Graves revelaciones sobre la guerra de Irak

La noticia surgió este fin de semana, o mejor dicho recobró fuerza este fin de semana ya que anteriormente ya sabíamos de Wikileaks y su propósito de hacer que vea la luz toda la verdad sobre las prácticas del ejército estadounidense en la guerra de Irak. Las informaciones de este medio hacen pensar que la prácticas habitual del ejército de Estados Unidos es la tortura y dar muerte de forma indiscrminada a civiles. Es muy grave lo que se cuenta, y muy grave también que todo lo que tengamos por respuesta desde el gobierno estadounidense sea el anunciar que estas revelaciones suponen un riesgo para la seguridad nacional. Se trata de una filtración de dimensiones descomunales que pone en entredicho a los responsables de la misión de Irak. De este modo, habrían muerto desde 2003 más de 66.000 civiles. No se informó de 15.000 de esas muertes.
Pero hay más, también conocemos gracias a Wikileaks que hay denuncias de abusos y torturas que nunca fueron investigadas. Así mismo, tampoco se investigaron posibles asesinatos por parte del ejército. Son hechos muy graves que ponen en jaque a las autoridades norteamericanas en la guerra de Irak. Ya conocíamos de posibles asesinatos a civiles o periodistas, como es el caso del español José Couso quien fue asesinado por un militar del ejército estadounidense que, según la versión oficial, confundió la cámara del fallecido con un arma. Sus familiares y amigos ven en estas revelaciones una posibilidad de seguir adelante en la investigación sobre el asesinato de Couso.
391.000 documentos oficiales vieron la luz este fin de semana a través de la dirección de Internet de Wikileaks. De ellos se extraen conclusiones que hablan de la muerte de miles de civiles y de posibles casos de torturas, abusos o muertes que no fueron investigadas. El gobierno de Estados Unidos debería dar una respuesta convincente frente a estas revelaciones ya que están en juego muchas cosas, su credibilidad en el exterior, la visión que en el resto del mundo, y también dentro del país, tenga la opinión pública sobre Estados Unidos. Si ya de por sí la población está mayoritariamente en contra de las guerras, es evidente que esa oposición se verá reforzada tras conocer estas prácticas por parte del ejército norteamericano. Hoy se han visto, gracias a Wikileaks, nuevas imágenes que reflejan cómo soldados estadounidenses disparan a personas desarmadas.
No se sabe hasta dónde va a llegar todo esto, pero sería ciertamente lamentable que no hubiera una investigación oficial a fondo sobre estas informaciones. El tema es que probablemente se investigará con más ahinco de dónde ha salido la filtración que los hechos que en ella se denuncian. Preocupará más cerrar el grifo y que no salgan informaciones contraproducentes, que el hecho de que haya graves casos de posibles torturas y también de muertes de las que no se informó a la opinión pública. Tengo la convicción de que, en efecto, lo que con más fuerza se buscará será quién ha filtrado estos informes y que quedará en un segundo plano, si es que queda alguna preocupación dentro del gobierno por estas prácticas, los graves hechos que relata Wikileaks.
La respuesta desde el Pentágono es que ya se informó debidamente sobre los hechos de los que se habla en estos documentos que se han hecho públicos. También desde las autoridades militares ha salido la afirmación de que ahora el país es más vulnerable debido a estas revelaciones. Se podría pensar que se abre un debate sobre si es adeucado, aceptable o recomendable que salgan a la luz documentos secretos. La respuesta al debate será distinta según esos documentos comprometan o no la seguridad nacional u otros factores que hay que tener en cuenta. Lo que no se puede hacer es poner siempre la excusa de la seguridad nacional para no informar de hechos tan graves como la muerte de miles de civiles.
"La primera baja en una guerra es la verdad", esta frase la pronunció un día un político americano y lo que pretenden desde Wikileaks es que no sea así y que todo el mundo conozca lo que sucedió en realidad en Irak. Y considero que todos tenemos derecho a saber cómo actuó el ejército de Estados Unidos en el país asiático. Los primeros, los ciudadanos norteamericanos, y después el resto del mundo. El vicepresidente británico pidió explicaciones a las autoridades estadounidenses sobre estas relevaciones y sería de esperar que en más países se actúe de igual modo. Son hechos muy graves que deberían ser esclarecidos lo antes posibles. Porque ni siquiera en una guerra se puede afirmar que todo vale.
En resumen, son revelaciones de un gran interés. Sobre si es correcto o no que se hayan publicado, la clave es ver si, en efecto, su publicación puede suponer un riesgo para la seguridad nacional. Y no vale como riesgo para la seguridad nacional el hecho de que se le saquen los colores a las autoridades militares y políticas de Estados Unidos. Gracias a estas revelaciones conocemos algo que, sin ellas, nunca habríamos llegado a saber. Son crímenes que no solo hubieran quedado impunes, sino que encima nadie sabría nada de ellos fuera de Irak. Creo que es de agradecer que haya quien revele estos hechos siempre y cuando se haga con sentido de la responsabilidad. El gobierno de Estados Unidos debería dar explicaciones urgentemente sobre estas informaciones. ¿Lo hará?

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