Vuelta a la normalidad

Finalmente los controladores no se han salido con la suya y ayer se reabrió el espacio aéreo español. Se puede hablar a estas horas de regreso progresivo a la normalidad tras un día con graves daños a cientos de miles de personas, con un perjuicio claro a la imagen de España en e exterior y también con un golpe duro a la economía de nuestro país ya que muchos comerciantes y hoteleros han perdido por culpa de esta protesta muchas ganancias. Eso sí, para que todo esté volviendo poco a poco a la normalidad ha sido necesario que el gobierno decretara el estado de alarma por primera vez en la historia de la democracia en España. Esto supone que los militares pasan a estar durante los próximos quince días al mando de los controldores aéreos, y que caulquier falta injustificada al puesto de trabajo supone un delito de desobediencia que está castigado con penas de cárcel.
El gobierno celebró ayer un Consejo de Ministros extraordinario, y durante todo el día mantuvo un gabinete de crisis presidido por José Luis Rodríguez Zapatero. A las doce y media del mediodía, el vicepresidente primero del gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, comparecía ante los medios para informar de las decisiones adoptadas por los ministros. Y se confirmó lo que ya había anunciado el propio Rubalcaba en su rueda de prensa la anterior madrugada: que el gobierno decreta el estado de alarma. Es la primera vez en la democracia que se declara este estado, por lo que se puede afirmar que lo que sucedió ayer fue algo realmente histórico, y que durante los próximox catorce días vamos a vivir en un estado excepcional en España y nunca antes vivido. Los militares están al frente de las torres de control.
Ayer algunos controladores aéreos hablaron a distintos medios de comunicación y contaron que el ejército les había obligado a punta de pistola (algo poco creíble)a retomar su actividad y volver a su puesto de trabajo. Si lo que pretenden es dar lástima a los cientos de miles de personas que no han podido volar estos días por su huelga salvaje, creo que la llevan clara. La medida que tomó ayer el gobierno fue la última opción que tenía, pero tuvo que tomarlar porque la situación no cambiaba y al gobierno se le exige que actúe en estos casos con todas las herramientas con las que cuente. Y declarar el estado de alarma es ua medida extraordinaria pero que resultó ciertamente efectiva. Los controladores dejaron de repente de sentirse mal y regresaron milagrosamente a sus puestos de trabajo. ¿No estaban malitos? ¿No se encontraban tan mal? Pues, como todos intuíamos, todo era una burda excusa para vendernos que paralizar el espacio aéreo español a golpe de bajas dudosas era una mera casualidad
Lo más importante de todo esto son dos aspectos que ayer el ministro Rubalcaba señaló en su rueda de prensa por la tarde. La primera, la más esperada, que la normalidad volvía poco a poco a los aeropuertos españoles. Era sin duda la noticia más deseada y pudo darse gracias a que el gobierno declaró el estado de alarma. Fue mano de santo para que los controladores se curaran todos con la misma facilidad y rapidez con la que horas antes se habían puesto malos. El otro aspecto esencial en todo esto se refiere al hecho de que ayer el vicepresidente dijo que nunca más se volverá a repetir esta situación. Mandó un mensaje de tranquilidad a los ciudadanos para garantizar que no volverá a suceder este caos provocado por los contraladores ni en navidades ni después de navidades. Sin duda es muy importante que el gobierno pueda afirmar que hasta aquí hemos llegado y que no tolerará más chantajes de los controladores al gbierno a través de los ciudadanos.
A los controladores se les fue de las manos todo esto. Quizás más bien deberíamos decir que han actuado estas últimas horas con absoluta irresponsabilidad. Serán los jueces los que dictaminen si lo que han hecho es, como parece, un delito o no. Las huelgas hay que avisarlas con antelación y hay que cumplir en ellas unos servicios mínimos. Por supuesto los señores controladores no se plantearon nada de esto. Ellos fueron a lo suyo, a defender sus privilegios a costa de sacrificar las ilusiones de cientos de miles de españoles que salían este puente a tratar de desconectar y a descansar. El daño a los viajeros, a las compañías, a los hoteleros, a los comerciantes y a la imagen exterior de España es muy grave. Cunde la sensación entre los ciudadanos de que los controladores tiene que pagar de algún modo por esto. Se espera un castigo ejemplarizante para ellos. Sólo así se daría un primer paso para que algunos pocos sectores de la sociedad que saben que pueden bloquear o paralizar un país no creyeran que todo vale, como hasta ahora, pra reivindicar sus derechos.
Los controladores se saben necesarios para que el tráfico aéreo funcione correctamente, para que funcione a secas. Saben por lo tanto que tiene una fuerza de presión que no tiene casi nadie en España. En cualquier empresa haces una huelga de este tipo y paralizar la acción de la misma, y te puedes ir dando por despedido. Yo no estoy defendiendo que despidan a estos tipos, ni lo pido ni lo dejo de pedir. Sólo espero que no se vayan de rositas. Y sobre todo que no nos tomen el pelo más, que no lo intenten siquiera, cuando salen sus portavoces a decir que el culpable de todo esto es el gobierno. Sólo faltaría que ahora el gobiero tuviera que aprobar decretos con miedo a unos pocos individuos como es este caso. Hizo bien el gobierno, si lo creía oportuno, en aprobar las reformas sobre el trabajo de los controladores en el Consejo de Ministros del viernes. Estaria bueno que tuviera que actuar con temos a que unos tipos actuén de un modo tan vil como lo han hecho los controladores.
La tormenta polítíca ya se ha destado. Mal han estado desde el PP, y mal han estado desde el PSOE. Los unos con mucha tibieza ante la actitud injustificable de los controladores. ¿Y si estuviera el PP en el gobierno, habría reaccionado igual? Y desde el PSOE Gaspar Zarrías, el típico hombre de partido que sólo ve defectos y conspiraciones en los demás y que es fiel a su formación hasta el punto de convertirlo todo en batalla política con la oposición (por eso ha llegado a tener un puesto en el PSOE, por este tipo de actitud ciega e irracional se llega lejos en política) ha acusado al PP de reunirse con los controladores los días anteriores a este huelga salvaje. Además de hombre de partido, el señor Zarrías podía ser algo más responsable. Querer dar la imagen de que el PP es el instigador de esta actuación de los controladores me parece algo que, sin pruebas, no se puede dejar caer de este manera. Pero tenemos sobrados ejemplos de que en política se llega lejos si eres alguien del partido, ciego a la realidad y que sólo mira con lupa la actuación de los demás. La culpa siempre es del otro. De este tipo de personas están llenos los partidos políticos españoles. Son los que interesan a los partidos. Gente fiel, pero fiel a su partido. Sólo a su partido.

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