Muertos SL


Uno ya va teniendo una edad cuando recuerda perfectamente el feroz duelo por la audiencia que hace dos décadas mantenían Los Serrano y Aquí no hay quien viva. O, mejor dicho, Telecinco y Antena 3, que decidieron enfrentar el mismo día a sus dos series estrella, ambas comedias con audiencias millonarias. Yo era más de Los Serrano, lo reconozco, pero también disfrutaba mucho con las vivencias de los vecinos de Desengaño, 21. Veinte años después de aquel pulso, que en realidad fue una feliz coincidencia en el tiempo de dos comedias que supieron conectar con la sociedad española retratándola, los creadores de Aquí no hay quien viva, Alberto y Laura Caballero, siguen contando historias con la misma capacidad, el mismo buen oído para captar el hablar de la calle y la misma voluntad de retratar nuestra cotidianidad con sentido del humor. 

Tras Aquí no hay quien viva llegó La que se avecina, aún en emisión, y después de ella, El pueblo, divertida comedia que juega a hacer reír y se mete en todos los charcos al juntar a urbanitas con habitantes de un pueblo de la España vacía, y Machos Alfa, que entra de lleno, también desde la comedia, en el machismo de nuestra sociedad y en el estado de confusión e incomprensión en el que se encuentran no pocos hombres incapaces de entender esa idea loca de que las mujeres deben tener los mismos derechos. Pues bien, ahora los hermanos Caballero estrenan en Movistar Plus (tercera plataforma en la que podemos encontrar alguna de sus series) Muertos SL, una comedia negra ambientada en el día a día de una funeraria. Es una de sus mejores series, lo cual dada su trayectoria es mucho decir, y posiblemente la más atrevida


El punto de partida es la muerte repentina del duelo del tanatorio Torregrosa en su despacho. Ese fallecimiento hace que automáticamente su mano derecha, interpretado por Carlos Areces, piense con que ha llegado su momento y que al fin podrá ponerse al frente de la empresa. Pero la viuda del dueño (Ascen López) tiene otros planes y decirse hacerse cargo del tanatorio, a pesar de que no tiene ninguna experiencia previa y en contra de la opinión de sus hijas, que quieren vender y hacer caja. 


Todo esto, claro, en medio de un tanatorio, ya que la mayoría de las escenas están rodadas en ese espacio, lo que da pie a toda clase de momentos hilarantes y de humor negro (o gris oscuro, que nadie se asuste). Como es habitual en la serie de los Caballero, uno de los puntales de Muertos SL es su reparto coral, con muchos personajes, cada cual con sus rarezas, a los que dan vida, entre otros, además de los ya citados, Gerald B. Fillmore, Aitziber Garmendia, Diego Martín, Salva Reina, Roque Ruiz, Amaia Salamanca, Adriana Torrebejano, Manolo Cal, Lorena Intxausti, Bárbara Santa-Cruz y Lucía Quintana. 


Hay una recepcionista hipocondríaca, un becario inocente, una joven camarera de la cafetería, un conductor con serios problemas financieros, un señor que sólo sueña con jubilarse, otro que está mucho más a gusto con los muertos que con los vivos, porque no sabe relacionarse con ellos… Quizá el personaje más hilarante sea el que interpreta Diego Martín, que es un pseudogurú del emprendimiento y el marketing, con ideas a cual más disparatadas que tiene una foto de Steven Jobs, su gran dios, en su despacho, y que no deja de repetir frasecitas motivacionales y tonterías varias


No se queda atrás el patetismo del personaje de Areces, un pobre infeliz con ínfulas que es un tanto cretino, vive con su madre y malmete constantemente a sus compañeros en función de sus intereses, cuyo gran proyecto vital es construir “la ciudad del deceso”, un complejo con hospital, residencia de ancianos, tanatorio y cementerio, con el infalible lema de “entras y ya no sales”. La muerte del dueño del tanatorio no sólo da pie a situaciones cómicas por el peculiar estilo de gestión de su viuda, sino que también abre una investigación de una de las empleadas (Adriana Torrebejano) sobre presuntos casos de abuso sexual cometidos por este señor. 


Muertos SL, que ya tiene confirmada y grabada su segunda temporada, mantiene la esencia de las comedias de los hermanos Caballero adentrándose aquí en una temática poco tratada en la ficción española desde la comedia. Superan el reto con nota

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