Exposiciones, cine y música para el Orgullo

Pasear estos días por Madrid, una ciudad teñida de la bandera arcoíris a cada rincón, permite sentir un legítimo orgullo. La capital acoge el World Pride, la gran fiesta mundial del Orgullo LGTBI. Si Madrid luce hermosa, tolerante, respetuosa, festiva y reivindicativa todos los años por estas fechas, cuando se conmemora el comienzo del movimiento por la igualdad de todas las personas al margen de su orientación sexual en 1969 en Stonewall, este 2017 es especial. Se esperan más de dos millones de visitantes de todo el mundo para celebrar una fiesta necesaria, que recuerda todo lo avanzado en materia de derechos, pero también lo mucho que falta para alcanzar una igualdad real y plena. Además de las fiestas previstas en la calle y en distintos escenarios por todo Madrid, el Orgullo también se podrá celebrar con distintas exposiciones y ciclos de cine. 



En la sede del Ayuntamiento, donde ya luce una bandera arcoíris elaborada con la colaboración de los ciudadanos, hay varias exposiciones con motivo del Orgullo. Nada más entrar en el edificio se encuentra un mapa LGTBI de Madrid. Un proyecto artístico que renombra las líneas y estaciones del Metro, porque tener referentes es importante, en especial, para aquellos jóvenes homosexuales que temen el rechazo del entorno. Por supuesto, la vida privada es de cada uno y nada le debe importar al resto. Y, naturalmente, ningún personaje célebre está obligado a salir del armario. Pero ayuda, vaya si ayuda, que tantos jóvenes que sufren por sentirse diferentes vean que hay políticos, poetas, artistas, empresarios, escritores, arquitectos o deportistas que son como ellos. Lo que no se nombra, lo que tiene visibilidad, no existe. Por eso esta obra da en el clavo. Hay pocas calles o paradas de Metro de personas LGTBI. Y ayuda mucho que existan referentes públicos. 

Esa obra artística que renombra el Metro de Madrid es un anticipo de la exposición Subersivas, también en CentroCentro, el espacio cultural en la sede del Ayuntamiento de Madrid. Se conmemora este año el 40 aniversario de la primera manifestación del Orgullo en España, una marcha en 1977 por las Ramblas de Barcelona. Recorre la exposición, organizada por la Federación Estatal de Lesbianas Gais, Transexuales y Bisexuales, los cuarenta años de activismo LGTB. Pero se remonta aún más atrás en el tiempo, recordando "el amor que no se atreve a decir su nombre", en palabras de Alfred Douglas, amante del escritor Oscar Wilde. 

Por ejemplo, en la exposición se homenaje a precursores que se atrevieron a compartir su forma de amar, distinta, repudiada, perseguida. Se cuenta la historia de Karl Heinrich Ulrichs, quien hace 150 años protagonizó "la primera salida del armario de la historia", al hacer pública su homosexualidad en el Congreso de Juristas alemán, donde pidió despenalizar la diversidad sexual. "Me atribuiré hasta mi muerte como gloria que el 29 de agosto de 1867, en Munich, hallé el ánimo para enfrentarme cara a cara  a una hidra de mil años, de muchos miles de víctimas, de mirada furiosa, que en verdad demasiado tiempo nos ha salpicado a mí y a mis compañeros de naturaleza con ponzoña y babas, impulsó a muchos al suicidio, y emponzoñó a todos el gozo de la vida", escribió. 

La exposición también recuerda la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo, a través de una pantalla que recuerda el discurso de Zapatero ante el Congreso aquel día en que España se situó a la vanguardia del reconocimiento de los derechos sociales. Hay carteles de todas las épocas de activismo, fotografías, pancartas, banderas arcoíris y demás huellas de una lucha noble que ha conseguido mucho en las últimas décadas. Tan acostumbrados como estamos (con razón) a criticar todos los defectos de esta España nuestra, podemos a veces (muy pocas) sacar pecho y sin duda esta es una de ellas. España, la España que hace no tantos años era de blanco y negro, se ha teñido de colores y es referente mundial del reconocimiento de los derechos LGTBI. 

El Museo del Prado y el Thyssen también se han unido al World Pride Madrid con sendas exposiciones dedicadas al arte LGTB. Es la primera vez en la historia que el Prado hace un guiño así. La mirada del otro. Escenarios para la diferencia marca un hito en la historia de la pinacoteca, ofreciendo un recorrido por obras que representan el amor homosexual o de autores, como Boticceli o Leonardo, que fueron perseguidos por ello. En el Thyssen, la muestra Amor diverso se acerca a la identidad y la orientación sexual a través de varias obras. 


El cine también ha ayudado a visibilizar la diversidad. Estos días se celebra, por ejemplo, el LesGaiCineMad, un festival de temática LGTB. Además, los cines Golem, uno de esos pocos templos que van quedando de cine de autor en versión original, también se suma a la fiesta del Orgullo con el ciclo Cine que entiende, que emite varias de las últimas cintas que han abordado el amor homosexual en el cine. Entre ellas, dos joyas: la británica Pride, que se acerca a una historia real, la de un grupo LGTB que apoya a los mineros en huelga contra el gobierno de Margaret Thatcher, lo que generará una alianza del todo inesperada y muy esperanzadora, y la estadounidense Moonlight, ganadora del Oscar a mejor película de este año. Quizá, la más sensible aproximación al rechazo a la propia identidad que se ha visto en una pantalla en mucho tiempo. 

Y hablaba de música en el título del artículo no por todos los conciertos gratuitos que acogerán las calles de Madrid estos días, sino porque no puedo dejar de escribir un artículo sobre cultura y Orgullo sin mencionar la maravillosa canción Vuela, del cantautor argentino Andrés Lewin, fallecido el año pasado. El tema, que combina lo festivo con lo reivindicativo, celebra el camino recorrido en la lucha por la libertad ("Vuela, que esta tarde ha salido el arcoíris y la lluvia se ha llevado al enemigo. Que ya nadie tiene ganas de insultarte, que hace tiempo ya que de un tiempo a esta parte se suman los amigos"). Una perfecta banda sonara para el World Pride Madrid. 


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