Abu Mazen presentó ayer formalmente la petición de Palestina de entrar a formar parte de la ONU como Estado miembro. Es un paso histórico al que se opone Estados Unidos, por lo que no parece sencillo que se vaya a lograr. El conflicto entre Israel y Palestina es un asunto de importancia capital en el ámbito internacional y para la estabilidad en Oriente Medio. Además, se trata de una problemática en la que se ha demostrado que es muy complicado adoptar una postura imparcial y lo más objetiva posible, que es la forma más adecuada de enfrentarse a asuntos trascendentes como éste. El líder palestino presentó ayer la petición en la sede de la ONU y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no ha tardado en afirmar que Abu Mazen no quiere un Estado en paz. En cualquier caso, el día de ayer es ya histórico y se suma a la lista de momentos destacados e imprescindibles para acercarse a este conflicto.
Alemania y Estados Unidos parecen ser los países que se oponen de forma más clara a esta petición de Palestina para ser el estado 194 de la ONU. 40 minutos duró el histórico discurso en el que Abu Mazen criticó al gobierno de Israel y en la que dejó una de las frases que resumen el espíritu de la petición de Palestina de entrar en la ONU: "nuestro pueblo espera la respuesta del mundo". Será a partir del lunes cuando el Consejo de Seguridad de la ONU comenzará a estuiar esta petición de ingreso. Al mismo tiempo, están pendientes de ser retomadas las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos, algo que pide de forma insistente el Cuarteto Para la Paz en Oriente Medio. Algunas voces, como la de la ministra de Asuntos Exteriores española, Trinidad Jiménez, afirman que la buena noticia es que se esté dispuesto a negociar.
A pesar de la presentación oficial de la petición, a pesar de que Abu Mazen recibió claras muestras de cariño y muchos aplausos, sigue pareciendo una misión imposible que Palestina sea reconocida como Estado de pleno derecho por parte de la ONU. Si Estados Unidos decide vetar esta petición y se opone frontalmente a la misma, sólo quedaría, por el momento, buscar otras fórmulas como la de pasar a ser un Estado observador, algo a medio camino entre la mejorable situación actual y la deseable situación de un Estado palestino. Pocos son los expertos independientes que no tiene como posible solución al conflicto el establecimiento de un Estado palestino de pleno derecho que conviva con el Estado de Israel. La situación actual no parece sostenible en el tiempo. Ahora, Palestina trata con este órdago de llevar las negociaciones de paz más allá y tener un objetivo claro: la creación de un Estado para el pueblo palestino.
La petición de ayer ente la ONU devuelve al primer plano de la actualidad internacional un asunto que, como digo, nunca ha estado relegado en importancia porque es ciertamente notable su trascendencia. Abu Mazen intenta, de este modo, pasar a la Historia como el líder palestino que consiguió la formación de un Estado, o al menos haber sido el que más lejos llegó en este intento que es la eterna e irrenunciable aspiración de los palestinos. La actitud de Israel no parece ser la de quien está dispuesto a ceder y permitir la creación de este Estado palestino, y a su lado está su aliado estadounidense que se ha encargado de enfríar el entusiasmo que pudiera causar esta solicitud de ingreso en la ONU por parte de Palestina en algunos sectores de la política internacional.
La solución al conflicto entre Israel y Palestina, algo nada sencillo como ha demostrado el hecho de que se haya prolongado tanto en el tiempo, pasa sí o sí por la formación de un Estado palestino. Eso es algo que pocos pueden negar. Los defensores de la razones de Israel para negar esta convivencia de dos Estados es que Palestina sería un peligro constante para los israelíes. La altura de miras y el sentido de la responsabilidad necesarios para resolver este conflicto, o al menos para sentar las bases para ir solucionándolo, son grandes y hay que esperar que los líderes de las dos partes cuenten con ellos. En mitad de noticias tristes y preocupantes, sería muy de agradecer que se avanzara hacia una convivencia en paz entre israelíes y palestinos. Quién sabe si lo de ayer fue un primer paso para lograrlo.
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