vamos, que teme que el presidente puede ser una mala influencia y que le reste votos. El descontento palpable de una parte de la ciudadanía con el actual gobierno de España puede pasar factura a los candidatos del PSOE en las elecciones de mayo, y si el resultado es malo para este partido, Zapatero deberá reflexionar sobre si su gestión ha contribuido a ello.
Este fin de semana, el presidente ha recibido el apoyo claro de todos sus compañeros de partido en Zaragoza. La convención ha sido un acto de exaltación del líder, una loa al presidente y secretario general del PSOE. De este modo, y tras haber logrado sacar adelante un pacto con los agentes sociales que parecía imposible, los líderes socialistas han querido sacar pecho de su secretario general y, al menos de cara a la galería, mostrarle su confianza en él y en su capacidad política. La convención ha servido para ver cómo los socialistas siguen estando del lado de Zapatero, para constatar que se sigue venerando la figura del líder. Si un mérito se le puede atribuir al presidente en su labor como secretario general, ése es que logró un consenso total en el seno del partido en torno a su figura. Hay quien lo puede ver como falta de democracia interna, pero parece un hecho que, al menos hasta el momento, nadie ha puesto en duda el liderazgo de Zapatero en el PSOE y nadie ha osado a hacer duras críticas, salvo algún verso suelto como el propio Barreda que no dudó en declarar hace meses que el PSOE se dirigía hacia un abismo o un precipicio electoral en mayo si no había cambios. Ayer se demostró de nuevo que el PSOE está con Zapatero y que esto será así hasta que él diga que se va.
Cuando llegue ese momento, habrá que ver si el presidente lo quiere dejar todo atado y bien atado, es decir, si decide o al menos intenta designar a su sucesor a dedo, o si prefiere dejar la decisión en manos del partido. La forma en la que se vaya a elegir al sucesor de Zapatero, o al candidato a las generales que no tiene por qué ser lo mismo, es otra de las cuestiones asociadas al anuncio de Zapatero sobre su futuro político. Cuando él se vaya, Rubalcaba quedaría como el mejor situado para sucederle y para ser el candidato del PSOE, pero es muy probable que haya personas que estén dispuestas a dar batalla para elegir de forma democrática al candidato con los mecanismos internos que tiene el PSOE. Algunos han pedido primarias, otros que se adelante el Congreso, pero nadie ha reclamado que sea Zapatero el que decida. Y es que desde las filas socialistas se criticó mucho a Rajoy por haber sido elegido a dedo por Aznar en su día, y ahora no parecería muy normal que el candidato del PSOE fuera elegido del mismo modo. Está por ver si Zapatero quiere tener la última palabra sobre quién es el candidato, lo que está claro es que tendrá la primera, es decir, que cuando él anuncie lo que todos creemos que va a anunciar antes o después, que lo deja, se abrirá la carrera sucesoria.
También depende de otro factor el quién será el candidato socialista para las generales, y es si en el PSOE se ven perdidas o no las elecciones. Es muy pronto para decir eso, pero la ventaja del PP en las encuestas no hace más que crecer, y el PSOE podría presentar a un candidato a las elecciones teniendo claro, o bastante claro al menos, que se le va quemar y que el candidato se va a comer el marrón. Otra cosa bien distinta es que el PSOE crea que se pueden remontar las encuestas y darles la vuelta, en ese caso tendría que presentar al mejor candidato posible, y parece que la persona que se prefiere entre los votantes socialistas es Alfredo Pérez Rubalcaba. Es pronto para hablar, sobre todo porque debe ser Zapatero el que diga si sigue o no antes de especular. ¿Cuándo hablará sobre su futuro el presidente? ¿Antes o después de las elecciones de mayo? No se sabe todavía, todo depende de Zapatero y parece que al presidente le gusta esta situación de incertidumbre en la que sólo él sabe lo que hará. Incertidumbre, pero menos, porque hoy por hoy sería una gran sorpresa que Zapatero anunciara que será el candidato a las generales. Veremos qué pasa.

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