Dune

 

Estoy muy lejos de ser el público objetivo de Dune y, sin embargo, la película de Denis Villeneuve me ha atrapado y me ha mantenido expectante ante la pantalla sus 155 minutos de duración. Ni tengo especial querencia por el género, ni he leído el libro en el que está basada la película ni he visto ninguna de las versiones cinematográficas anteriores de la historia. Pero me ha encantado. Estoy deseando ya ver la segunda parte. El cine no tiene por qué ser sólo entretenimiento, puede serlo muchas otras cosas, pero qué gozada cuando una película cumple su objetivo de entretener por encima de todo. Dune lo logra con creces. 
Visualmente, la película es apabullante. La construcción de esos universos, de cada espacio, de cada Casa o grupo, todo es deslumbrante. Es una de esas películas en las que el altísimo presupuesto se nota y en las que se pone al servicio de un entretenimiento constante de inicio a fin. Temía no enterarme de las historias de este universo, pero está muy bien explicado, además, creo, de un modo en el que no se trata al espectador de idiota. Hay varias escenas en las que se nos explica quién es quién y dónde estamos, pero están bien integradas en la trama, no cae en ese error habitual de poco menos que detener la historia para andar explicándonos lo que estamos viendo. 

El reparto también es otro de los fuertes del filme. Muy bien Timothée Chalamet, protagonista casi omnipresente en el filme. Él da vida a Paul Atreides, el hijo del duque Leto ( siempre solvente Oscar Isaac) y de Jessica (magnífica Rebecca Fergunson). La trama se desencadena cuando el emperador ordena a la Casa de los Atreides gobernar Arrakis, el planeta del desierto, donde están las reservas de especia, la materia prima más valiosa de la galaxia

A partir de ahí, llega la aclimatación de los Atreides a ese planeta del desierto, con sus condiciones climatológicas muy adversas, sus tradiciones y sus riesgos. Muchos riesgos. La película, que tendrá segunda parte, narra una historia de traición y engaños, de supervivencia y supersticiones, de luchas encarnizadas por el poder. Como ocurre con la mejor ciencia ficción, no es difícil establecer paralelismos entre lo que ocurre en ese mundo ficticio, en esa épica batalla intergaláctica, y las guerras, las pasiones, las religiones y las traiciones del mundo real. 

La música de Hans Zimmer, vital en el filme, y la soberbia fotografía de Greig Fraser son otros de los puntos fuertes de una película que ha obtenido diez nominaciones a los Oscar, sobre todo, en las llamadas categorías técnicas, ésas sobre las que gira Dune, la que la convierten en esa gigantesca película con una historia épica y escenarios colosales. La segunda y última parte de la película llegará el 20 de octubre de 2023. La esperaremos con ansia. 

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