Dicen que uno no sabe valorar lo que tiene hasta que lo pierde. Por eso, quienes hemos nacido en democracia, a veces, no somos conscientes de lo importante que es vivir en un sistema de derechos y libertades que definió mejor que nadie Winston Churchill cuando dijo que la democracia es "el peor sistema de gobierno inventado por el hombre, exceptuando todos los demás". En Peligrosos demócratas. Antifranquistas vistos por la policía política, Alberto Sabio Alcutén nos muestra lo angustioso y opresivo que resulta un régimen dictatorial para todos los ciudadanos, en especial para quienes deciden dar un paso al frente y reivindicar sus derechos.
En este ensayo muy bien documentado, que se basa en testimonios de opositores al franquismo y sobre todo en documentos oficiales de la policía política de entonces, comprobamos el grado de paranoia de las fuerzas represivas del franquismo contra los incipientes sindicatos de clase, contra los estudiantes universitarios que claman por dejar atrás una vida en blanco y negro, y, en general, contra todos aquellos que alzaron su voz contra la dictadura en los últimos años de la misma. El libro abarca el periodo que va desde 1958 hasta los primeros albores de la Transición democrática, con el propósito saludable de "pensar en tono crítico" aquel proceso que llevó a España de forma ordenada de una dictadura a un sistema democrático perfectamente homologable al del resto de países europeos. Un periodo exitoso y ejemplar que, por supuesto, bien puede ser estudiado a fondo para encontrar posibles errores, aunque siempre sea tan sencillo como injusto valorar un momento histórico desde la situación del presente. En cualquier caso, es muy acertado el enfoque de este ensayo y en él descubrimos, por ejemplo, cómo la represión continuó muy firme contra los trabajadores en los primeros años de la Transición democrática, hasta el punto de que se prohibieron las manifestaciones por el 1 de mayo en 1977.
Buena parte de la obra se centra en estudiar el surgimiento y posterior desarrollo de los sindicatos de clase, que nacieron para hacer frente al sindicalismo vertical, una farsa de representación de los trabajadores que en realidad formaba parte de la escenografía franquista y respondía al régimen. Así, en estas páginas vemos cómo se crean las Comisiones Obreras y el papel de este sindicato y del Partido Comunista como abanderados de la oposición a la dictadura. Sus reivindicaciones laborales llevan a huelgas y protestas que adquieren siempre un tinte político de censura al régimen franquista y petición de democracia y libertad. La extrema dureza con la que son tratados los miembros de los sindicatos de clase, que por supuesto entonces eran clandestinos, queda reflejada fielmente en este ensayo. Sirve la obra para reconocer el importante papel de los sindicatos en muchas industrias para despertar la conciencia de los trabajadores, defender sus derechos y armar una oposición activa contra el franquismo.
También aparecen por estas páginas otros dos grupos de ciudadanos que, poco a poco, comenzaron a levantarse contra la dictadura. Franco murió en su cama, eso es importante recordarlo, por lo que no se trata de reescribir la historia. El dictador no pudo ser desalojado del poder, como sí ocurrió por aquellos años en Portugal en la revolución de los claveles. Por eso, el autor reconoce durante este ensayo que la oposición al franquismo no logró liderar la acción política durante la Transición a la democracia, pero al menos sí la condicionó y sirvió para presionar a Adolfo Suárez para dar pasos arriesgados y necesarios como la legalización del Partido Comunista. Esos otros dos grupos que se enfrentaron a la dictadura fueron los estudiantes universitarios, con numerosas huelgas y manifestaciones que reclamaban democracia y libertad, y los llamados "curas rojos", sacerdotes con alma social que rompieron la vergonzante alianza de la Iglesia católica con la dictadura franquista para clamar por los derechos de los ciudadanos. Son particularmente interesantes las historias de esos sacerdotes que optaron, no sin riesgo para su estabilidad laboral y personal, por ponerse del lado de la ciudadanía y reclamar apertura en la sociedad en lugar de apoyar sin fisuras, como hizo la jerarquía católica, al franquismo. Es justo reconocer el valiente papel de tantos sacerdotes modestos que, por ejemplo, prestaron sus iglesias para que allí se celebraran asambleas de Comisiones Obreras.
Los medios de comunicación, oprimidos bajo el yugo de la censura durante toda la dictadura, también ocupan un espacio importante en este libro, que está ilustrado con brillantes viñetas de autores como Chumy Chúmez, quienes en distintas publicaciones culturales o periódicos como el diario Madrid criticaron con dureza y sutileza al franquismo a través de sus trazos. Esas viñetas ilustran las ansias de libertad de buena parte de la sociedad española y es magnífico comprobar el modo en el que se esquivaba la censura realizando severos ataques contra todo lo que representaba el régimen franquista a través de esos dibujos, pero de forma lo suficientemente velada como para poder ser publicados. Aun así, se da cuenta en el libro de secuestros de publicaciones y numerosos casos de censura. Porque una prensa libre es el primer rival para el poder, que en la dictadura no necesita guardar las formas en sus presiones constantes a los medios.
En el libro se refleja también cómo las asociaciones vecinales asumieron un creciente protagonismo en la oposición a la dictadura, si bien esto ocurrió en los estertores finales del fraquismo. Las reivindicaciones de mejoras en los barrios y la unión de los vecinos generaron sentimientos de solidaridad y pertenencia, algo que sirvió para cuestionar las prácticas habituales del régimen.
Un último aspecto que quiero destacar de Peligrosos demócratas es la lectura que hacían los ciudadanos más comprometidos contra el franquismo de los sucesos internacionales. En un país que ansiaba al fin tener democracia y libertad, el sucio golpe de Estado contra el gobernante izquierdista Salvador Allende en Chile generó un sentimiento anti estadounidense y azuzó los ánimos de la oposición de izquierdas, mientras que como hemos dicho antes, la revolución de los claveles en Portugal permitió soñar con el anhelado final de la dictadura franquista. En resumen, este es un ensayo completo que aporta el gran interés de los informes de la policía política sobre los trabajadores, estudiantes, sacerdotes o ciudadanos corrientes que decidieron dar un paso adelante y comprometerse con la democracia y la libertad, quienes reciben un homenaje en estas páginas, que al tiempo acogen un riguroso estudio histórico.
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