Oviedo fue una fiesta

Un año más la ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias se saldó con un rotundo éxito. Los ovetenses se volcaron con todos los premiados, la Familia Real acudió con los Príncipes de Asturias y la Reina Doña Sofía, y el gobierno tuvo varios representantes como Leire Pajín, Gonzáles Sinde o Cristina Garmendia. Fue un día precioso visto por la televisión. No alcanzo a imaginar lo que significaría para todas las personas que ayer se echaron a la calle en Oviedo para formar parte de la fiesta, y qué decir de los privilegiados que pudieron asistir a la ceremonia en el Teatro Campoamor.
La ciudad de Oviedo es maravillosa y muy señorial cualquier día del año. Pero el tercer viernes del mes de octubre viste sus mejores galas para ser el escenario de la entrega de los premios más importantes de nuestro país, y unos de los más importantes de todo el mundo. El prestigio de los Premios Príncipe de Asturias va en aumento y resulta lógico viendo la extraordinaria forma de organizar un evento de gran relevancia que convierte a Oviedo en capital mundial de la cultura, de la ciencia, del deporte y de otros campos del saber. Toda España y todo el mundo miran a Oviedo. Lo hacen, lo hacemos, con la admiración que despiertan las personas inteligentes y brillantes, las capaces de crear discursos magistrales para la ocasión y de dedicar su vida a su profesión con gran dedicación y esfuerzo personal. Unos premios a la excelencia como recalcó el Príncipe Don Felipe quien un año más dedicó su discurso a hablar de los premiados, de la fundación y también de la situación actual de España.
La foto de todos los medios de comunicación, la imagen que abrió ayer los telediarios, es la de los diez miembros de la selección española de fútbol y su entrenador, Vicente Del Bosque, recogiendo el premio de los Deportes. Es un galardón muy importante, el más importante probablemete de los que se entregan a un deportista, y se notaba. Diez futbolistas entre los que estaba el capitán Iker Casillas, el genio del balón Xavi Hernández, Javi Martínez, Fernando Llorente, Jesús Navas, Sergio Ramos, Joan Capdevilla o Pepe Reina entre otros, acudieron a Oviedo tras obtener permiso por parte de sus equipos. La polémica inicial sobre la decisión de los entrenadores de Madrid y Barcelona de no permitir a ninguno de sus futbolistas a la ceremonia, se resolvió con la asistencia de Casillas, Xavi y Ramos.
También asistió al acto el ex seleccionador nacional Luis Aragonés. Vicente Del Bosque, en un gesto que muestra su gran calidad humana, se saltó el protocolo para buscar a Aragonés y hacer que tanto él como el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, también recibieran la atronadora ovación del auditorio. El detalle que tuvo Del Bosque con su antencesor en el puesto de seleccionador, viene a confirmar que además de ser un excelente entrenador, es una buena persona. Otro en su lugar se hubiera quedado la gloria, o habría recordado cómo Aragonés sembró dudas sobre el juego de España en el Mundial cuando todo comenzó mal. Pero él no, él decidió compartir ese momento histórico para el fútbol español con el seleccionador que nos dio la Eurocopa hace dos años. Precioso detalle de Vicente Del Bosque, todo un señor.
La atención mediática y del público que se dio cita a las afueras del Teatro Campoamor y también en el Hotel Reconquista, se centró en la selección española de fútbol. El resto de premiados también fueron recibidos con grandes ovaciones pero cuando se rompió el medidor de decibelios fue en el momento en que hicieron acto de presencia los representantes de la campeona del mundo. Un gran día para todos ellos que disfrutaron de lo lindo y fueron plenamente conscientes de lo importante que es recibir un Premio Príncipe de Asturias. Constataron cómo se vuelca la ciudad, cómo vive Oviedo este evento que es el más importante del año de cuantos se celebran en esta preciosa ciudad. Los focos fueron para ellos por hacernos soñar, por hacernos tocar el cielo, por unir a todo un país en torno a un equipo. Un grupo de futbolistas que representan, como bien dijo el Príncipe Felipe, la España sin complejos. Enhorabuena por el galardón merecido, y gracias.
El resto de premiados no se llevaron tantas fotos pero también suscitaron un gran interés y provocaron una gran admiración en todos los que, de un modo u otro, en Oviedo o desde la televisión como es mi caso, seguimos el acto. Richard Serra recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, y se mostró muy contento en todo el acto, sobre todo cuando llegó al Campoamor y cuando recibió el diploma. El Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales fue para el equipo arqueológico de los Guerreros del Xi´an. Una historia la que ellos han permitido que conozcamos que sorprende y fascina a todo el mundo. El Premio de Comunicación y Humanidades fue compartido entre Zygmunt Bauman y Allain Touraine, las palabras de ambos fueron sabias y acertadas sobre el mundo en que vivimos.
El Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica fue para tres investigadores que luchan contra el dolor: David Julius, Baruch Minke y Linda Watkins. Su labor es muy importante para millones de personas, como lo es la de los premiados en la categoría de Cooperación Internacional que recayó en The Transplantation Society y en la Organización Nacional del Tranplante española. El Premio Príncipe de Asturias de las Letras fue para el escritor Amin Maalouf, otro gran discurso el suyo. Por último, el Premio de la Concordia fue para la organización no gubernamental española Manos Unidas por su labor solidaria en muchos lugares del mundo.
Ocho premios, ocho categorías y ocho razones para mirar con gran interés la ceremonia de ayer en el Teatro Campoamor de Oviedo. Una ceremonia que se supera cada año y que atrae el interés de nuestro país y del resto del mundo por reunir un mismo día a tantas personalidades de tan distintos ámbitos. Un día en que escuchamos un discurso lleno de optimismo y confianza en la sociedad española por parte del Príncipe Don Felipe. Fueron muchos los puntos de interés del acto de ayer que concluyó a eso de las ocho de la tarde. Desde ese momento quedaron convocados los Premios Príncipe de Asturias del 2011. Treinta años de vida para unos Premios que siguen provocando gran admiración. Hasta el año que viene.

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