Marta Domínguez se defiende

La Operación Galgo sigue avanzando hacia adelante y dentro de poco sabremos más sobre esta trama de dopaje. Una tónica general en todos los imputados que han hablado con la prensa es la de declarse inocente y denunciar que se está dañando de forma grave su imagen. La gran dama del atletismo español, Marta Domínguez, habló ayer para la agencia EFE a través de un cuestionario. Dice que no habla para los medios porque primero tiene que defenderse ante los tribunales. La atleta española dice cosas interesantes en esta entrevista a través de un cuestionario. Interesante es desde el punto de vista de que por fin tenemos su opinión sobre este lío en que está metida y porque son sus primeras palabras tras conocerse su implicación en esta gran operación contra el dopaje.
Marta Domínguez eligió el mismo día que el presidente de la Real Federación Española de Atletismo para hablar de este asunto. Poco convenció Odriozola a mucha gente, y desconozco si Marta Domínguez habrá tenido más éxito en esta primera aparición mediática tras saltar el escándalo. Lo primero que quiere dejar claro la atleta española es que en su casa no se encontraron sustancias dopantes. Es una información que había salido y que se tomaba por una realidad que ahora quizás haya que poner en cuarentena. Niega también cualquier tipo de tráfico de sustancias prohibidas, así como haberse dopado. Marta Domínguez se pregunta quién se puede creer que ella esté implicada en una trama de tráfico de sustancias dopantes. Asegura en el cuestionario que se está dañando su imagen con "infundadas acusaciones" sobre ella. La atlet dice que era testigo de la operación judicial y que, de repente, pasó a estar imputada.
La campeona del mundo de los 3.000 obstáculos confía además en que su entrenador pueda demostrar su inocencia. Sobre su suspensión cuatelar como vicepresidenta de la RFEA, Domínguez dice que respeta esta decisión interna de la federación y que lo que más le preocupa ahora es poder demostrar que es inocente ante el juez. Dice entender que en estos momentos se dude de la limpieza del atletismo español, pero también que no comprende nada de lo que está pasando. Afirma que no ha tenido ningún contacto con nadie de la federación ya que considera que sus primeras palabras tienen que ser para el juez. "Siempre he sido una luchadora y voy a seguir siéndolo" asegura la atleta cuando se le pregunta por su estado anímico. No ha salido de casa, afirma, porque tenía que guardar cinco días de reposo absoluto por una prueba que se realizó por su embarazo. Finaliza este breve cuestionario con el agradecimiento de la atleta a todas aquellas personas que le apoyan en estos momentos tan delicados para ella.
Marta Domínguez declarará esta semana y entonces sabremos en qué situación judicial queda tras esta declaración ante el juez. Será entonces cuando se pueda hablar con más sentido de su implicación posible en esta trama de dopaje. La atleta niega todo de lo que se acusa y esto puedo provocar dos reacciones bien distintas: creerla y replantearnos si el juicio mediático que se le está haciendo es razonable (nunca lo es porque quienes tiene que juzgar son los tribunales de justicia, que para eso están) o no creerla y decir, no sin razón, que esta película ya nos la conocemos con distintos protagonistas que actúan igual que Marta Domínguez pero que más tarde resultan sancionados. La atleta asegura en el comunicado que no se le acusa de dopaje, sino de algo peor: de poner en peligro la salud de sus compañeros suministrándoles sustancias dopantes. En eso tiene razón la atleta española. Grave es que te acusen de doparte, de adulterar la competición, pero más grave aún es que te relacionen con e tráfico de sustancias prohibidas a otros deportistas.
Sobre el juicio paralelo que se está haciendo en algunos medios a Marta, sólo queda constatar una vez más que en España no existe la presunción de inocencia, al menos sólo existe para aquellos casos que nos interesan. Dar por hecho que Marta sea una traficante sin que haya una sentencia judicial firme es muy aventurado. Podremos decir que tiene mala pinta, que existen sospechas, que hay pruebas de su presunta implicación o que está implicada en el caso porque la juez le ha llamado a declarar como imputada. Todo eso y mucho más, pero de ahí a dar por sentado que es culpable de aquello de lo que se le acusa es realmente un ataque a un principio tan fundamental como la presunción de inocencia. He escrito sobre ello en este blog unas cuentas veces hablando de ciclismo. En este hermoso deporte se ha llegado a un punto en el que todos son culpables hasta que no se demuestre lo contrario. Y eso, desde luego, no puede ser acertado ni correcto. Con estos juicios mediáticos se hace un daño a la persona implicada que luego, en caso de que resulte inocente, es muy difícil de restituir.
Esto es así y lo hemos visto ya con casos de dopaje en otros deportes. Cuando un ciclista da un positivo se cargan las tintas con esa información, se le da gran importancia. Hasta ahí todo bien, pero cuando se demuestra que era un error (algo que ha pasado en algunas ocasiones) se reserva un hueco muy pequeñito para dar esta noticia de que el presunto implicado no se ha dopado. Llenan muchas más páginas de periódico la noticia de un caso de dopaje que la noticia de que alguien previamente implicado resulta ser inocente. El caso es que si resultara finalmente, como deseo de verdad, que Marta Domínguez no está implicada en esta trama (resulta difícil de creer este desenlace, peor todo puede pasar) ¿quién le restituye por todo el daño que se le ha hecho? ¿Quién le pediría perdón por haberla condenado antes de que lo hiciera el juez? Dejemos actuar a la justicia y que no nos den estos ataques de querer ser lo que no somos y juzgar a los implicados en una trama de dopaje antes de que los tribunales dicten sentencia.
Otra cosa buen distinta es que debe haber una lucha sin descanso contra el dopaje. En todos los deportes se debe investigar a los presuntos tramposos y se deben hacer controles antidopaje para evitar estos casos. Es decir, hacer juicios paralelos, no; combatir el dopaje con todas nuestras fuezas, sí. Parece lógico que allí donde hay má controles haya más casos de dopaje. También parece obvio que existen deportes en los que el esfuerzo individual debe ser mayor y en ellos habrá más casos de tramposos. En todo caso, no podemos dar la imagen de que España es permisiva con el dopaje. Hay que cambiar esta situación y quizás la mejor forma de hacerlo sea, precisamente, llevar a cabo acutaciones policiales y judiciales como esta Operación Galgo. Aquellos que defienden que nuestro país es el paraíso de los tramposos no podrán sostener tal postura si se demuestra, como se está demostrando, que se persigue a los que se dopan. Se tiene que dar por acabada esa imagen de España. Debemos estar en la primera línea dela lucha contra el dopaje. Sólo así podremos frenar la falta de credibilidad y la sombra de la sospecha que algunos pretenden cargar a todo el deporte español.

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