Gran movilización en Francia contra la reforma de las pensiones

Francia vuelve a ganarse con la actitud de sus ciudadanos el título del país más reivindicativo y más activo en la defensa de sus derechos de toda Europa, y un referente mundial en lo que a participación ciudadana se refiere. Son muchas las lecciones que se han dado en este país a lo largo de la historia. La última, ver cómo se moviliza la ciudadanía para criticar la política en materia de pensiones del actual gobierno. La subida de la edad de jubilación es el meollo de la cuestión, lo que ha llevado a los sindicatos franceses a convocar cientos de manifestaciones en todo el país. Los ciudadanos han respondido a esta convocatoria de forma masiva según los sindicatos. Son muchas las jornadas de huelga y reivindicación que se llevan celebrando en Francia para tratar de modificar los planes de alargar la edad de jubilación.
Tres millones de personas según los convocantes, 850.000 según los datos del gobierno. Esta última cifra supondría la más baja en cuanto a seguimiento de todas las convocatorias hasta el momento. En la protesta del martes, según los sindicatos, acudieron 3,5 millones de personas por algo más de un millón que reconoce el gobierno. Más allá de la habitual guerra de cifras, parece claro que el grado de implicación de los franceses en asuntos que les tocan de cerca como es el caso de las pensiones y la edad de jubilación es muy elevado. Han sido cuatro días seguidos de huelga a la que se han sumado los suministradores de gasolina, lo que hasta ahora no ha provacado grandes problemas. También se ha unido los estudiantes a las jornadas de protesta que se están intensificando ante la inminente aprobación por parte del Senado de la tan criticada reforma.
Las razones que aportan los ciudadanos que se llevan manifestando a lo largo de muchas jornadas de huelga en los últimos tiempos, son las de tratar de impedir que se alargue la edad de jubilación hasta los 62 años. Las razones del gobierno, que dice estar tan dispuesto como el primer día a seguir adelante con esta reforma, es que se debe tratar de poner techo al crecimiento constante del déficit que alcazaría la cifra de 50.000 millones de euros en 2020, una situación insotenible para el ejecutivo francés que trata con estas medidas de frenar el déficit, una de las principales preocupaciones económicas de este país.
Las protestas estudiantiles también han sido centro de atención en estas últimas manifestaciones en Francia. Se han bloqueado institutos y los estudiantes aseguran que mantendrán esta actitud de protesta hasta que el gobierno ceda. Es un pulso que sindicatos, trabajadores y estudiantes están echando al gobierno y cuyo final es, según se mire una u otra parte del conflicto, incierto o seguro. Es decir, la esperanza de los manifestantes es que no se siga adelante con esta reforma, pero el gobierno está mostrando tanta firmeza en mantener los cambios como capacidad de movilización los sindicatos. De momento no parece que el gobierno esté dispuesto a ceder en los puntos centrales de la reforma de las pensiones, enmarcada en el tiempo de recortes y reformas que se está viviendo en todos los países europeos debido a la la lucha contra la crisis económica que afecta a todos.
La clave del asunto es la intención del gobierno de alargar la edad legal de jubilación de los 60 a los 62 años, y de los 65 a los 67 para aquellas personas que no hayan cotizado lo suficiente para jubilarse con la pensión completa. Ese es el centro de la batalla, el motivo del puslo entre sindicatos y gobierno. Nicolás Sarkozy está afrontado las que probablemente sean las horas más complicadas de su mandanto. Si hace unos meses los focos de medio mundo se centraron en sus políticas sobre los rumanos, ahora es esta serie de huelgas generales las que hacen que Sarkozy se enfrente a momentos delicados. El presidente ya ha declarado que va a seguir "hasta el final" y que esta reforma es de "justicia social". Además se ha preguntado qué pasaría si en un futuro no hubiera dinero para pagar las pensiones de los trabajadores más humildes.
La previsión es que hasta el martes, día anterior a que el Senado vote sobre la reforma legal de las pensiones, sigan las protestas en Francia. Ese día los sindicatos tienen convocados nuevos actos de reinvindicación y protesta. Actualmente el Senado está debatiendo la reforma y será el miércoles cuando la apruebe. Cada vez son más sectores los que se unen a las protestas, así los sindicatos cuentan ya con los estudiantes y con los transportistas. Con todo el epicentro, la clave, es el suministro de gasolina, la energía. Los sindicatos saben que si logran paralizar el país, si logran que haya carencias en el suministro tendrán ganada una primera batalla. El gobierno insiste en lanzas mensajes de calma a los ciudadanos, afirmando que no hay nada que temer y que el suministro está garantizado para semanas.
Habrá que seguir con mucho interés este panorama en Francia, pues además de que está en juego el futuro de los trabajadores de aquel país, los franceses vuelven a dar ejemplo y a demostrar que cuando se tocan asuntos de verdadera trascendencia para ellos y las generaciones venideras, nunca se quedan con los brazos cruzados. Visto desde España, con lo que ha costado convocar una huelga general, con las críticas que los sindicatos han recibido y con la debilidad de estos, a muchos nos entra un sentimiento de cierta envidia comparándonos, porque es tan inevitable como odioso compararse, con Francia y el poder que allí tienen los representantes de los trabajadores, con la capacidad de reacción que tienen los franceses ante asuntos de gran importancia. C´est la France.

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