Mas toma posesión de su cargo

Artur Mas tomará hoy posesión de su cargo como presidente de la Generalitat catalana tras lograr ser elegido la semana pasada en la segunda vuelta de la sesión de investidura gracias a un acuerdo con el PSC que fue muy comentado por todos y criticado por los partidos de la oposición en Cataluña, que entienden esta acuerdo como algo más que un pacto puntual para facilitar la llegada de Mas a la presidencia tras su clara victoria electoral. El tema que más atención atrae no es la toma de posesión del cargo por parte de Mas, sino el nombre de los consejeros de su futuro gobierno ya que aún no se conocen todos los nombres. Hay una gra duda y es saber si el exconsejero socialista Ferran Masacarell. Según distintas fuentes, Mas le habría ofrecido la consejería de Cultura.
Comenzará así un tiempo nuevo en Cataluña, y lo hará con las dudas sobre si la unión entre socialitas y convergentes fue sólo un acuerdo puntual propio de" una oposición responsable", como dijo el vicepresidente primero del gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, o si, por el contrario, es un primer paso para encontrar más puntos de acuerdo entre los dos partidos más votados en Cataluña. Algunos partidos de la oposición como el PP catalán, Ciudadanos o ICV criticaron este acuerdo que posibilitó que Mas llegará a la presidencia gracias a la abstención del PSC. Los socialitas catalanes están en pleno proceso de asumir el paso, siempre complicado, del gobierno a la oposición. Además, tienen que abrir un proceso de análisis y reflexión sobre lo ocurrido en las elecciones de noviembre, en las que su electorado tradicional le dio la espalda. El PSC se había alejado mucho de sus posturas más clásicas para girar hacia un catalanismo que a veces parecía entrar en la carrera por ver quién es más nacionalista, si los propios nacionalistas o los socialistas catalanes. Probablemente es acertado apoyar la investidura de Mas, pues supone dar estabilidad a Cataluña. A partir de ahí, dudo que el PSC vaya a apoyar de forma generalizada las propuestas de CiU.
Es algo que se verá con el tiempo, y es que se abre un nuevo tiempo en la política catalana y hemos de ver cómo actúan los distintos protagonistas de esta nueva película. Mas será el presidente número 129 de Cataluña. Un argumento más, por cierto, para reivindicar la larga historia de autogobierno de esta comunidad autónoma. Lo que más ocupa ahora al nuevo presidente es concretar los nombres de sus consejeros. Mas crerará una gran cartera económica en la que se incluirán Industria, Comercio, Consumo, Turismo, Energía y Trabajo. Para este puesto, según se lee hoy en El Mundo.es, Mas estaría pensando en el empresario Sixte Cambra y en el director de ESADE, Carlos Losada Un tercer nombre para esta consejería es la diputada de CiU en Madrid Inma Riera. Será hoy por la tarde cuando conozcamos los nombres de todos los consejeros. La idea que ha predominado, según parece, en la elección de los consejeros es hacer un gobierno de los mejores en cada área, y prueba de ello es que podrían entrar en el gobierno entre tres y cuatro independientes. Esta manera de formar el gobierno parece un intento por abrir el gobienro a la sociedad civil y por dar voz y voto en el mismo a las personas más preparadas más allá de que sean o no del partido del gobierno.
CiU tiene por delante una tarea complicada, como la de todos los gobiernos actualmente, marcada por la situación de crisis económica. La economía debería centrar su actuación política en los próximos años, y así parece que será. Este factor es el más determinante de todos cuantos están ahora encima de la mesa. Haría muy bien Mas en dejar de lado las cuestiones identitarias, que no han llevado a ningún sitio en anteriores gobiernos, y en centrarse en los problemas que Cataluña, como el resto de España, está padeciendo debido a la crisis. Esta comunidad autónoma siempre ha sido puntera en la economía, ha sido uno de los motores de España y una región ciertamente emprededora y pionera. Cataluña quiere volver a serlo, quiere volver a encabezar los ránkings de comunidades en relación a la producción y a la actividad económica. Quiere volver a ser fiable y desea ser para las empresas una garantía. Que a Cataluña le vaya bien es bueno también para toda España. Los catalanes han votado a CiU de forma mayoritaria para que afronte los principales problemas, los que más les preocupan. Y la economía con todas sus ramificaciones, el paro siempre es la más grave, es el asunto central.
