Si septiembre es, de por sí, un mes asociado a nuevos comienzos, este año que además el 1 de septiembre cae en lunes, comienzo de semana, de mes y casi, casi de año, más todavía. Porque septiembre es el mes de la vuelta al cole, del final de las vacaciones para muchos (y del comienzo de esos días de descanso para los que somos rezagados voluntarios y gozosos), del comienzo de las temporadas radiofónicas y televisivas, de la reapertura de todos esos locales que cerraron algunas semanas en agosto. Septiembre es el auténtico comienzo del año, el mes que nos hace recordar el concepto del eterno retorno de Nietzsche. Septiembre es un mes especial, diferente. Me encanta septiembre.
Para empezar, porque siempre conviene empezar por lo importante, es decir, por los libros, septiembre es el mes de la rentrée literaria. En Francia entre mediados de agosto y mediados de octubre se publicarán 484 novelas, según los datos de Livres Hebdo. En el país vecino, paraíso libresco, cada septiembre es sinónimo de una avalancha de nuevas publicaciones. Este año, entre otros, vuelve Emmanuel Carrère, con un libro dedicado a su madre. En España la rentrée literaria no maneja cifras tan gigantescas, pero no son pocas las novedades muy esperadas que llegarán a las librerías en los próximos días como la nueva aventura del capitán Alatriste creado por Pérez-Reverte o la publicación en español de una novela de Woody Allen. Así que visitar librerías, que siempre es un placer irrenunciable, se vuelve aún más apetitoso (y más peligroso para el bolsillo) estos días.
Por supuesto, septiembre es también sinónimo de festivales de cine. Primero, estos días, Venecia, con una constelación de estrellas y el estreno de muchas películas que podrían protagonizar la próxima temporada de premios. Y en unas semanas, Zinemaldia, la gran cita con el cine en San Sebastián, que sorprendió hace unos días anunciando el Premio Donostia a la actriz Jennifer Lawrence, la más joven en recoger este premio. Después de unas semanas con pocos estrenos y mucho cine de verano, que tanto echaremos de menos, pero que aún da sus últimos coletazos, septiembre también traerá muy esperados estrenos a los cines. Entre ellos, ya mismo, Romería, de Carla Simón, que se estrena esta misma semana, y El cautivo, la película de Alejandro Amenábar sobre Cervantes, que llegará el día 12.
En septiembre comienza también la temporada en los medios de comunicación. Este año, Radio Nacional es la emisora con más novedades. Algunas, inexplicables, como la decisión de relegar El ojo crítico, su excelente informativo cultural, a Radio 5, o el peor horario que tendrá La estación azul, otro magnífico programa cultural. En las mañanas de la radio pública, Juan Ramón Lucas tomará el testigo de Josep Cuní, que a su vez sucedió el año pasado al añorado Íñigo Alfonso, a quien echamos mucho de menos. También echaremos de menos a Laura Barrachina, que seguirá sin estar al frente de El ojo crítico.
Si de publicaciones y espacios culturales hablamos, otros regresos muy esperados por mí son los de la revista El Cultural, cita obligada cada viernes; el programa de La 2 Página Dos, que demuestra cada semana que es posible hacer un programa entretenido sobre libros en televisión, y La grande librairie, el emblemático espacio de France 5 sobre literatura, que tantas ideas de lectura da siempre. En televisión, aparte del regreso de los programas diarios y los estrenos que traiga cada cadena, este septiembre seguiré de cerca una nueva edición de Operación Triunfo, que estrenará Amazon Prime Video el lunes 15 de septiembre.
Septiembre es también sinónimo del regreso de la temporada de fútbol, para quien le guste, y, en lo que a mí respecta, de la Vuelta a España y del Mundial de ciclismo, que este año se correrá por primera vez en África, en Kigali, capital de Ruanda.
Además de todo esto, septiembre es para muchos el regreso a la rutina, pero también puede ser una cierta oportunidad de un nuevo comienzo. Tras días de descanso, quien haya tenido la suerte de poder disfrutar de vacaciones, seguro que más de una persona volverá con su lista de prioridades vitales convenientemente reordenada y con una disposición firme a no dejarse confundir por el ritmo acelerado y el ruido imperante, que todo lo enturbia. Porque septiembre es el mes del eterno retorno, sí, nada cambia necesariamente, pero también puede ser una oportunidad para intentarlo.
Y este mes, claro, también comienza un nuevo curso político, pero como este artículo se trata de recoger todo lo que me gusta de septiembre, llegado el momento del politiqueo lo mejor es ponerle punto final.
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