Las elecciones
italianas han dejado una situación política ingobernable que devuelve el miedo
a la Unión Europa
La vuelta de los
italianos a las urnas tras más 15 meses de gobierno tecnócrata ha abierto una
gran incertidumbre en el futuro próximo del país transalpino y, por
consiguiente, del conjunto de la Unión Europea. El peor temor de las
instituciones comunitarias se ha cumplido: las elecciones no permiten
vislumbrar la formación de un gobierno sólido. Italia vuelve a ser el epicentro
de un movimiento sísmico que sacude a toda la UE y trae de vuelta fantasmas del
pasado reciente que se creían (o querían verse, al menos) superados.
En la apertura del
mercado secundario la prima de riesgo
italiana subía desde los 302 puntos básicos con los que cerró ayer hasta los
344 puntos básicos. En el mercado continuo, la Bolsa de Milán ha abierto con
una caída del 5%. Italia arrastra al resto del continente. La prima de riesgo española ha tocado esta
mañana los 400 puntos básicos y todas las bolsas europeas están en rojo. El
Ibex-35 español se deja cerca de un 3%, París cae un 2.33% y el DAX alemán retrocede
un 1,86%.
El incierto escenario
que dejan los comicios italianos ha provocado un tsunami en los mercados de
temibles consecuencias. El Partido Democrático, de centro-izquierda, liderado
por Pier Luigi Bersani, ha ganado las elecciones en el Congreso con un 29,54%
de los votos. La coalición encabezada por el ex primer ministro Silvio
Berlusconi, ha alcanzado el 29.18% de los apoyos. El Movimiento 5 Estrellas del
cómico Beppe Grillo se convierte en la tercera fuerza política del país, con un
25,55%. La formación centrista liderada por Mario Monti, el tecnócrata que ha
gobernado Italia desde hace más de un año, tan sólo ha cosechado un 10,56% de los votos. La cifra demuestra que
goza de mayor prestigio en Bruselas que entre sus conciudadanos.
La ley electoral
italiana introduce un factor de
corrección que otorga la mayoría absoluta en el Congreso al partido que haya
obtenido más votos si ninguno llega al
55% de los sufragios. Por eso, el Partido Democrático se asegura la mayoría de
la Cámara con 340 de los 630 escaños. Pero
en Italia las dos Cámaras tienen el
mismo peso y las turbulencias llegan esta vez desde el Senado. Bersani también ha ganado en la
Cámara Alta (31,63%) por delante de Il Cavaliere (30,72%), Grillo (23,79%) y
Monti (9,13%). Sin embargo, en las elecciones al Senado no hay una
circunscripción única, como sucede en el Congreso, sino 20, una por cada
región.
En esta Cámara lo
decisivo es triunfar en las regiones de mayor peso, no ganar en votos en todo
el país. El centro-izquierda ha logrado 120
escaños, por lo que se queda muy lejos de los 158 que otorgan la mayoría. La coalición
de Berlusconi tiene 117. El movimiento de Beppe Grillo consigue 54 senadores y
la coalición de Monti contará con sólo 18. Es decir, Bersani necesita apoyos para
formar un gobierno que no sea bloqueado desde el Senado. Grillo, que ha centrado su campaña en la
crítica a la clase política actual, ya ha anunciado que no dará su apoyo a un
gobierno del Partido Democrático. Y una alianza entre Bersani y Monti, que era lo
deseado por las autoridades comunitarias, no es suficiente porque la suma de
escaños no alcanza la mayoría absoluta en el Senado. Berlusconi tendrá la llave. Todo es posible en
la política italiana, pero un gobierno de concentración parece lejano.
En los próximos días
se formarán las dos Cámaras y el
presidente de la República, Giorgio Napolitano, comenzará las consultas
con los grupos el 21 de marzo. El escenario que han dibujado estas elecciones se
presenta ingobernable. Bersani no tiene una mayoría suficiente en el Senado
como para formar un gobierno estable. Los analistas hablan de varias opciones,
incluida una próxima convocatoria electoral. La Ley permite celebrar nuevos
comicios sólo en una de las dos Cámaras, en este caso en el Senado que es donde
la formación de centro-izquierda encuentra el mayor obstáculo a la estabilidad
de su gobierno.
El caos y la
ingobernabilidad vuelven a Italia mientras Europa y los mercados contienen la
respiración. 15 meses después de ser defenestrado y apartado del poder por la
insostenible situación a la que llegó la economía italiana, Silvio Berlusconi
está de vuelta. La incertidumbre, también. Italia desequilibra a Europa y
Europa vuelve a ser foco central de preocupaciones para la buena marcha de la
economía mundial. ¿Vuelta a la casilla
de salida? La partida, desde luego, no está acabada.
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