Dos son las noticias más destacadas que llegan desde el país norteamericano que hacen que todas las miradas estén puestas, más que nunca, en la primera potencia del mundo. De este modo, en la capital se está celebrando una cumbre de una gran relevancia entre los dirigentes de Israel y Palestina, y además ayer se hizo oficial la retirada de las tropas de combate de Estados Unidos de Irak. Aunque, como luego comentaré, hay a quien no le hace mucha gracia ni una cosa ni la otra.
Lo primero en el orden cronólogico es la retirada de las tropas de combate de Estados Unidos del país asiático que fue invadido hace siete años por una coalición de países dirigidas por el país entonces gobernado por George Walter Bush. Han sido siete largos años de combates, de guerra, de insurgencia y de muertes, demasiadas muertes tanto de civiles como de soldados de EEUU. Bush dio por concluida (y ganada) la guerra muy pronto, pero después llegó la insurgencia y al final acabó dejando de herencia a Obama esta guerra abierta. El actual presidente de Estados Unidos se propusó desde un principio cerrar dignamente este conflicto lo antes posible para frenar la auténtica sangría que estaba provocando este conflicto que comenzó con una gran mentira: la de la posesión por parte de Irak de armas de destrucción masiva.
Obama ha cumplido una promesa que realizó y ha dejado que las autoridades iraquíes sean las que se hagan cargo del futuro de su país. Esta es una lectura de las muchas que se pueden hacer, y se han hecho, de este medida tomada por el comandante en jefe de la principal potencia mundial. También hay quien piensa que Irak no está todavía preparada para poder regirse autónomamente, y la prueba de ello es que llevan sin gobierno seis meses desde las elecciones. Las piniones son diversas como es lógico. Lo cierto es que la presencia de Estados Unidos en Irak se va a ver reducida a un grupo importante de tropas que se encargarán de entrenar a las tropas locales para combatir el terrorismo y garantizar la seguridad del país.
Barack Obama le dio al momento la solemnidad requerida por lo trascendencia, en número de bajas sobre todo, que este conflicto ha tenido en los Estados Unidos. Según las informaciones que llegan desde aquel país la expectación por las palabras del presidente no ha sido excesiva, mayor era desde luego en Irak. En todo caso, Obama evitó hablar de misión cumplida y quiso dejar claro que no se abandona a los iraquíes. Las autoridades del país asiático han declarado que se devuelve así la indepencia a Irak y que podrá gobernarse autónomamente a partir de ahora tras los años de la invasión (lo de la invasión lo digo yo, no ellos).
A partir de ahora habrá que estar muy pendientes a las noticas que lleguen desde Irak, pues no parece que los terroristas vayan a cesar en su actividad criminal a pesar de que Estados Unidos se haya retirado del país. Seguirá siendo un punto importante de atención constante en la información internacional ya que ahora llega el momento de la verdad, de la independencia, de regirse por sí mismos.
La otra gran noticia que nos hace estar pendientes de Estados Unidos es la cumbre por la paz que casi dos años después vuelve a celebrarse entre autoridades de Palestina y de Israel. Una bena señal de la disposición de Israel ante estas negociaciones es que después del ataque de Hamas a un grupo de israelíes, con varios fallecidos como dramático saldo del atentado, Netanyahu declaró que esto no iba a impedir que se celebraran las negocaciones de paz en las que también están presentes gobernantes de Siria y de Jordania. Abbas y Netanyahu tienen en su mano la oportunidad de sentar las bases para la resolución de un conflicto muy complejo que ha dejado mucho sufrimiento en aquella zona del mundo, y extrema preocupación en el resto del planeta.
Todos son conscientes de que no será fácil, pues son muchos años de vivir enfrentados y ahora llega la hora de tratar de alcanzar acuerdos. Es bien sabido que es mucho más complicado ceder en una negociación que actuar como si nada pasara y cada uno atacando al otro según le venga en gana. Obama ha declarado que los dirigentes de las dos naciones deben aprovechar esta oportunidad, y también que el actual status de Jerusalén es insotenible. Parece ser que Israel está dispuesta a ceder algo en este punto que, a nadie se le escapa, es uno de los más importantes de las negociaciones. Los asentamientos israelíes suponen uno de los mayores obstáculos a la paz y al entendimiento.
La dificultad de llegar a acuerdos que logren avanzar hacia una resolución del conflicto es manifiesta. La altura de miras en este proceso es más que necesaria por todas las partes. Surgirán problemas, condiciones que parezcan a la parte contraria imposible de aceptar, diferencias que a simple vista son insalvables. Pero es demasiado importante lo que está en juego como para dejarlo a la primera de cambios. Yo soy, en parte, de los escépticos ante este proceso de negociaciones, pero también soy de los que creen que algún día tendrá que llegar el acuerdo que nos aproxime a la paz. Ojalá sea esta la ocasión.
Concluyo ya con las palabras de José María Aznar en contra del presidente de Estados Unidos, Barack Obama el mismo día que lograba poner en marcha el diálogo entre israelíes y palestinos. Dede luego el ex presidente español no tiene el don de la oportunidad, no parece muy iportuno criticar al dirigente mundial que está intentando que se logré poner fin a un conflicto al que muchos otros antes han tratado de contribuir a su finalización. Aznar dice que Obama huye de conflictos (alusión a su marcha de Irak) y que se alía con rivales de Estados Unidos. Es lamentable que Aznar, del que ya sabemos su capacidad para meter la pata dentro de nuestras fronteras, lo haga también hablando en inglés y sobe asuntos exteriores. Será la añoranza por su amiguito Bush con el que jugaba a la guerra en ranchos de Texas. Lamentable.
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