El partido nacionalista tendrá que afrontar por lo tanto el problema más acuciante que sufre Cataluña: la economía. En este tema, pero más pegado a cuestiones identitarias, Mas quiere que se apruebe un pacto fiscal con España en el que Cataluña tenga privilegios. Para poder sacar adelante este proyecto, CiU necesita de la ayuda del partido que esté gobernando en España y como parece probable que haya cambios en el gobierno español en las próximas elecciones, no será hasta entonces cuando este partido abra el debate sobre el pacto fiscal. Además de que va a ser gobierno en Cataluña durante los próximos cuatro años, CiU sabe que puede ser importante en España. Ya ha sostenido al gobierno de Zapatero en algunos momentos de esta legislatura, y también está abierto a apoyar al PP si a cambio logra esos privilegios para Cataluña. El partido nacionalista sabe que siempre está en condiciones de ser determinante en España, pero más aún cuando ocupa la responsabilidad de gobernar en Cataluña. Rubalcaba, siempre presente en todo, declaró la semana pasada que el acuerdo entre PSC y CiU para que Mas fuera presidente vendrá bien en las relaciones entre PSOE y CiU. El PP sabe que, de no lograr mayoría absoluta en las generales, CiU es una de las puertas a las que tendrá que llamar. Sobre este tema, Mas dijo que ojalá el PP no logrará mayoría absoluta. ¿Por qué? ¿Para poder sacar tajada de su apoyo o porque teme realmente que así sea? La relación entre CiU y PP es muy peculiar.
En relación a la situación política en Cataluña, todos los partidos sin excepción tendrán que replantearse su política. CiU pasará de ser el azote del gobierno a ser el partido del gobierno,. El PSC tiene que definir bien qué tipo de oposición quiere hacer y también será muy importante ver qué líder elige el partido para sustituir a Montilla. El PP estrena su posición de tercera fuerza política y está deseando poder ser determinante en alguna medida que apruebe Mas. Sus dos objetivos antes de las elecciones eran ampliar su representación y poder influir en el gobierno. Lo primero lo lograron, pero lo segundo parece a día de hoy másd complicado para ellos. ERC sufrió un golpe muy duro en la cita electoral y ahora es otro de los que tendrá que replantearse qué hacer. Creo que es el típico partido que está más cómodo en la oposición que en el gobierno. No es que a los señores de ERC no es guste pisar moqueta, que sí les gusta; es que ciertas posturas suyas son más fáciles de ser defendidas en la oposición. Más fáciles y menos dañinas para Cataluña. ICV salvó los platos y tendrá que asumir que pasa de estar en el gobierno a la oposición. Harán una oposición muy crítica y seria, eso al menos deduzco de la solvencia de su líder, Joan Herrera. SI, el partido de Laporta, pondrá la nota de color y de independentismo al Parlamento, y Ciudadanos seguirá siendo una voz de los descontentes, un partido con una posición muy meritoria.
De este modo, se abre un tiempo nuevo en Cataluña. Hoy Mas tomra posesión de su cargo como presidente de Cataluña. Por la tarde sabremos el nombre de todos los que le acompañan en este viaje después de su travesía por el desierto. Y desde ya veremos qué rumbo toma este nuevo gobierno catalán. Tiene muchas posibilidades, pero se pueden resumir en dos opciones: quitarse la careta y mostrar la cara más nacionalista y hasta separatista, o afrontar los problemas reales de la gente entre los que está a economía. Puede haber quien defienda que las cuestiones identitarias sean también una prioridad. No lo sé, quizás tenga razón. Pero yo personalmente lo dudo. En todo caso, habrá que dar un margen de confianza a este gobierno, como a todos los que empiezan. Unos días para comprobar hacia dónde se dirige y cuáles son sus prioridades.

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