Después de una desternillante y exitosa primera temporada, Movistar no tardó en anunciar que Muertos SL tendría una segunda tanda de episodios. Poco después se conoció que la serie de los hermanos Alberto y Laura Caballero rodaba su tercera temporada, antes incluso del estreno de la segunda, así que ya sabemos que podremos seguir disfrutando con las situaciones hilarantes del tanatorio Torregrosa y sus personajes, a cual más excéntrico y peculiar.
La segunda temporada de la serie, que cuenta con seis capítulos, se hace corta, muy corta, pero supongo que eso es muy buena señal. Como ocurre siempre con las series de los Caballero, uno de sus grandes puntales es su elenco coral, lo que permite que haya todo tipo de subtramas. Con todo, destacan especialmente dos personajes, a los que dan vida Carlos Areces y Diego Martín. El primero es Dámaso, un tipo ambicioso, egoísta y un tanto miserable, intentará demostrar que es hijo del fallecido dueño del tanatorio.
Por su parte, Martín da vida a Chemi, que representa a la perfección la estupidez y la verborrea corporativa vacía, que siempre tiene a mano frases pseudoinspiradoras, tonterías de redes sociales, disparatadas acciones de marketing y publicidad, ocurrencias vendidas como genialidades y, por supuesto, anglicismos a cascoporro. Una de esas ideas es implantar una funeraria low cost con féretros de cartón
El personaje de Chemi, fan de Elon Musk, tan patético, tan absurdo, es, sin duda, el más logrado y el más divertido de la serie. Pero hay más, muchos más. Desde la dueña del tanatorio, a quien da vida Ascen López, que es una mujer viuda muy entrañable que lidia con sus hijas ambiciosas y cegadas por el dinero sin percatarse de sus verdaderas intenciones, hasta Olivia, la hipocondríaca recepcionista a la que da vida Aiztiber Garmendia, pasando por el misántropo antisocial interpretado por Gerald B. Fillmore, la empleada de la competencia que fue becaria de Dámaso, a quien da vida Amaia Salamanca y que gana más protagonismo esta temporada, o el becario al que interpreta Roque Ruiz.
Además de la creación de personajes excéntricos, también atraen en esta segunda temporada de Muertos SL la sucesión de situaciones disparatadas y los diálogos con chispa y un puntito justo de mala leche, con bromas de humor negro, sin perder su vocación de hacer reír a todo tipo de públicos. La serie, en fin, ofrece exactamente lo que se espera de ella y no es nada fácil hacer reír, menos aún, en una serie ambientada en un tanatorio.
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