¿Va en serio Corea del Norte?

Kim Jong-un, líder de Corea del Norte, ha ordenado a sus tropas tener listos sus "misiles estratégicos" para atacar las bases de Estados Unidos en Corea del Sur y el Pacífico. Es la reacción del dictatorial y cerrado régimen comunista norcoreano al vuelo de bombaderos estadounidenses sobre sus vecinos del sur en unas maniobras militares. Según la agencia oficial de noticias KCNA, Kim Jong-un convocó una reunión de urgencia con altos mandos militares y aseguró que "en vista de la situación, ha llegado el momento de saldar cuentas con los imperialistas de Estados Unidos". Siempre según este canal propagandístico del régimen norcoreano, su presidente ha mandado que los misiles se dispongan para atacar en cualquier momento.

En realidad esta orden es una continuación de la escalada de amenazas de Corea del Norte después de que la ONU condenara su prueba atómica del pasado 12 de febrero e impusiera sanciones al país asiático. El más cerrado del planeta. Pyongyang amenaza desde entonces a Estados Unidos y a Corea del Sur con ataques y ha declaro roto el armisticio con su país vecino que puso fin a la guerra de Corea. De momento, son sólo gestos, pura retórica e inquietantes movimientos de las tropas, sin más. Otra de esas medidas de presión por parte del régimen norcoreano fue cortar la línea roja de comunicación militar con Seúl, que permite a los trabajadores de Corea del Sur trabajar en el complejo industrial de Kaesong, situado en Corea del Norte.

Esa prueba nuclear de febrero se interpretó entonces como un intento por parte de Kim Jong-un de reforzar su posición en el régimen tras la muerte de su padre, carismático líder Kim Jong-il, muerto en 2011. Movimientos de su sucesor para mostrar mano de hierro en esa alocada y disparatada percepción del mundo de un régimen que condena a la muerte por la hambre a miles de ciudadanos al año, que vive en una situación de penuria extrema pero, sin embargo, gasta inmensas cantidades de dinero en arsenal militar y no ha renunciado a desarrollar su programa nuclear. Muchos habitantes de Corea del Norte dependen del envío de ayuda desde el exterior y las sanciones impuestas al régimen por las pruebas nucleares repercuten negativamente sobre ellas. Una dictadura comunista atroz que estaría intentando forzar la situación con estas amenazas para lograr que se suavicen esas sanciones y pueda volver a recibir la ayuda.  Hasta el gran aliado de Corea de Norte, China, le ha dado la espalda en su empecinamiento por continuar con su programa nuclear. 

¿Hay que tomarse en serio estas amenazas? Podrían recibirse como las alocadas palabras de un tirano fanfarrón, como las amenazas sin base de un líder loco. Pero cuando un loco tiene armas químicas, desarrolla un programa nuclear y cuenta con  un numeroso ejército, no resulta conveniente ignorar sus palabras. Por eso, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, ha insistido en todas sus comparecencias públicas recientes en que se toma muy en serio las amenazas de Pyongyang. Considera que Corea del Norte "está llevando demasiado lejos" sus "constantes provocaciones". El tiempo dirá si estamos ante el empleo de la retórica bélica por parte de un dictador aislado y extraño al frente del país más cerrado y retrasado del planeta o si hay algo más detrás de sus amenazas y está dispuesto a cumplirlas. 

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