Reflexiones de agosto

OPINIÓN
De vuelta a Madrid desde tierras alcarreñas, retomo la actividad de este blog, en esta ocasión para refexionar sobre algunas de las principales noticias de este mes de agosto que muy pronto dejaremos atrás. Las más destacada han llegado desde el exterior de nuestras fronteras. Por un lado la liberación de los dos españoles secuestrados en Mauritania por Al Quaeda del Magreb islámico, y por otro la trágica noticia del atentado terrorista en Afganistán que acabó con la vida de dos Guardias civiles y la de un colaborador, iraní con nacionalidad española.
Esta última información es la más grave de las que se refieren a España de todas las que hemos conocido este mes de agosto. Cuando los guardias civiles estaban entrenando a futuros polícias afganos uno de quienes estaba siendo entrenado, un terrorista infiltrado, disparó contra los españoles. El terrorista fue abatido pero su acción asesina dejó atrás la vida de tres personas. El drama que embarga a todos dejó paso de forma rápida, demasiado rápida desde mi punto de vista, a la polémica por la presencia de España en Afganistán. El PP la apoya pero pide al gobierno que no la denomine misión humanitaria ya que, para el principal partido de la oposición, se trata de una misión de guerra.
Por su parte el líder en el Congreso de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, pidió la retirada de las tropas españolas en el país asiático. La ministra de Defensa, visiblemente emocionado en la llegada de los cuerpos sin vida de los tres asesinados en Afganistán, reconoció que se trata de una misión complicada y que los españoles desplegados en la zona se enfrentan a una situación de mucho riesgo. En efecto, Afganistán es un polvorín y por cada avance de las tropas occidentales, llegan numerosos retrocesos y atentados. El Partido Popular debería haber esperado para plantear el debate de si es o no una misión de guerra como, por otro lado, parece. Una vez más las ganas de utilizar un asunto de Estado como arma arrojadiza en la batalla política han podido al PP y han sido más fuertes que el sentido de la responsabilidad.
Claro que hay que abrir un debate en el Congreso de los Diputados sobre la misión española en Afganistán, y por supuesto que el gobierno deberá argumentar la permanencia en aquel país. Lo que parece claro es que Zapatero va a mantener las tropas hasta la retirada anunciada por el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. Desde luego no se puede dejar al país asiático abandonado a su suerte, pero estas malas noticias, los fallecimientos de españoles en una guerra lejana no puede dejar de provocar una reacción adversa frente a la misma por parte de la sociedad. Sería estupendo que el debate sobre esta delicada situación en Afganistán fuera sereno, algo poco probable.
Con la liberación de Roque Pascual y Albert Vilalta pasó, más o menos, lo mismo que con el atentado de Afganistán, de la noticia en sí se pasó a la polémica. La gran noticia es que después de nueve meses secuestrados, los dos cooperantes españoles fueron puestos en libertad, pero rápidamente llegó la información de que se habían retirado los cargos al líder de los secuestradores y se había pagado una importante suma de dinero al grupo terrorista. En un lado de la balanza está la vida de los secuestrados, en el otro el hecho de que pagando a los secuestradores se está financiando a un grupo criminal. El PP ha pedido explicaciones a la vicepresidenta primera del gobierno, María Teresa Fernández De la Vega, ya que es ella la que ha coordinado la liberación de los españoles. Desde Francia, el presidente de la República Nicolas Sarkozy, ha declarado que pagar a los terroristas no es la solución. Hay que recordar que el Ejército francés organizó una operación militar para liberar a un secuestrado de aquel país y acabó con la muerte del mismo. La polémica está servida.
