Vice

"Gracias a satán por darme la inspiración para interpretar este papel", dijo Christian Bale a recoger el Globo de Oro a mejor actor por su papel en Vice, en la que da vida a Dick Cheney. El discurso de Bale deja clara la ausencia total de matices de esta película de Adam McKay, que por alguna razón se ha traducido en España como El vicio del poder, perdiendo así la gracia del juego de palabras polisémico, ya que vice significa vicio en inglés, y también vicepresidente, el puesto que desempeñó Cheney con George W. Bush

La película busca repetir la fórmula de la magnífica La gran apuesta, el anterior filme de McKay, pero no lo consigue en absoluto. Aquella cinta tampoco andaba sobrada de matices, pero contaba con gracia y un ritmo frenético la crisis financiera mundial. Donde allí había un cierto afán didáctico, aquí sólo se encuentra un retrato de trazo grueso sobre Cheney, una visión sectaria, poco más que un panfleto, con un final que remarca su tono propagandístico y una escena bochornosa en mitad de los créditos que provoca directamente vergüenza ajena. La película, por si no ha quedado claro, es (en mi opinión, claro) tendenciosa, tramposa y carente de interés, salvo un par de escenas que se salvan de la quema y unas interpretaciones que están por encima del guión, de actores de talento que se han prestado a poner cara a un panfleto que parece dirigido a los que ya vienen muy convencidos de casa de la maldad sin matices de Cheney. 


El director del filme puede tener ideas totalmente contrarias a las de Cheney. Le puede parecer que el vicepresidente de Bush hijo es un personaje siniestro. Puede ser totalmente cierto que acumulara un poder infrecuente en ese rol y que él tuviera mucho que ver con la errónea invasión a Irak. Estupendo. Pero incluso aceptando todo eso, se agradecería que el retrato de este político fuera algo más que una caricatura, porque el director se acerca a Cheney con la actitud de quien sólo mira a sus adversarios políticos para ridiculizarlos. Es todo demasiado burdo desde el comienzo. Es importante, al parecer, no concederle a Cheney ningún rasgo humano, más que el amor a sus hijas, si acaso, y sólo a medias. Se le presenta como un patán ambicioso, manipulado por su mujer y sin ideales de ninguna clase. De nuevo, puede que sea todo eso, pero, a estas alturas, uno querría ver algo más que un panfleto. 

Hay técnicas directamente propagandísticas en el filme, como un momento especialmente bochornoso en el que se suceden imágenes de toda clase de tragedias e injusticias, así como el que no quiere la cosa, imágenes que le dicen al espectador lo que debe pensar en cada momento. Que no haya ninguna duda de lo malvado que es Cheney, de hasta qué punto es el causante de todos los males contemporáneos. Hay escenas en las que el filme parece un anuncio electoral de esos tan burdos que se ven en las campañas estadounidenses. Lamentable, francamente. Es una lástima que McCay, con su innegable talento, haya renunciado a hacer una biografía de un ser humano o un filme en el que, repasando la vida de un líder político que tuvo mucha influencia, reflexionar sobre el pasado reciente. No hace nada de eso. Junta varios hechos aislados para adoptar un tono conspiranoico, que lo deje todo muy claro, que no dé lugar a dudas sobre la perversión y la maldad de Cheney y el resto de políticos que le rodean. 

Al ver que Vice tiene ocho nominaciones a los Oscar, y tras leer ciertas críticas del filme y contemplar su nota en Filmaffinity, un 7, sinceramente, creo haber visto otra película. Formalmente, Vice tiene varios de los aciertos de La gran apuesta, pero aquí quedan sepultados por el tono panfletario que lo impregna todo. Viendo el filme pensé dos cosas: que esta cinta llenará de razones a los votantes republicanos, visto lo jaleado que ha sido el filme propagandístico de McCay, y que el cine español, tan denostado por una parte de la derecha que alardea de no ver películas españolas, no ha rodado nunca un filme tan bochornoso y carente de matices sobre un político de derechas, ni de ningún otro partido. Unos tienen la fama... 

Comentarios