Excesivo marcaje

Hoy han llegado los Pirineos al Tour de Francia y eso este año es sinónimo de que ha llegado la hora de la verdad. Escribir de una dura etapa desde casa delante de la pantalla de un ordenador y con el aire acondicionado encendido es sencillo, demasiado fácil y demasiado injusto para los esforzados de la ruta, por ello siempre resulta complicado analizar con razón de ser el devenir de una gran etapa de montaña en la carrera más importante del mundo. Esta etapa decimocuarta no es una excepción, pero allá voy.
El fránces Riblon fue el justo vencedor de la etapa tras una escapada excepcional de ocho corredores y en la que solo aguantó él. Subió los dos últimos puertos de la jornada con tal dureza que sin necesidad de lanzar grandes ataques se quedó solo en la cabeza de carrera. Este corredor, del que no teníamos noticias, ha demostrado mucha fuerza y una enorme clase. Es verdad que si desde el grupo de Contador se hubiera trabajado de otro modo por neutralizar la escapada quizás no habría sido este el desenlace de la etapa, pero no es menos cierto que Riblon se ha merecido como nadie la victoria parcial en un día en que todos estábamos pendientes de la posible batalla entre los gallos del Tour.
Por momentos la etapa comenzaba a tomar acento español con los ataques de Rafael Valls y de Carlos Sastre. El primero está siendo la revelación española, y quizás la revelación a secas, de esta edición del Tour de Francia. Está corriendo de un modo combativo y ya ha sido segundo en una etapa en su primera participación en la ronda gala. Es una joven promesa que ya se está situando en la élite del ciclismo mundial. La carrera francesa es el mejor escaparate para exhibirse, para demostrar lo que uno vale, y Valls está sobrepsando con creces los objetivos con los que llegaba a esta vuelta. La excepcional la carrera que está haciendo el corredor español sirve para demostrar que hay vida más allá de los grandes nombres que venimos manejando algunos años en el ciclismo español, qué duds cabe que todos están invitados a la fiesta. Es llegar la montaña y ver corredores españoles protagonizando la carrera ciclista por excelencia.
Carlos Sastre fue el único de los corredores con galones que intentó lograr la hazaña de llevarse una etapa que ya logró adjudicarse hace años, entonces hacía poco que había nacido su hija y le dedicó la victoria con un chupete en la boca en una de esas escenas inolvidables que nos deja el ciclismo. Hoy volvió a intentarlo porque como él mismo ha dicho tras la etapa, la única forma de saber si eres capaz de hacer algo, es intentarlo. Sastre es uno de esos pocos corredores imprescindibes de verdad, uno de los grandes, siempre se le espera porque sabemos que siempre que tenga salud lo intentará. Su ataque de hoy demuestra muchas cosas, entre ellas que Carlos es un corredor de raza y que no va a dejar de buscar su momento de gloria en este Tour de Francia, carrera que ya ha ganado y eso no está al alcance de muchos corredores. Hubo un momento en el que de verdad parecía que los dos españoles, Valls y Sastre, iban a poder dar caza a Riblon pero no llegó ese momento que tanto estabamos deseando todos los aficionados al ciclismo de este país, y entre ellos, claro está, los cientos que se han desplazado hasta las cimas francesas para seguir de cerca esta etapa. Hacía mucho que no se veían tantas banderas de nuestro país en los puertos franceses.
Casi decidida la etapa por delante, todos teníamos puesta la atención en el grupo de los líderes, el grupo del que saldrá el top ten de la carrera. Allí Alexander Vinokourov puso un ritmo infernal trabajando para su líder, Alberto Contador. Tres jornadas seguidas lleva el kazajo destacando y brillando en el Tour. Es un corredor magnífico que todos los directores quieren tener a su lado, a pesar de que cada día estoy más convecido de que él va a su bola en carrera sin escuchar mucho lo que se le dice por el pinganillo. En todo caso la selección la hizo él, precedido de Dano Navarro, otro español que está haciendo un Tour sobresaliente. A partir de ahí, y una vez apartado Vinokourov de la cabeza del grupo, se esperaba un ataque de Contador, y llegó en dos ocasiones, pero Andy Schleck se pegó a su rueda y no le permitió marcharse por delante, entonces llegó el excesivo marcaje entre los los dos líderes, que permitió a Menchov y a Samuel Sánchez marcharse por delante y sacarles catorce segundos. Entre ellos dos estará, en principio la tercera plaza del podio final en París. Queda mucho Tour y Contador sigue siendo el favorito a pesar de estar 31 segundos por detrás de Andy. La historia de esta carrera se seguirá escribiendo en los Pirineos.

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