El 2 de Mayo: una fiesta para celebrar, por David

Hace 200 años Madrid se levantaba con ansias de libertad, de poder decidir su futuro, de pasar a la historia como la rebelión popular española más importante en siglos. Hoy recordamos aquellos días infernales y celebramos su resolución. Ningún español se debería quedar ausente de tan importante fecha y, es que ese dos de Mayo España decidió lo que era y aún más importante lo que no quería ser, el país tomaba las riendas de su futuro y se alzaba en armas contra el ejército invasor. Ese germen terminó con la Constitución de 1812, nadie duda ahora de que la Pepa ha supuesto uno de los pasos más importantes en nuestra historia.
La importancia de este día solo se puede comprender desde la perspectiva histórica, y en esta comprensión Goya nos ayuda. El fantástico pintor retrató como nadie la tragedia que Madrid padeció esos días, sus cuadros nos acercan a Manuela Malasaña, a Daoíz y a Velarde, y a tantos madrileños de a pie que decidieron rebelarse contra los más fuertes. Ese día fue tremendamente crucial para la historia de España y también para la francesa, sería estúpido dudar de su relevancia y aún más lamentable huir de su recuerdo. Nunca debería un país avergonzarse de su historia, pero aún este hecho sería más trágico si este atentado se comete contra tal magna obra, una obra popular realizada por gente de la calle. Y digo esto por que algunos dicen lamentar lo que sucedió debido a que, parece ser, los franceses nos iban a traer la libertad, igualdad y fraternidad que proclamaban, una libertad impuesta a base de armas y a punta de bayoneta. Madrid, en representación de España, tomó las riendas del futuro; un presente digno que hoy vivimos. No debíamos aceptar lo que nos imponían, debíamos decidir unirnos en un grito común de ensalzamiento de la nación española. Defendíamos a unos reyes deprimentes que no hacían sino ridiculizar a la nación, pero eran nuestros reyes, unos legítimos representantes del país que se contraponían a Napoleón Bonaparte y familia. España decidió ese dos de Mayo su futuro, hoy doscientos años después debemos mirar a esos héroes como lo que son, verdaderos defensores de la esencia radical del país y guerreros de la libertad. Lucharon para el futuro, murieron por todos y hoy gratamente podemos enorgullecernos de sus actos y decir felices que fue una correcta decisión, ellos cambiaron con su muerte el futuro de un país que se abandonaba a la suerte que otros quisieran imponer, ellos en el uso de su libertad y teniendo meridianamente claro los valores más democráticos, decidieron dar su vida por el país. Hoy doscientos años después cuando alguien en cualquier lugar de España se pregunte sobre la nación, sus principios, su historia, su esencia más propia o simplemente sobre si existe o no una identidad nacional, debería mirar un cuadro de Goya, pasear por las estatuas de Daoíz y Velarde, leer a Arturo Peréz Reverte o simplemente recordar lo que un día unos pocos defendieron para ser lo que hoy somos. Sin albergar duda alguna rindamos honores a todos los que con su valentía dieron su vida de forma desinteresada por la libertad. Gracias.

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