La opinión de David sobre la marcha de Calderón

Ayer y, tras unos días convulsos en la Casa Blanca, su presidente Ramón Calderón decidió dimitir. Era la única salida tras demostrar el diario Marca que no solo manipulo la Asamblea sino que mintió de manera evidente para tratar de tapar sus errores. Calderón nunca ha sido visto por el madridismo como un presidente estable y legitimo, de hecho no ha pasado un día en el que no se halla puesto en entredicho sus intervenciones y el puesto que rozando la ilegalidad alcanzó el verano del 2006.
En los últimos años (ya hace casi 10) el madridismo se está viendo amenazado por el famoso voto por correo, por presidentes corruptos, por intereses económicos y por oscuros deseo personales pero, sin duda, lo acontecido en las últimas horas desprestigia de manera tremenda el espíritu del mejor equipo del siglo XX e indigna a sus millones de fieles seguidores por el mundo. Calderón jamás debió acceder a gobernar el Real Madrid y dos años después el error ha florecido. La campaña electoral del 2006 fue sencillamente indescriptible, en la que el que más votos robó consiguió sentarse en el palco de mayor poder nacional. Todos nos preguntamos que tendrá ese asiento que lo ansían los más poderosos empresarios del país, incluso se ha rumoreado sobre la posibilidad de que Aznar optará a dirigir al club blanco. Algo está fallando y la masa social del Madrid debería dar un golpe en la mesa, el club es de los socios y ellos han de ser quienes pongan orden en este tremendo lío de ocultos y sospechosos intereses. Creo que ha llegado el momento de que el Madrid recupere el espíritu de Santiago Bernabéu, que el deporte se abra paso entre billetes y que solo se hablé de fútbol en el coliseo del fútbol mundial. Sin embargo todo pinta a que a partir de unas semanas empezará la campaña preelectoral, se hablará de jugadores, de candidatos sospechosos, de mafia, de corrupción y entre medias las ilusiones de millones de personas que quieren sentirse orgullosos de su equipo algo tremendamente difícil en estos momentos.

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