Clinton contraataca y Obama muestra debilidades

Nueva vuelta de tuerca a las primarias demócratas en Estados Unidos. La candidata Hillary Clinton, puso en apuros a Barak Obama después de un período de vino y rosas para el senador afroamericano. Fue en un debate mantenido el miércoles en Filadelfia. Las creencias y valoes privados de cada cual, salieron a relucir. Dicen los analistas que Hillary tiene casi imposible ganar en número de delegados, pero que juega a otra carta: los superdelegados, en los que tiene un ventaja sobre Obama que espera ampliar, sabedora del dominio de Obama en victorias y delegados. Es más, se le preguntó a la senadora si creía que Obama podía ganar las presidenciales, ella, como buena política, esquivó la cuestión al decir que "los demócratas recuperarán la Casa Blanca". El moderador, como buen moderador, le replanteó la cuestión, su respuesta fue un "sí, sí, sí" casi resignado según el corresponsal del diario El País en la zona, Antonio Caño.
Pero a Obama le persiguen como un fantasma, y le pesan como una losa, sus declaraciones sobre los trabajadores sin empleo, cuya "amargura los engancha a la religión, a las armas, al rechazo a los inmigrantes, al rechazo al que no es como ellos". Dicho por un aspirante a la presidencia de un país conservador, esas palabras te ponen en un aprieto. Dicho en los Estados más conservadores, y algunos aseguran que decisivos, en los que falta por celebrar primarias, es casi una temeridad. Y Clinton le dio al público (léase, votante), lo que este quería oír, una defensa del "papel que la religión y las armas juegan en Estados Unidos" y que, dijo Hillary, Obama no comprende. El candidato negro pidió disculpas si alguien se había sentido ofendido, pero insistió en la "frustración" que existe en estos trabajadores. Como diría Cervantes, con la Iglesia hemos topao.

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