Y no menos polémica ha sido la situación en la frontera de Melilla. Los marroquíes denunciaron supuestas agresiones de los policías españoles de la frontera, y de esa calumnia llegaron las amenazas a la Polícia española a través de cárteles denigrantes, y el bloqueo en dos días distintos a la llegada de alimentos a Melilla. Aquí, una vez más, hubo enfrentamiento entre PP y gobierno. De este modo la inacción del Ejecutivo se enfrentó a las visitas oportunistas primero de González Pons y luego de José María Aznar a la ciudad autónoma española. El gobierno dejó enfriar el problema y mandó, una semana después, al ministro de Interior a reunirse con su homólogo marroquí y con el propio Rey de aquel país que no puede presumir de ser un país democrático que respete los Derechos Humanos visto lo sucedido este fin de semana en el Sáhara donde varios activistas españoles fueron brutalmente agredidos por la policía marroquí. Los agredidos han relatado a los medios de comunicación estas vulneraciones de los Derechos Humanos, y no debería el gobierno esta vez mirar para otro lado. Hay una situación de alta tensión con Marruecos que ha hecho necesaria la intervención del Jefe del Estado español, el Rey Don Juan Carlos.
En el asunto de Melilla sobró la visita de Aznar a la zona, pero también estuvo de más que el gobierno empleara más fuerza en criticar al ex presidente que en defender a los policías españoles que estaban siendo acusados de hechos muy graves. La solución a un problema casi nunca es dejarlo estar. Así, es poco entendible que el ejecutivo español se felicitara de la colaboración con Marruecos en los mismos días en que la Policía española estaba siendo atacada de manera orquestada desde nuestro país vecino. Con este nuevo incidente el gobierno debería mostrarse más fuerte porque no todo vale.
Del exterior nos llegaban este mes de agosto otras dos noticias de gran calado. La primera es que el dos de septiembre, y con Estados Unidos de mediador, israelíes y palestinos van a retomar las negociaciones de paz. Es una gran noticia. Es verdad que no es la primera vez que nos hacemos ilusiones y después estas se rompen casi a las primeras de cambios. Unos y otros deben ir a la reunión con ánimo constructivo. Deben ser sabedores de que la delicada situación en Oriente Medio requiere de esfuerzos megociadores y de altura de miras por parte de los dirigentes de ambas naciones. Es un conflicto eterno, por eso es tan importante que vuelva a haber una oportunidad para la paz entre tanta miseria y tanta muerte inútil. Confío en que esta vez, aunque soy consciente de la dificultad de este deseo y de que las negociaciones deben durar mucho si van por el buen camino, sí podamos recibir una buena noticia desde esta zona del planeta que centra nuestra atención ante el conflicto entre Israel y Palestina, ¿por qué no soñar con la paz, con el acuerdo, con el entendimento?
La otra información del exterior que nos llegaba, esta preocupante, es la expulsión-repatriación de decenas de rumanos desde Francia. La Unión Europea ha criticado estas medidas tomadas por el gobierno de Nicolas Sarkozy. Según los franceses, estas repatricaciones son voluntarias, pero tiene un cierto tufo a racismo que debería ser disipado. Genera dudas desde luego, el Vaticano lo ha criticado con dureza. La inmigración ilegal es un problema que afecta a todo Europa y lo ideal sería una política común en este aspecto tan relevante, pero con psoturas tan radicales como las del gobierno francés es díficil llegar a agún tipo de acuerdo. No es tolerable que en los tiempos que corren un país como Francia actúe de este modo.
Y por último, en lo relativo a los deportes, este mes de agosto nos ha dejado el comienzo de la Liga de fútbol (ganó el Barcelona, empató el Madrid y el Sevilla es el primer líder de la competición), el del Mundial de baloncesto con la derrota de la selección española ante Francia en su primer partido y la victoria holgada ante Nueva Zelanda en el segundo, y también el comienzo de la Vuelta ciclista a España.
Los nuevos organizadores de la carrera ciclista por excelencia en nuestro país (que son los mismos que los de la carrera ciclista por excelencia en el mundo entero: el Tour de Francia) ha diseñado un recorrido lleno de espectáculo. La primera etapa en la noche de Sevilla, una crono por equipos fue de una belleza extraordinaria. Se están haciendo las cosas bien y eso nos alegra mucho a todos los aficionados a este deporte. Sobre los favoritos, parece que Frank Schleck, Dennis Menchov y Vincenzo Nibali serán quienes estén en la pomada, sin olvidar a los españoles encabezados por Carlos Sastre que estará muy bien secundado por Luis León Sánchez, David Arroyo y Ezequiel Mosquera entre otros. Desde el sábado disfrutamos de la Vuelta y estos días hablaré de ella en estas entradas.

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