Marruecos cuenta su versión

Ayer el ministro del Interior de Marruecos se reunió en España con Alfredo Pérez Rubalcaba. Todo muy diplomático, en plan colegas. Que sí hombre, que te creo. Y de los de los periodistas españoles que expulsas de El Aaiún, eso no es cosa mía. Vaya bochorno, qué vergüenza. En la entrada de ayer escribí que en la actitud de España frente al Sáhara todo era susceptible de empeorar y, en efecto, ha empeorado. El ministro del Interior español, y vicepresidente del gobierno recibió ayer al señor Taieb Cherkaoui y dió a entender que se creyó todo lo que le había contado. No se trata ya sólo de que en plena crisis del Sáhara se le reciba en nuestro país, algo que hay que hacer, sino que encima el ministro tiene que tragarse la versión de los hechos de Marruecos. Lamentable. Dice Rubalcaba que lo que le expuso con detalle el ministro marroquí refuta las acusaciones que habían vertido contra las fuerzas del orden marroquí desde asociaciones pro derechos humanos. Habría que recordar al ministro que también han sido los periodistas españoles, esos con los que se reune para decir que va a ayudar a la prensa escrita, los que hablan de hechos muy graves en El Aaiún.
Pero claro, el señor Rubalcaba no tuvo a bien ayer hablar de la situación de los periodistas españoles en el Sáhara. Al corresponsal de ABC se le retiró la acreditación en Rabat por difundir mentiras, según el gobierno marroquí, a los periodistas de todos los medios españoles se les ha prohibido entrar en El Aaiiún, y a los que han entrado se les ha expulsado como sucedió ayer con los enviados especiales de Antena 3. Pero el ministro español no considero oportuno hablar de este asunto. En fin, uno diría que él sabrá. Pero si algo están demostando los responsables del gobierno español es que sobre este asunto saben muy poquito. Por no saber, el número 3 del PSOE no sabe ni cuándo salió España del Sáhara. La imagen que está dando este gobierno es patética. Insisten una y otra vez sobre la necesidad de mantener buenas relaciones con Marruecos, pero de los Derechos Humanos nadie habla.
En todo caso, para ser imparcial, hay que atender también a la versión de Marruecos. Ellos dicen que entraron al campamento para liberar a las personas que allí estaban de un grupo de criminales radicales. Además dicen que entraron desarmados en el campamento y que fueron ellos los que recibieron daños debido a la fuerza empleada por este supuesto grupo radical que estaba en el campamento. ¿La muerte del ciudadano español? Un accidente. Vamos que todos los medios de comunicación han estado vendiendo una mentira a sus lectores esta última semana. Los únicos que han dicho la verdad han sido los medios oficiales de Marruecos. Para dar más credibilidad a su versión, las autoridades marroquíes no se cansan se enseñar un vídeo de cómo algunas personas del campamento vejaron a marroquíes moribundos o muertos. Hechos que, de ser ciertos, deben ser igualmente condenados y son igualmente inaceptables. Eso es lo que cuenta Marruecos.
¿Qué sucede con esta versión de Marruecos? Más allá de que parezca inverosímil, más allá de que sea muy difícil creersela como parece que hizo a pies juntillas el ministro Rubalcaba ayer, el problema de esta versión es que no puede ser confirmada por alguien imparcial. Marruecos no quiere testigos en la zona y eso querrá decir algo. Si nadie puede entrar allí para contar lo que ha pasado, ¿cómo pretende Marruecos que nos lo creamos? Yo no digo que todo lo que dicen las asociaciones prosaharauis sea cierto. Sólo digo que no podremos creer la versión de Marruecos hasta que no se deje trabajar a la prensa y ésta nos pueda contar la situación real. Las cifras y los relatos sobre lo que pasó son muy distantes. Recuerdo que hace poco había informaciones de personas que estaban en El Aaiún que afirmaban que había fosas comunes con cadáveres en distintos lugares del campamento. Marruecos reconoce sólo dos muertos civiles. De un asalto a la fuerza a uno sin armas hay un trecho. Nadie puede constatar que lo que dice Marruecos sea verdad. Pero, si así fuera, ¿por qué no quieren testigos en la zona? ¿A qué temen?
De lo poco positivo que se puede sacar de la declaración ayer del ministro español está el hecho de que, según afirmó el propio Rubalcaba, el ministro del Interior marroquí se comprometió a investigar todos los hechos que preocupen al gobierno español. Es de esperar que España pida exlicaciones sobre todo aquello que tenga que ver con españoles afectados por este conflicto. Precisamente ayer una asocación pro Derechos Humanos estuvo en la Audiencia Nacional presentado una denuncia contra tres ministros marroquíes por los supuestos delitos cometidos en el asalto del campamento de protesta. La Audiencia Nacional puede investigar los casos de delito en el extranjero en los que estén afectados algunos españoles, y parece ser el caso. Veremos si se dedicen o no a abrir un proceso contra las autoridades marroquíes. Sería un modo de lograr que hubiera una investigación sobre lo sucedido. Una forma de poder saber lo que pasó en la zona.
La comunidad internacional sigue con la tibieza que ha caracterizado su actitud sobre este asunto desde el principio. El Consejo de Seguridad de la ONU dice deplorar la violencia en El Aaiún y en el campamento, pero en ningún momento se condenó expresamente la actuación violenta de Marruecos. Debe de ser que ellos también se creen la versión marroquí del asalto sin armas y sin violencia. Además se reiteró el apoyo al proceso de paz auspiciado por la ONU. Precisamente ayer una ONG pidió que se envíen a la zona más cascos azules para tratar de calmar la situación en el Sáhara. Pero, lo dicho, muchos paños calientes para evitar condenar la actitud de Marruecos. Es inevitable que cunda la sensación de que a Marruecos se le permite todo y que no hay país que se oponga a nada de lo que hagan o digan las autoridades de este reino. Y es una pena, porque lo mínimo que se podría esperar es una investigacióna fondo sobre lo ocurrido para saber si esta vez debemos dar la razón a Marruecos o no. Pero no parece que haya muchas ganas de investigar lo sucedido.
A mí personalmente la actitud de España sobre este asunto me parece bochornosa. Apelamos una y otra vez a lo trascendental que resulta mantener las relaciones con Marruecos, pero no decimos que es igualmente importante que este país respete los Derechos Humanos. La pasividad de este gobierno ante la situación del Sáhara es francamente decepcionante. Actúa con una única premisa: que Marruecos no se enfade con nosotros. Todo vale mientras España siga contando con la colaboración de Marruecos en los asuntos que afectan de forma más directa a nuestro país. Sinceramente esperaba otra cosa de una ministra de Exteriores que protagonizó en su época manifestaciones a favor del pueblo saharaui. No pido que una ministra de Asuntos Exteriores se manifieste contra Marruecos, sólo pido un poco de sensibilidad ante los graves hechos sucedidos en el Sáhara. Terrible política exterior de España, una vez más.

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