Tom Daley: Ser yo es ilegal

 

Desconozco sus estadísticas de audiencia, pero siempre tenga la sensación de que RTVE Play es una plataforma audiovisual demasiado desconocida teniendo en cuenta la calidad del contenido que ofrece de forma totalmente gratuita. Fue en RTVE Play donde pude ver hace unos días el documental Tom Daley. Ser yo es ilegal, que el deportista británico rodó el año pasado para concienciar sobre la situación de los deportistas LGTBI. Daley cuenta nada más comenzar el documental que de los 11.000 atletas que participaron en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, sólo 23 eran abiertamente LGTBI. Había más deportistas llamados James que deportistas abiertamente no heterosexuales. Clarmanete, había más dentro del armario. Daley lo sabe porque él era uno de ellos. Entonces no se sintió capaz de contarlo. Es más, tras su éxito como deportista muy joven escribió una autobiografía en la que no contó que era gay. Tenía miedo, temía perder patrocinadores. Daley contó al mundo con un emotivo vídeo en 2013 en el que contó que estaba enamorado y que esa persona era otro hombre. 

El documental, que tiene ciertos defectos menores, es realmente interesante. Se centra en los Juegos de la Commonwealth, ese grupo que concentra un tercio de la población mundial y 56 Estados, en 35 de los cuales es ilegal ser homosexual. Tom Daley viaja a varios de estos países para entender la realidad de los deportistas LGTBI allí. De entrada, parte de la idea de que sería bueno vetar a esos países de la organización de este evento mientras mantengan leyes de odio, pero termina convenciéndose de que no es lo mejor. 

En Pakistán, por ejemplo, donde la homosexualidad se castiga con la pena de muerte, habla con una jugadora de cricket que le cuenta que en ese país hasta los psicólogos creen que ser hay es una enfermedad y que te envían a un brujo o te fuerzan a tener un matrimonio heterosexual. La mayoría de los testimonios son anónimos, incluso uno de ellos por carta. Quien sí habla a cámara es Zulfi, un artista pakistaní abiertamente LGTBI que recibió amenazas de muerte por una sesión de fotos con un vestido de lentejuelas. 

Habla también con un atleta de Nigeria que le cuenta que hay grupos violentos que organizan cazas a gays a través de aplicaciones. Vemos algunos vídeos de agresiones públicas a personas acusadas de ser LGTBI o escuchamos a un atleta de Barbados que solicitó asilo en el Reino Unido después de ser repudiado por todos sus amigos y su familia al filtrarse fotos con su novio. Su padrastro lo agredió, apuñaló y roció con ácido

Daley no quiere aparecer como el occidental que juzga lo mal que lo hacen todo en otros países y también recuerda lo dura que fue su juventud como chico gay en Reino Unido. Odiaba su forma de hablar y andar. Sabía que era gay y le hicieron creer que eso estaba mal. Se odiaba a sí mismo. Tembló al contárselo a sus abuelos, que no se lo tomaron bien. No sintió la confianza suficiente para salir del armario de forma pública hasta los 19 años, cuando recibió muchas muestras de apoyo, pero también muchos mensajes de odio. Además, Daley aborda también los vínculos entre la actual homofobia en países de la Commonwealth y el rastro colonialista del Reino Unido, como leyes homófobas impuestas por su país en sus colonias. 

Hablando de esas huellas colonialistas, en el documental se explica la prohibición de la homosexualidad que impusieron los británicos en las plantaciones de esclavos en Jamaica, donde una forma de castigo era “domar a los machos”, es decir, que el duelo de la plantación vigilaba a los esclavos detenidos por haber tener relaciones sexuales con otros hombres. Esa fue la imagen de la homosexualidad en el país durante 300 años: un castigo de los amos blancos a los negros pervertidos.  Auque Jamaica sigue siendo uno de los peores países para ser homosexual, hay tímidos avances como locales que son espacios seguros, asociaciones LGTBI o marchas del Orgullo desde 2015. Daley habla con Michael Gunning, el único atleta jamaicano abiertamente gay, que le reconoce que le encantaría ser heterosexual porque no puede ser plenamente feliz rodeado de tanto odio. En Jamaica la homosexualidad se castiga con diez años de cárcel con trabajos forzados. 

Daley se reúne con la nueva CEO  de la federación de los Juegos, que dijo que quería que los de 2022 fueran los más inclusivos de la historia. El hilo conductor de la parte final del documental es la idea de que la bandera LGTBI pueda aparecer en la ceremonia de apertura de esos Juegos de la Commonwealth disputados en Birmingham el año pasado. La primera vez que algo así ocurrió en un evento deportivo. Pequeños avances en un largo camino aún por recorrer. 

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