Amaia y Aitana vuelven a la academia

 

No recuerdo haber vivido un momento de mayor delirio colectivo en un concierto que el que se desató en el Movistar Arena el pasado 23 de febrero cuando Amaia invitó por sorpresa al escenario a Aitana para cantar juntas La canción que no quiero cantarte. Llevaban años sin coincidir en un escenario y el público enloqueció hasta tal punto que costaba escucharlas a ellas. Gran parte de ese público, claro, las conocimos a ambas en Operación Triunfo 2017, una edición que tuvo entre sus puntos fuertes los innumerables momentos cómicos que ambas protagonizaron en la academia. Su espontaneidad y naturalidad cautivaron al público. 

Al salir de OT, cada una siguió su camino. Aitana optó por el pop mainstream, donde lo ha petado muy fuerte, y Amaia se tomó su tiempo para hacer un proyecto musical primoroso más alejado de los grandes focos, apoyada en su inconmensurable talento. Las dos han triunfado, las dos están exactamente donde quieren estar. Y las dos mantienen su amistad. Ambas protagonizaron ayer un momento que ya es historia de OT e historia de España (sin exagerar demasiado, sólo lo justo), al visitar juntas la academia. Los concursantes de la edición de OT de este año quedaron tan asombrados que apenas pudieron articular palabra en la hora que duró la visita. Quién puede culparlos. 

El simple hecho de que ambas volvieran a la academia juntas provocó un delirio en las redes sociales entre los aficionados al programa equiparable al de aquel concierto que tuve la suerte de vivir in situ. Es como si de repente no hubieran pasado ocho años desde su edición de OT, un programa que sabe como ningún otro adaptase a los nuevos tiempos y a los gustos de las generaciones más jóvenes, y que a la vez alimenta una nostalgia irresistible por ediciones anteriores, en un círculo virtuoso sin fin. Buena parte de las visitas de este año han sido protagonizadas por concursantes de otros años anteriores y sólo OT consigue establecer vínculos emocionales tan fuertes con los espectadores y, claro, con quienes han pasado por ahí. Este año, Chenoa, de OT1, vuelve a brillar presentando las galas, mientras que Miriam, compañera de Amaia y Aitana en OT 2023, presenta Conexión OT, el programa diario sobre esta edición. 

Con la habilidad en el manejo del lenguaje de las redes sociales que caracteriza a OT, bastó un vídeo de 18 segundos de Manu Guix interpretando al piano los acordes de La canción que no quiero cantarte para que los fans de OT, esos que ya de por sí somos más bien locos, como declaró la propia Amaia un día, empezáramos a ilusionarnos con lo que iba a ocurrir. Y así fue, ayer por la tarde, para alegrar aún más el viernes, para marcar un hito en la historia del programa, Amaia y Aitana visitaron juntas la academia. 

El simple hecho de volver a verlas juntas en el lugar donde todo empezó, donde ambas se conocieron y el público las conoció a ellas, ya era suficiente motivo de alegría para los seguidores del programa. Pero es que además la visita, de algo más de una hora, fue maravillosa. Por su espontaneidad y naturalidad, por el buen rollo y la actitud disfrutona con la que acudieron. Ocho años después, verlas hablar y bromear juntas sigue siendo hipnótico. Ayer regalaron varios momentos hilarantes. 

Además de recordar anécdotas sobre su paso por la academia y de cantar con los concursantes Tengo un pensamiento, de Amaia, y Superestrella, de Aitana, también hablaron de cómo fue su salida de la academia y de su amistad. Fue muy interesante lo que contaron de que sintieron que desde fuera se género una rivalidad absurda entre ellas. También fueron muy honestas al reconocer ambas que sintieron envidia en algún momento la una de la otra. Y se rebelaron con gracia y contundencia contra quienes las etiquetan: que si la maldición de la ganadora de OT, que si la manía de aplicar una idea muy reducida del éxito, que si el desprecio a la música comercial, que si la manía, en fin, de enfrentar por cualquier razón a mujeres y amigas entre sí. También hablaron de la importancia de cuidar la salud mental.

La visita de Amaia y Aitana, en fin, nos retrotrajo a muchos ocho años atrás, cuando su edición de OT nos tuvo enganchados hasta niveles insospechados. Y también sirvió para lanzar un poderoso mensaje contra esos tics machistas y ese simplismo que buscan con demasiada frecuencia generar rivalidades entre mujeres. Cada una ha seguido su camino, las dos han triunfado porque viven de lo que les gusta y, lo que es más importante, ambas parecen estar felices. Juntas, irónicas, divertidas, ingeniosas, con mucha química entre ambas, es como si el tiempo no hubiera pasado. Ayer ofrecieron uno de esos momentos que sólo puede propiciar OT y que sólo los muchos y muy entregados fans de OT podemos apreciar suficientemente. Un ratito maravilloso. 

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