Querer


Tras la portentosa Cinco Lobitos, en la que Alauda Ruiz de Azúa creó un soberbio retrato de la maternidad y de la familia, la directora firma ahora Querer, una de las mejores series del año, una historia extraordinariamente bien contada en torno al consentimiento en el seno del matrimonio. A lo largo de sus cuatro capítulos, esta producción, que puede verse en Movistar, muestra con excelencia en fondo y forma cómo contar una historia compleja de forma modélica y llena de matices y sutilezas, tratando al espectador como a una persona inteligente y adulta.

El punto de partida de Querer es muy potente: Miren (descomunal Nagore Aranburu) denuncia a su marido (siempre impecable Pedro Casablanc) por violación continuada después de tres décadas de matrimonio y con dos hijos en común, a quienes dan vida también con excelencia Miguel Bernadeau e Iván Pellicer.  

Es muy difícil contar mejor una historia. Es una serie prodigiosa, de ésas en las que todo está en su sitio: el retrato de los personajes, los diálogos, lo que se dice y no se dice, las pausas, lo que apenas se sugiere... Una escena ya al final de la serie, que naturalmente no destriparé aquí, resume bien la esencia de la serie, su exquisito tono. Basta apenas una palabra de uno de los personajes para que otro responda simplemente “lo sé”. Y ahí está todo. Porque no hay una palabra de más en esta serie, ni exceso narrativo alguno (quizá salvo una escena en el capítulo final que rompe con la admirable contención del conjunto de la serie). 

La serie muestra a la perfección cuestiones como el poder y el control en el seno de las familias, el clima de terror soterrado, la masculinidad tóxica, el impacto en los hijos de las actitudes de los padres, el compadreo masculino en torno al hombre denunciado, la soledad social de la mujer que denuncia, la permanente sospecha en torno a lo que ella cuenta, la presión social, la dependencia económica como forma de violencia, las diferencias de clase… Todo ello con una sutileza fuera de lo normal, con economía narrativa, sin subrayar nada más de la cuenta, contando lo máximo posible en cada escena con los mínimos alardes. Todo, en fin, en su sitio. 

Uno de los grandes aciertos de la película es que no nos presenta a personajes planos, todo lo contrario. No vemos a un monstruo en el hombre denunciado, ni tampoco una víctima desvalida sin personalidad ni defecto alguno. Tampoco vemos escenas de violencia física explícita. Vemos a personas reales. Nada es simplista. Se muestran situaciones muy reconocibles. Y por eso es tan valiosa esta serie, por eso es tan de agradecer su tono, por eso remueve tanto. Porque no hace caricaturas ni sigue caminos trillados. Son personajes complejos, extraordinariamente bien construidos. De carne y hueso. Reales. Creíble. Llenos de verdad. 

Ya en Cinco Lobitos, la familia tenía un peso muy significativo en la trama. La familia y sus presiones sutiles. La familia y los roles que cada cual adopta en ella. La familia como referencia ineludible en la vida de cualquier persona. La familia escenario de tantas y tantas historias. En Querer, la reacción de los hijos ante la denuncia de la madre y el proceso es posiblemente el gran hallazgo de la serie. Le aporta aún más madurez y complejidad a la trama, más honestidad, más capas. Y bordan sus papeles Miguel Bernadeau, en el papel del hijo mayor que tiende a ponerse del lado de su padres, lleno de matices, e Iván Pellicer, a quien nunca antes había visto actuar y que aquí deslumbra aportando fragilidad y emoción a su personaje. Es sublime lo que hace Pellicer en la serie dando vida a uno de esos personajes que dejan huella. 

Por supuesto, es portentosa la interpretación de Nagore Aranburu. Sin trampas, sin trucos, sin excesos, da vida a la mujer protagonista y logra que cada mirada, cada silencio, cada gesto, cada palabra susurrada estén llenas de verdad. Magistral. Por su parte, Pedro Casablanc da vida con solvencia a un hombre que no es un monstruo caricaturesco, que de verdad parece no entender haber hecho malo. Entre otras, también completan el elenco de la serie Loreto Mauleón, en el papel de la abogada de Miren, y Natalia Huartec como la mujer de su hijo mayor, un papel pequeño pero muy relevante en la trama. 

La serie también muestra muy bien el proceso judicial y lo que supone para la denunciante. Uno de los cuatro capítulos de Querer, de hecho, se dedica en exclusiva a mostrar el juicio. La serie de Alauda Ruiz de Azúa, en fin, es deslumbrante y ofrece todo lo que se le puede pedir a una buena historia. Un auténtico portento

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