Discurso navideño del Rey

Pasados los dos primeros días de fiesta de estas fechas navideñas, regresó a la normalidad en el blog, aunque lo hago hablando de algo que se ha convertido en una tradición navideña desde hace ya muchos años: el discurso de Su Majestad el Rey. Estuvo repleto de alusiones directas a la grave crisis económica que no terminamos de superar ni en España ni en el resto del mundo, aunque también tuvo tiempo para hablar del terrorismo, de la violencia machista o del medio-ambiente, además de recordar (con foto de la Copa del Mundo incluida en la puesta en escena) los éxitos del deporte español este año 2010 que dentro de nada dejaremos atrás definitivamente. Fue un discurso dentro de los previsto que los partidos políticos se encargaron ayer de analizar en público. A ellos y a los agentes económicos y sociales el Rey les pidió unidad y solidaridad. En una palabra: altura de miras.
Cada Nochebuena a las 21 horas, el Rey se asoma a los hogares de millones de españoles para darles los mejores deseos de paz y felicidad en un día tan señalado. Esta vez Don Juan Carlos se centró mucho en la economía. Habló de las muchas familias que están padeciendo la lacra del paro, e hizo especial hincapié en los jóvenes que están también afectados por el desempleo. Dijo, en la línea de lo que había afirmado el Príncipe Felipe en su discurso de la entrega de los Príncipe de Asturias, que no se puede sostener esta situación. Don Felipe había asegurado que todos los desempleados debína saber que su situción era reversible y que no podía convertirse en algo desesperante y sin salidas para ellos. El Rey vino a decir algo parecido. Sus primeras palabras fueron para todas aquellas personas que tanto están sufriendo debido a esta crisis económica. "De como le vaya a España depende cómo le vaya a todos los españoles", destacó el Rey en una de sus frases más acertadas de todo el discurso. Es importante que el jefe del Estado muestre su preocupación y cercanía, si quiera a través de un mero discurso, con esos españoles que están en el paro y que sufren para llegar a fin de mes.
El Rey se acordó también de todos los empresarios que han tenido que echar el cierre a sus negocios por la crisis, y también de lo mucho que están sufriendo los autónomos. Es el discurso más centrado en la economía que se recuerda, pero no es ni más ni menos que lo que se podía esperar. España entró en 2010 con cierta esperanza de salir de él con síntomas de salida de la crisis, pero esto no será así. Llegará un nuevo año y la situación económica seguirá siendo muy adversa para todos. Es lo que tocaba y el Rey dedicó la mayor parte de su discurso a esta cuestión, haciendo breves alusiones a otros asuntos. La economía es el centro del debate político y público en España. Este 2010 nos ha dejado más parados de los que salimos en 2009, y en el marco de la Unión Europea ha sido el año de los rescates a dos economías (la de Grecia y la de Irlanda) que estaban al borde del colapso. En España ha sido un año de reformas en materia económica, reformas que han provocado una reacción adversa entre una gran parte de la ciudadanía.
Precisamente sobre las reformas y el compromiso de reducción del déficit habló el Rey y lo hizo, o al menos eso pareció, para apoyar al gobierno en estos momentos en los que están en mente del ejecutivo sacar adelante proyectos polémicos como el de la reforma de las pensiones y tras la aprobación de este mismo año de la reforma laboral, de la congelación de las pensiones y del descenso en el sueldo de los funcionarios. A mí me dió la impresión de que el Rey le echó un capote al gobierno. En primero lugar, en todo momento destacó que la crisis tiene un carácter mundial, el principal argumento del ejecutivo para echar balones fuera, y más tarde diciendo que se deben impulsar las reformas y cumplir con el compromiso de reducción del déficit. Parece que el Rey sí se posicionó de algún modo y que el monarca considera que las reformas que ha llevado y va a llevar a cabo el gobierno son necesarias para salir de la crisis económica. Esa alusión directa alas reformas es la que ha dado lugar a que algunos partidos hayan interpretado que el Rey se ha posicionado en favor del gobierno.
Las lecturas políticas del discurso del Rey suelen ser políticamente correctas, pero siempre hay excepciones y la gran excepción este año, como en otras ocasiones, la ha puesta Izquierda Unida. Para Cayo Lara, el discurso del Rey supuso un apoyo directo al gobierno y una forma de ponerse del lado de los poderosos del jefe del Estado. Desde el PNV se interpretó que la breve alusión al terrorismo etarra se debe a que se espera el comunicado de ETA en el que la banda anuncie un final de sus actividades criminales que sea verificable. En este sentido, y a la espera de ese comunicado que muchos dan por hecho, la realidad es que ETA ha seguido robando coches en Francia, por lo que no parece que cuadre mucho esta actitud con una decisión firme de abandonar de forma definitiva la violencia. El PSOE y el PP fueron los más correctos al interpretar el discurso del Rey. Desde el partido del gobierno se comentó cómo el monarca representaba la esperanza de los españoles por salir de la crisis, la voz del ánimo. Por su parte el PP dice unirse a la llamada a la unidad que hizo el Rey. Ambos destacaron que las palabras de Don Juan Carlos estaban pegadas a la realidad.
El Rey habló de otros asuntos más allá de la crisis económica. Violencia machista, ecología, misiones de nuestros tropas en el extranjero, deportes e inmigración fueron otros asuntos que el Rey abordó, pero de forma muy breve. Sobre la violencia contra las mujeres, el Rey defendió que había que combatir esta lacra social. Es importante que el jefe del Estado se muestre sensible con esta cuestión pues es un asunto trascendental. 71 mujeres han muerto en lo que va de año a manos de sus parejas o de sus exparejas. Es algo que tenemos que combatir todos, situaciones en las que no vale el silencio o el mirar para otro lado. Es acertado que el Rey se acuerde de esta situación tan grave que nos empequeñece como sociedad. Sobre la ecología, dijo que era muy importante cuidar el medio-ambiente y que cada día podíamos hacer algo que ayudara a la naturaleza y que sirviera para avanzar hacia un mundo mejor. Las misiones militares en el extranjero también entraron en el discurso del Rey. Su Majestad habló de ello y alabó la actividad que en esas tierras lejanas están haciendo nuestros compatriotas en favor de la paz y la libertad. Respecto a la inmigración, la única alusión a este asunto que hizo el Rey fue mandar la felicitación navideña y los mejores deseos para el 2011 a todos los extranjeros que viven en España.
En relación a la parte más alegre de su discurso, Don Juan Carlos no quiso olvidarse del Mundial de fútbol que España conquistó este año. Él no pudo estar en Sudáfrica debido a la intervención quirúrgica a la que fue sometido poco tiempo antes del Mundial, pero sí recibió a los campeones en Madrid y festejó con ellos este logro. Una foto del Rey con la Copa del Mundo y con algunos de los héroes del Mundial servía también de decoración de la sala desde la que el Rey grabó el discuros navideño. Un discurso que entró dentro de lo esperado y que se centró en la economía. Sus palabras fueron de esperanza, recordando que España ya ha salido de otras crisis y afirmando que no hemos llegado hasta aquí para ahora tirar la toalla. Unas palabras de fe en la capacidad de los españoles para salir adelante. Ojalá el año próximo el Rey pueda decir: "ya os lo dije el año pasado" y todos podamos celebrar que la crisis es ya historia.

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