Llegó la Navidad

En días como hoy, me gustaría tener algo de talento para poder escribir un relato de Navidad especial para la ocasión, pero no es el caso. Llegó, un año más puntual a su cita, la Nochebuena. Una noche especial en la que muchas familias se reunen para festejar la Navidad. Yo sólo escribo aquí unas líneas para agradecer a todos los que leen el blog y para desear a todo el mundo una muy feliz Navidad. Un tiempo de paz, reza el villancico, un tiempo de alegría y felicidad para todos aquellos que sí creemos en el espíritu de la Navidad. Muchos creemos que, irracionalmente o no, por estas fechas la gente anda por la calle con algo más de alegría y con mayor capacidad para ponerse en el lugar del otro. Son fechas entrañables en las que parece que el ambiente invita a sonreir y a poner al mal tiempo buena cara. Y es que la crisis seguirá ahí, pero todos haremos un poco como que no existe. Que nada nos quite la alegría de vivir.
Como creo que el año se debe resumir en Nochevieja más que en Nochebuena, y como no veo que hoy sea un día para hablar de alguna noticia normal, escribiré de lo que significa hoy en día la Navidad. De lo que supone celebrar estas fiestas y del ambiente que invade todas las ciudades y pueblos de España y del mundo. Hace tiempo ya que la Navidad perdió el sentido religioso de esta celebración. No se puede olvidad que estos días son muy importantes para todos los cristianos quie celebran el nacimiento de Jesucristo. El carácter más austero de la Navidad, el más religioso, ha dado paso a una avalancha de compras y buenas cenas y comidas. Se podría decir que el consumismo es la nueva religión por la que nos movemos y muchas tiendas hacen el agosto en estas invernales fechas debido a esta cuestión. Pero yo soy de los que se queda con la parte más entrañable de las fiesta navideñas, soy de los que es gusta de verdad la Navidad, por lo que me niego a criticar ferozmente este derroche consumista. Se debería controlar, eso está claro, pero no creo que sea justo tampoco identificar Navidad con consumismo.
Para mí la Navidad son familias reunidas en una mesa, amigos que se derriten la sesera para mandarte el SMS más original de todos cuentos se envíen estos días, regalos al pie del árbol de Navidad, nilos felices, luces y adornos, belenes y tantas cosas más. Recuerdo con gran alegría las navidades de mi infancia y no dudo que de ellas y de esa gran felicidad que me arrastraba cada vez que llegaba la Navidad, proceda el actual interés que tengo por estas fiestas. Me gusta mucho ver cómo vecinos con los que caso no te intercambias palabras a lo largo del año te desean una feliz Navidad. Me gusta creer que la concordia se adueña de cada uno de nosotros en estos días. Por eso me gusta la Navidad. Por aquello que se llama espíritu navideño. Por ese sentimiento que nos envuelve a todos y que nos invita a ser más comprensivos con los demás, a intentar ser más optimistas y positivos.
Algo esencial de la Navidad es uno de los aspectos que destacaba anteriormente: las familias reunidas en torno a una mesa. Eso es precioso. Hay familias que se ven con mucha frecuencia y para las que la Navidad no tiene este sentido de reencuentro con otros seres queridos. Pero hay otras para las que es muy especial la cena de Nochebuena porque se vuelve a ver a familiares que hacía mucho tiempo que no se veían. Incluso para las que se ven con frecuencia, existe esa necesidad de compartir estas fechas con la gente que de verdad nos importa. Es la noche más familiar del año. Aquella en la que nos agrada más que nunca sentarnos a la mesa con nuestros seres queridos a disfrutar de su compañía.
Fechas también muy especiales ya que es muy lógico que nos acordemos de los que ya no están con nosotros. De aquellos seres queridos que tantas Nochebuenas se sentaron a la mesa para compartir su vitalidad y la alegría de la Navidad y con cuya compañía ya no podemos contar. Son días en los que todos los que han perdido algún ser querido no pueden evitar la nostalgia y el recuerdo. Porque todas esas personas que fueron tan impotantes para nosotros seguirán siempre presentes en nuestra mente y en nuestros corazones. Es la de hoy una noche en la que es inevitable no acordarse de alguna persona que ya no está con nosotros. Es la parte más nostálgica de la Navidad, pero que también la hace muy especial. En Navidad la familia juega un papel muy importante y por eso mismo todos los que no están ya, siguen estando y seguirán estando siempre.
¡FELIZ NAVIDAD!

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