Irlanda vota no al Tratado de Lisboa

La Unión Europea estaba pendiente de Irlanda, pues este país decidía si ratificaba o no el Tratado de Lisboa (acuerdo posterior al fracaso del proyecto de la Constitución Europea). Irlanda votaba sobre un plan B de la UE, y tras el resultado del referéndum conocido hoy, puede forzar a la unión a buscar un plan C.
El 53,44% de los votos fueron partidarios del "no", y hubo un 46,65 de síes. De este modo, y tal y como ha anunciado el Gobierno de aquel país, Irlanda no puede ratificar el texto. La elevada abstención (votaron solo un 51% de los electores), podría ser el único balón de oxígeno a las aspiraciones de la UE.
18 Estados miembros de la Unión ya habían validado el Tratado de Lisboa, por lo que el "no" irlandés pone en una situación delicada a la UE. El presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, ha afirmado que el proceso de ratificación "debería continuar". Ha añaidido que "el Tratado no está muerto, creo que sigue vivo". De todos modos, Barroso ha recordado que es el Consejo Europeo (formado por jefes de Estado y de Gobierno de la UE) es quien debe marcar la línea a seguir. "Ése es el lugar donde deben tomarse las decisiones que nos conciernen a todos", ha dicho.
El Tratado de Lisboa es un acuerdo de mínimos, una reacción de la UE ante el fin de la Consitución Europea tras el no de Francia y Holanda. Europa podría meterse en una crisis,por tratar de resolver otra. Lisboa era una alternativa al proyecto de la Constitución, una vía secundaria para salir de la interinidad que supone prorrogar el Tratado de Niza (en tiempos de Europa de los 15). El secretario de Estado francés para Asuntos Europeos, Jean-Pierre Jouyet, ha dicho que lo más importante es que "el proceso de ratificación continúe en los demás países y ver con los irlandeses que arrejlo jurídico podemos encontrar". Esta postura va en sintonía con la marcada por Barroso. Pero no es el único rumbo de la UE ante este inesperado escenario de crisis.

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