Los juncos salvajes

 

A veces, los caminos que nos llevan a algunas películas son muy azarosos. Di con Cuando tienes 17 años, de André Téchiné, en una de mis recurrentes búsquedas de cine francés en Filmin, esa exquisita plataforma audiovisual, imprescindible para toda persona cinéfila. Al buscar información sobre esta película, estrenada en 2016, encontré varias referencias a Los juncos salvajes, un filme del mismo director, pero estrenado en 1994, que también se puede encontrar en Filmin. Así que de esta forma, tras encontrar en una plataforma una película de 2016, he dado con otra más antigua del mismo director, que me ha encantado. 
En efecto, Cuando tienes 17 años Los juncos salvajes tienen mucho en común. Ambas películas tienen como protagonistas a adolescentes que empiezan a explorar el amor y el deseo, que se debaten entre la insolencia y la inseguridad, entre las pasiones fuertes y la vulnerabilidad de esa edad. En ambos casos, la naturaleza juega un papel importante. Las dos son películas muy sensuales. En las dos películas hay una guerra de fondo. Las dos son de esas películas que no tienen prisa, en las que no están pasando cosas todo el rato, más bien todo lo contrario. Son dos películas delicadas, en las que cada plano, cada gesto, cada palabra, cuentan. Son dos joyitas. 

Los protagonistas de Los juncos salvajes son tres jóvenes que viven en la Provenza en 1962, con la guerra de Argelina como telón de fondo, muy presente en toda la historia. François (Gaël Morel) es un chico que devora los libros, sensible e inseguro, que descubre que se siente atraído por otros jóvenes. Mantiene una relación especial con Maité (Elodie Bouchez), con quien se entiende y tiene mucha confianza. Ella, hija de una militante comunista que es además profesora de literatura de François, quiere ser mayor, recela de la juventud y escapa de cualquier relación sexual con los chicos, una idea que le provoca un gran rechazo. 

Tanto François como Maité se verán alterados por la llegada a sus vidas de Serge (Stephane Rideau), compañero de aquel en el instituto y también en la residencia de estudiantes en la que ambos viven. Serge tiene un hermano destinado a la guerra de Argelia, una contienda que también marca a otro compañero de instituto, que proviene de allí, donde aún vive su padre, y que sigue la actualidad de la guerra a través de la radio. 

La relación de los jóvenes con la guerra, con la política en general, jugará un papel importante en la historia. También, por supuesto, los deseos cruzados, las dudas e inseguridades, esa intensidad tan propia de la adolescencia, cuando todo parece urgente e imperioso. El proceso de descubrimiento de los protagonistas de narra de una forma muy delicada y sensible. Hay escenas extraordinarias, sobre todo, en la naturaleza, cuando los jóvenes escapan del día a día. Una película, en fin, magnífica. Sólo he tardado 18 años en descubrirla, pero ahí estaba, como tantas otras buenas historias, esperando a ser descubiertas. 

Comentarios