Semana de los Nobel

Esta semana se entregan los Premios Nobel. Se trata de los galardones más importantes que se pueden recibir en las distintas categorías. Hoy me centraré en las dos que ya reseñé en su momento aquí cuando supe a quién se le había concedido el premio: Literatura y Nobel de la Paz. Ya celebré en estas mismas líneas que el Premio Nobel de la Literatura fuera a parar a un escritor en español de la talla de Mario Vargas Llosa. Pues bien, el escritor emocionó ayer a todos los que escucharon su discurso de agradecimiento en Estocolmo. Fue un discurso excelente en el que elogió la lectura y las ficciones y en el que el genial escritor estuvo ciertamente sublime. Por su parte, el Nobel de la Paz no podrá acudir a recoger su galardón ya que sigue encarcelado por el gobierno chino. Todo por luchar en favor de la democracia. Xiaobo no estará fisicamente presente en la ceremonia de entrega de los Nobel, pero sí estará en los pensamientos de todo el mundo.
El discurso profundo de Vargas Llosa en el día de ayer contrasta, y de qué manera, con el boicot que diecinueve países han hecho a la entrega de los galardones en protesta por la concesión del Nobel de la Paz a Liu Xiaobo. El escritor peruano con nacionalidad española mantuvo ayer en su discurso su habitual compromiso con la justicia y no se limitó a sus bellas palabras sobre la lectura y a sus emotivas alusiones a su familia, en especial a su esposa, sino que también alabó a todas aquellas personas que luchan por la libertad. Destacó algunos casos como el de las Damas de Blanco en Cuba, el de los resistentes venezolanos o el del propio Xiaobo en China. Vargas Llosa criticó cómo algunos países están más al lado de los que oprimen las libertades de los ciudadanos que de los ciudadanos que luchan por estos derechos. El escritor afirmó que quienes luchan en sus países por la libertad luchan por la libertad de todos.
En este punto de su discurso, Mario Vargas Llosa hizo así alusión de forma indirecta a esta situación que se ha producido por la concesión del Nobel de la Paz a Liu Xiaobo. Una persona que ha dedicado su vida y que ha entregado su libertad para luchar en defensa de la democracia en su país. Un país que está muy desarrollado económicamente pero que no cuenta con unas condiciones democráticas mínimas. Lo que sucede es que es un país muy poderosos y como lo que parece importar de verdad en este mundo en que vivimos es el dinero, a muchos países les ha entrado el pánico y han decidido no ir a la ceremonia no fuera a ser que los chinos se cabreraran con ellos. Es curioso cómo entre las autoridades China este premio se ha visto como una provocación y en ningún caso como un tirón de orejas, como una oportunidad de hacer autocrítica y de comprobar que es francamente mejorable la situación de los derechos y las libertades de los ciudadanos de aquel país. Podían haber reflexionado siquiera un poco, pero no es esa la realidad. La realidad es que China no tolera que nadie ose a poner en duda el grado de democracia que existe en su territorio.
Y de la mano de China van otros dieciocho países que son: Rusia, Kazajistán, Colombia, Túnez, Arabía Saudí, Pakistán, Serbia, Irak, Irán, Vietnam, Afganistán, Venezuela, Filipinas, Egipto, Sudán, Ucrania, Cuba y Marruecos. Al parecer China se ha puesto en contacto en los últimos días con los ministerios de Exteriores de muchos países para advertir de las posibles consecuencias de asistir al acto de entrega del premio al disidente Xiaobo. Además, las autoridades chinas aseguran que la concesión del galardón afectará a las relaciones ente este país y Noruega. El miedo ha entrado en todos estos países. Miedo al poder del dinero y a posibles consecuencias nefastas para su economía y poder exterior. Cierto es que tan sólo Rusia es, entre la lista de países que no asistirán a la entrega, una potencia mundial. Del resto de ausencias parecen normales las de Irán, Venezuela, Cuba o Marruecos. En estos cuatro casos la falta de condiciones democráticas es tan clara como en China y debe de ser que los colegas de pseudodemocracia se protegen y nunca se atacan entre sí. En todo caso, la influencia de China es tal que parecía inevitable que, por desgracia, algún país declinara asistir a la entrega del Premio Nobel de la Paz de este año.
No por esperado resulta menos lamentable que haya países que hayan decidido no asistir a la ceremonia y también es intolerable que China presione al resto para evitar quedar mal y para intentar lograr que todos los países formen parte de su ficción según la cual en China se vive en democracia. España ya ha confirmado que sí asistirá a la ceremonia y eso es un motivo de satisfacción. Siguiendo a Vargas Llosa, hay que estar siempre del lado de los que luchan por la libertad y la democracia, nunca del lado de los que evitan que se den estas condiciones en un determinado país por muy poderoso que éste sea. Las ausencias no van a deslucir lo más mínimo la ceremonia. Lo que será muy triste es que el premiado no pueda asistir porque esté encarcelado. Es un preso político. Liu Xiaobo se merece este premio por su lucha interminable en China y porque es un ejemplo para todos. La situación de China es un motivo de vergüenza para aquellos países (que son todos) que hacen negocios con este país y para aquellos dirigentes mundiales que se reúnen con las autoridades chinas y no dicen nada sobre los presos políticos o sobre el Tíbet, por poner dos ejemplos. Poderoso caballero.
Sobre el resto del discurso de Mario Vargas Llosa, son muchas las frases que dejó el genial escritor. Una de ellas refleja muy bien el espíritu del mensaje que lanzó ayer al mundo: "seríamos peores de lo qe somos sin los buenos libros que leímos". Es una frase preciosa que resume a la perfección su elogio a la lectura. Para él lo más importante que le ha pasado es aprender a leer. Todas aquellas personas que somos amantes de la lectura no podríamos estar más de acuerdo con esta afirmación. Vargas Llosa defendió que el espíritu crítico ("motor del progreso") no existiría sin la lectura. Así, seríamos menos críticos y más sumisos si no tuviéramos esta magnífica herramienta que es la literatura. "Leer es protestas por las insuficiencias de la vida", afirmó el Premio Nobel. El momento más emotivo de la tarde se dio cuando el escritos se dirigió a su esposa. Habló de ella y dijo que lo hace todo, y todo lo hace bien. La frase que provocó risas entre los asistentes fue una precisoa afirmación de Vargas Llosa sobre su esposa: "es tan generosa que hasta cuando cree que me riñe, me hace el mejor de los elogios: Mario, para lo único que tú sirves es para escribir".
Como no podía ser de otra manera, pues Vargas Llosa se caracteriza por su compromiso político, el premiado habló también de algunos aspectos políticos como el nacionalismo, movimiento que criticó con dureza. Habló de su visisón sobre esta posición político que salió muy mal parada del discurso del escritor. Dijo que el nacionalismo esconde siempre un sentimiento de racismo étnico y que concede una gran importancia al lugar en el que nacemos cuando ésto es algo accidental. La crítica de esta voz tan autorizada sonó ayer con total nitidez en contra del nacionalismo que es, según dijo, algo más cercano a la religión que a la política. Y es por la religión y por el nacionalisomo, afirmó Vargas Llosa, por lo que se han dado las mayores matanzas. Mario Vargas Llosa pronunció ayer un excepcional dicurso que, como si de una de sus grandes obras literarias se tratara, será recordado por todos debido a la profundidas de sus palabras y a su enorme sensatez, amén de su amor por la lectura. Excelente Vargas Llosa, el eterno candidato al Nobel que esta vez es premiado con este destacado galardón. Su discurso de ayer fue magnífico. Enhorabuena y gracias.

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