Sexta victoria francesa en el Tour

Como decíamos ayer, la ronda gala está hablando más francés que nunca en la edición de este año, al menos en cuanto a victorias parciales se refiere. Hoy ha sido el turno de uno de los franceses ilustres, Fedrigo, que se ha impuesto a sus compañeros de fuga en la llegada a Pau. Entre ellos se encontraban dos españoles, Carlos Barredo y Rubén Plaza. El primero desató las hostilidades a 43 de meta con un demarraje ciertamente espectacular. Llegó a tener más de 45 segundos de ventaja, la suya fue la hazaña que no llegó a buen puerto, la machada del Tour que nunca llegará a producirse. Tantos kilómetros luchando contra un grupo de más de diez corredores es un acto muy valiente que engradece este deporte.
A 43 de meta llegó el ataque de Carlos Barredo. A todas luces parecía una misión imposible, pero al final estuvo a punto de convertirse en una gran heroicidad. Casi culmina con éxito su aventura, pues solo le sobró un kilómetro para poder levantar triunfante los brazos en una línea de meta atestada de público como la práctica totalidad del recorrido de esta etapa en la que la emoción la han puesto precisamente las fugas, esta última de la que ha salido el vencedor de la etapa (Fedrigo)y el gran héroe de la misma (Barredo), y la fuga anterior que nos dejó las más bellas escenas de ciclismo en los primeros kilómetros de la etapa.
Y es que nada más salir había que afrontar un puerto de primera categoría, descenderlo, y subir otro puerto de la misma dificultad. De este modo muchos corredores trataron de abrir hueco con el pelotón principal. En la fuga que más lejos llegó de esta primera parte de la carrera, entraron tres corredores de una gran calidad y que hicieron encender las alarmas en el gran grupo por su distancia en la general. La distancia perfecta como para no ser vigilado en exceso y lograr meterte en la lucha por las primeras posiciones de la general. Entre siete y ocho minuto, que es lo que están por detrás Hesdejal, Kreuziger y Carlos Sastre. La presencia de estos tres corredores en un corte en el que también entró Lance Armstrong, provocó la reacción del Omega Farma Lotto, primero con un ataque personal de su líder, y después con el trabajo enorme de todo el equipo para echar abajo al fuga.
No resultó fácil y pudimos presenciar la batalla más bella de las que se han visto en esta penúltima etapa de los Pirineos. En la subida al segundo puerto de la jornada, el grupo del líder se quedó reducido a once unidades. Ausencias importantes como la de Ivan Basso (con problemas de salud), Cadel Evans, Samuel Sánchez, Joaquim Rodríguez, Luis León Sánchez y Robert Gesink entre otros. Se avecinaba una auténtica escabechina, pero tras el ascenso a ese segundo coloso del día la batalla en el grupo de Contador quedó reducida a un buen ritmo del conjunto Astana sin ataques de ningún tipo.
Andy Schleck ha dejado pasar de este modo la primera oportunidad, y no quedan muchas precisamente, de reducir el tiempo que Alberto Contador le saca en la clasificación general. Son solo ocho segundos pero con una crono larga por delante resulta una distancia importante para el pinteño. Por cierto que en la etapa de hoy se ha visto a Contador y a Andy hablando, a buen seguro de la polémica de ayer. Contador no espero a Schleck cuando a este se le salió al cadena, es más, atacó. La carrera venía lanzada pero a pesar de eso se produjeron dos situaciones que no debieron gustar mucho a Contador. En meta Andy habló de falta de deportividad, algo de que siempre ha hecho gala su amigo Alberto. Y en el podio un grupo de desmemoriados pitaron a Contador. Por ello el campeón tuvo que salir al paso ayer de estas acusaciones (lo de Andy justificable por el calentón tras la etapa, lo otro no) con un vídeo colgado en Internet, que es como en el siglo XXI se sale al paso de estas cosas, en las que dice que tal vez se equivocó y que pedía perdón por ello. Este gesto le honra.
Volviendo a la etapa de hoy, uno de los grandes protagonista ha sido el siete veces campeón del Tour de Francia, Lance Armstrong quien ha estado en las dos escapadas del día. Finalmente no ha podido llevarse la victoria de etapa, pero lo ha buscado con mucha fuerza y desde luego que es digno de elogio lo que él ha hecho. Hay que saber estar a la altura cuando se gana (de eso no andaba sobrado) y cuando la situación de carrera es más desfavorable. Aguantar en el Tour y rozar una victoria parcial merece un aplauso sincero al campeón.
Mañana llega la jornada de descanso, que va a venir bien (de entrada, ya que no siempre es así) a los corredores que llevan varias palizas seguidas en un Tour en el que ya pesan mucho más de la cuenta las piernas. Después la gran etapa del Tourmalet el jueves. Allí es donde Andy va a intentar liarla y donde debe atacar a Contador. Se espera batalla de las buenas, y salvo sorpresa mayúscula eso será lo que veamos. Para el sábado queda la crono final que debería servir para que Contador certificara su tercera victoria en el Tour. Que así sea.

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