La opinión de David

El colaborador de Revista de Actualidad resume el verano en este artículo de opinión.
A pesar de que las temperaturas no han sido especialmente altas en este periodo estival el calor nos ha venido de otro sitio, de esa dichosa crisis que no nos da un solo respiro en su afán por hacer aún más difícil la actual situación del país. Y es que no pasa un solo día sin que aumente el paro, disminuya el poder adquisitivo o aumenten el IPC. Otoño ardiente nos espera, ya que el calificativo de caliente se queda pequeño ante tal magnitud de tragedia económica. Una crisis que empezó como económica tendrá en breve repercusiones políticas y si no ya lo contaremos.
Pero por desgracia el trágico accidente aéreo de Barajas transformó el día 20 de agosto en el más funesto y triste de todo el verano. España enmudeció ante la tragedia y todos sufrimos durante horas la angustia y tristeza de los familiares y amigos de los viajeros fallecidos. Todos queremos saber qué pasó, lo necesitamos conocer y se lo debemos a las familias de las víctimas. Otro gran evento nos tuvo frente al televisor; una vez cada cuatro años el hombre reta a la ciencia y a la física, bate plusmarcas, nada como los peces, vuela como los pájaros y desarrolla una fuerza sobrenatural. La gran cita mundial del deporte se saldó con imágenes para la historia y una alegría internacional, parece que el progreso humano se ve en cada carrera, en cada partido y también se vio en las fabulosas instalaciones y ceremonias de inauguración y clausura que el régimen chino quiso mostrar al mundo entero. Los juegos acaban y la vida sigue en Pekín, felicidades China por los brillante juegos, y ahora es el turno de la política, de la crítica y del hastío por una situación que debe cambiar en el lejano Oriente de inmediato.

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