Cumbre del clima en Cancún

Estos días se está celebrando la Cumbre del Clima en Cancún y las (pocas) noticias que llegan desde allí no nos hacen albergar grandes esperanzas. Y es que aquí cada cual defiende sus intereses y se asocia con demasiada frecuencia el derecho a crecer con un supuesto derecho a contaminar, la única forma según muchos de crecer económicamente. Esto es lo que hay: la cumbre será un fracaso disfrazad y maquillado como de costumbre, pero sin grandes acuerdos de fondo. Salvo sorpresa mayúscula, los países que están debatiendo en esta cita importante no habrán estado una vez más a la altura de las circunstancias y habrán dejado la responsabilidad para mejor ocasión. Esto es al menos lo que se intuye de las distintas informaciones que llegan desde Cancún.
Una muestra del poco interés que despierta esta cumbre entre los países presentes en la misma es la escasa presencia de grandes líderes mundiales a la misma. Apenas hay jefes de gobierno entre los asistentes a la Cumbre, en un ejemplo más de que el medio ambiente se relega aun segundo plano y el cambio climático no está todavía entre las grandes preocupaciones de los países desarollados, y tampoco de los menos desarrollados que aspiran a mejorar a costa de contaminar más. Hoy es el día en el que comparecerá en la Cumbre la ministra española de Medio Ambiente, Rosa Aguilar. Ya se sabe algo de lo que va a proponer y es que parece que la delegación española a esta cumbre está de acuerdo con una propuesta de Francia, Gran Bretaña y Dinamarca para que Europa reduzca sus emisiones de gases contaminantes un 30% en lugar del 20% que existe actualmente. Puede ser un primer paso de algunos países desarrollados que ojalá sea secundado por el resto.
Rosa Aguilar declaró ayer que es la hora de "hacer política con mayúsculas" y que no se puede dejar pasar la oportunidad que ofrece esta cumbre para combatir el cambio climático. Así mismo, afirmó que España trabajará "hasta el último minuto" para que puedan salir adelante acuerdos importantes de esta reunión. El principal objetivo de la cumbre de Cancún es encontrar un sustituto al protocolo de Kioto, que termina dentro de dos años. Ni Estados Unidos ni China firmaron Kioto y la aspiración es que, esta vez sí, se comprometan con esta lucha frente al cambio climático. Son las dos grandes potencias mundiales y, en consencuencia, los dos países que más contaminan. Entre los dos acumulan el 40% de la emisión de gases contaminantes. Por todo ello es de vital importancia arrancar un compromiso de estos dos países. No parece que estén muy por la labor, pero queda tiempo para intentar lograr un acuerdo.
La propia ministra española declaró ayer que con Estados Unidos y China se habían producido "tímidos avances". Veremos si se consigue que estos dos países se comprometan y que, una vez aprobados los compromisos, los pongan en marcha ya que en la pasada cumbre de Copenhague estos dos países alcanzaron un acuerdo que hasta la fecha no han puesto en marcha. Rosa Aguiliar también dejo entrever que es optimista sobre el resultado final de la cumbre. De este modo, declaró que quizás nos llevemos todos una sorpresa. Lo cierto es que nos encantaría que la ministra tuviera razón, mas son ya muchas cumbres que parece que pueden ser históricas y que terminan resultando un nuevo fracaso tras otro. Hemos perdido bastante confianza en los gobernantes mundiales en lo que se refiere a su grado de compromiso con el cambio climático y el medio ambiente.
A todos nos encantaría que cuando mañana culmine la cumbre todos los titulares aludieran a un acuerdo histórico. Pero mucho me temo que no será así. Según distintas informaciones, las posturas están bastante enfrentadas y no parece que haya mucho margen para un acuerdo que vaya más allá de una declaración de mínimos para salvar la cumbre de un estrepitoso fracaso. Supongo que unos se culparán a otros. Lo que hace falta es unafirme determinación de todos los países para ceder algo sobre sus puntos de partida y para poder lograr llegar a un pacto del que podamos sentirnos orgullosos, un acuerdo que ayude a combatir el cambio climático y cuyo resultado sea una verdadera reducción en la emisión de gases contaminantes. En definitiva, lo que todos deseamos es que, para variar, de este tipo de cumbres salgan acuerdos que reflejen altura de miras de todos aquellos técnicos y ministros que han estado negociando para cambiar las cosas de verdad y de una vez por todas. Cada cumbre del clima que se cierra en falso es una oportunidad que tiramos por la borda. Y ya van unas cuantas.
Japón ya ha anunciado que no firmará un protocolo que sustituya a Kioto si no es con China y Estados Unidos firmando ese documento. ¿La pelota está en el tejado de estos dos países? En parte parece que sí. Aunque ayer la secretaria de Estado para el cambio climático declaró que la postura de Latinoamérica no era especialmente positiva y que podía perjudicar un acuerdo final, considero que lo que hagan estos dos países es vital. Si los dos mayores contaminantes son capaces de llegar a un acuerdo para reducir la emisión de gases contaminantes, se habrá dado un paso de gigante en el camino hacia un mundo más concienciado con el medio ambiente y con la necesidad de cuidar nuestro planeta, pues es el único que tenemos. Además, ya es hora de que actúemos con responsablidad y sobre todo ya es hora de que los gobiernos comiencen a demostrar con hechos y no tanto con palabras que están de verdad comprometidos con el medio ambiente. Un acuerdo en esta cumbre de clima de Cancún sería un buen regalo de Navidad anticipado para todos.
Mañana acaba la cumbre y será por lo tanto hasta mañana cuando tengamos que esperar para saber si la cumbre finaliza como todas las reuniones de este estilo o si, por el contrario, se cierra con un acuerdo. Una vez más las organizaciones de activistas por el medio ambiente estarán muy pendientes de lo que suceda en la cumbre y serán ellos los primeros en sacar datos e informaciones para interpretar los posibles acuerdos. Ojalá no haya razones para volver a hablar de oportunidad perdida, porque hay trenes que no pasan de forma indefinida y este tren lo hemos dejado pasar demasiadas veces. Alguna será la última y en alguna ocasión puede que sea ya demasiado tarde. Deseo por lo tanto que se cierre la cumbre con un acuerdo importante para combatir el cambio climático. Que así sea.

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