Joker: follie à deux

Tras el arrollador éxito de Joker, casi unánimemente alabada por la crítica y que a mí me dejó más bien frío, más allá de la excelsa interpretación de Joaquin Phoenix, el año pasado se estrenó Joker: Folie à Deux, una continuación de aquella película también dirigida por Todd Phillips. Una vez más, lo mejor del filme, de largo además, es la interpretación de Phoenix, un auténtico portento

La película tiene indudables hallazgos visuales y, como digo, permite disfrutar con el enésimo recital interpretativo de Joaquin Phoenix, pero a la película le cuesta mucho arrancar, no terminar de encontrar su tono y me resulta demasiado irregular. No tengo claro que la película sepa a lo que juega. Busca ser original y se atreve, mucho, pero el conjunto se resiente. Es decir, hay partes de la película, alguna que otra escena, algún que otro número musical, ciertas decisiones narrativas, que me parecen magníficas, incluso excelentes, pero el resultado conjunto no termina de funcionar. 

Las dos grandes novedades de esta segunda parte son la presencia de Lady Gaga en el elenco, dando vida a una reclusa que está deslumbrada por el Joker y que comienza una apasionada relación amorosa con él en prisión, y que la película es un musical. Por cierto, leí en alguna entrevista con los intérpretes del filme que no estaban de acuerdo a la hora de catalogar la película como musical. No sé muy bien por qué les cuesta aceptarlo, pero creo que la película es indudablemente un musical. Peculiar, extraño, nada convencional, pero musical, por supuesto que sí. 

De la primera parte de Joker se hicieron lecturas políticas, desde mi punto de vista, un poco excesivas. Yo no vi esa inteligente y original crítica al sistema, como tampoco, por supuesto, encontré una especie de alegato nihilista a favor de la violencia. Aquella primera película no me pareció brillante ni, por supuesto, tampoco peligrosa, porque tiendo a confiar en la madurez de los espectadores y en la libertad creativa, y no creo que se pueda exigir a una película que sea moral o ética, ni que se le pueda reprochar que lance determinados mensajes. 

Esta segunda parte comienza con el protagonista en la cárcel esperando su juicio, así que el filme es una mezcla de película carcelaria y de tribunales, con el aderezo del musical. Me gusta el juego metanarrativo de la producción, que menciona varias veces una película sobre la historia del Joker y también que muestra la disyuntiva del protagonista entre contentar a sus fans, porque resulta que tras sus crímenes tiene fans, o romper con esa imagen creada

De hecho, creo que ahí está su mayor interés. A la película no se le puede negar valentía, voluntad de desmitificar, incluso de provocar e ir contra su propio público, en cierta forma. De algún modo, esta segunda película va en contra de los fans acérrimos de la primera. Y eso es atrevido y original, lo más valioso de una película, por lo demás, más bien irregular y. en cierta forma, fallida. 

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