Chantaje de los controladores

Indignante, indecente e ilegal. Son sólo tres adjetivos que sirven para calificar la actuación de los controladores aéreos en estas últimas horas. Lo que ha ocurrido es algo insólito en la historia reciente. A las cinco y media de la tarde de ayer, viernes de salida de un puente largo para muchos y día de gran afluencia a los aueropuertos, los controladores aéreos comenzaron a abandonar sus puestos de trabajo. Su paupérrima excusa es que no se encontraban bien. La realidad es que, una vez más, tomaron como rehenes a cientos de miles de ciudadanos que sólo querían comenzar con normalidad unos días de descanso. Esto comenzó en el aeropueto de Madrid Barajas, pero más tarde el caos se extendió de tal modo que todo el espacio aéreo de España estaba cerrado. Y así ha permanecido en general durante toda la noche. A esta hora (las nueve de la mañana) se está celebrando un Consejo de Ministros extraordinario en el que el gobierno puede tomar la decisión de declarar el estado de alarma por primera vez en la democracia.
Desde luego nunca antes el desafío de los controladores había llegado tan lejos y nunca antes habían dejado en tierra a 330.000 viajeros. Es una situación excepcional que requiere medidas excepcionales como la que ya ha adoptado el gobierno de que los militares tomen el mando de las torres de control de los aeropuertos españoles. Esa es la situación a esta hora, los militares están al frente y algunos controladores se han presentado a sus puestos de trabajo en el turno de mañana pero según algunas fuentes hasta las doce del mediodía no se retomará la actividad. Veremos qué sucede porque son los principales aeropuertos como el de Madrid o Barcelona los que todavía están afectados por este plante masivo de los controladores. Todo está provocado porque este sector privilegiado de la sociedad española ha visto como el gobierno decidió cambiar algo su régimen especial y pasar a contabilizar sus horas de trabajo de un modo distinto, de un modo más justo.
Los españoles no entendemos bajo ningún concepto que estos señores, que cuentan con una serie de privilegios que ya querríamos para nosotros el resto, decidan protestar por sus condiciones laborales. Es un insulto a la gente que de verdad está pasando por auténticos problemas laborales. Esas personas que están en el paro, aquellas que están trabajando en pésimas condiciones con tal de poder llevar un sueldo a casa. Y llegan estos tipos y toman como rehenes a 330.000 ciudadanos, cada uno con su historia personal detrás de ese viaje de avión que por el secuestro de los controladores no han podido llevar a cabo. Ciudadanos que iban a volar hacia sus destinos de vacaciones o de obligación, porque también habrá entre esa gran cantidad de gente personas que iban a trabajar o algún acto de este tipo. Esta gente no respeta a nadie. Nos están faltando el respeto a la sociedad española.
Ayer, además de insultarnos, trataron de tomarnos por tontos. Un tipo de cuyo nombre no quiero acordarme y que es portavoz del sindicato que está detrás de este delito masivo, decía ayer que la gente "se ha roto". ¿Pretendía que nos lo creyeramos? ¿Justo después de que el gobierno cambie sus condiciones laborales y el mismo día de comienzo de uno de los puentes con más afluencia de viajeros en los aeropuertos españoles? Además a la vez que decía que todo era algo espontáneo y nada organizado, parecía dar un mitin sobre sus reivindicaciones. Confío en que este señor no pretenda encima darnos lástima. El colectivo que representa provoca hoy muchos sentimientos entre los españoles, pero cualquiera menos lástima. En primer lugar porque dudamos mucho que tengan motivos reales para quejarse por su situación laboral, y en segundo lugar porque si tenían alguna razón la han perdido con este secuestro de más de 300.000 personas.
Estoy atento a lo que dicen los medios de comunicación para ver si finalmente el gobierno declara o no el estado de alarma. Sería la primera vez en la historia de la democracia española. Se podría así detener a los controladores que se negaran a trabajar. Sería una situación inédita en nuestro país en los últimos años, pero parece que si es preciso el gobierno adoptará esta medida y ciertamente hace bien. No harían bien el resto de partidos, a los que se ha informado puntualmente sobre lo que está pasando, en criticar al gobierno por esta situación. La plena responsabilidad de lo que está pasando y de lo que pase en las próximas horas es de los controladores aéreos. Esta vez han ido demasiado lejos. Esta vez han actuado con la misma actitud de las anteriores, pero el resultado de su desfachatez es más grave que en ocasiones anteriores. El castigo a esta acción debe ser ejemplar. Algunos medios nos recuerdan hoy que en Estados Unidos hace unos años pasó algo similar y que todos los controladores de ese país que actuaron de este modo fueron despedidos. Sería una forma de demostrar que no todo vale para presionar al gobierno en sus negociaciones.
El gobierno, como digo, no puede ser culpado por todo lo que está ocurriendo. Basicamente porque lo que están haciendo los controladores es un delito, o tal parece. Desde el momento en el que surgió esta crisis, el gobienro actuó creando un gabinete de crisis y convocando para hoy un Consejo de Minsitros. El Rey tuvo que firmar desde Argentina el Real Decreto que permitió entrar a los miliares a las torres de control para tratar de normalizar la situación. Es un caso grave de coacción al gobierno con los ciudadanos como los grandes afectados por esta irresponsable actitud de unos señores que tienen unas condiciones laborales más que beneficiosas. El ministro de Fomento, José Blanco, ha sido el primer político que en este país se ha atrevido a tratar de poner coto a estos privilegios de los controladores, y con este tipo de actuaciones, estos señores le dan la razón. Ciertamente alguien que es capaz de paralizar así un país por unas reinvidicaciones laborales (para mantener unos privilegios), no merece conservar esa situación laboral privilegiada.
Po último, a la espera de ver lo que decide el Consejo de Ministros, lo más deseable sería que se volviera a abrir el espacio aéreo de los aeropuertos que todavía sufren este secuestro por parte de los controladores aéreos. La vuelta a la normalidad no será cuestión de horas, sino de días, ya que han sido muchos los vuelos que no han podido salir a su destino en las últimas horas. Espero que se pueda castigar con firmeza esta actuacion tan inrresponsable e insolidaria con el resto de la sociedad española. Ojalá sirva al menos para tratar de evitar que algunos pocos puedan parar la vida del resto a modo de presión. No todo vale y desde luego chantajear de este modo a través de los ciudadanos al gobierno es algo inaceptable. La indignación de los afectados es más que comprensible. Aquí no único que no se entiende es que estos señores sean tan irresponsables. Mano dura.

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